¿La exclusividad de los videosjuegos debería existir? ¿Es tiempo de que se terminen los juegos exclusivos?

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juegos exclusivos sony
@trumpprogressive

La guerra de las consolas, la guerra de las consolas nunca cambia. Sin importar que pasen décadas y las generaciones lleguen y se vayan, hay una constante: la gente va a decantar por una compañía o por otra. A veces, por tradición; a veces, por fanatismo ciego; en muchos casos, porque no hay presupuesto suficiente para comprarlas todas o, en ocasiones, simplemente por preferencias personales.

Claro que, en años recientes, ya no se trata solamente de qué consola tiene potencia ni cuál ofrece los mejores gráficos. Actualmente, todo se trata de la oferta de juegos disponible. Como un barco no puede navegar sin velas, una consola que no tiene juegos no vale la pena ser comprada. Alguna vez escuché en algún medio especializado a alguien decir que su regla para comprar una nueva consola es si ésta tenía, al menos, el equivalente a su precio en juegos que se puedan jugar en ella. O sea que, si hay una consola de $500 dólares, esperaba que, al menos, hubiera el equivalente a $500 dólares en juegos que pudieran jugarse en la consola. Porque nadie quiere tener un pisapapeles de $500 dólares ni usar sólo su consola como máquina de streaming de series.

Ahí es donde entran los títulos exclusivos, juegos por los que vale la pena comprar la consola, “los vende consolas”, “las killer apps“, los títulos indispensables que, de alguna forma u otra, marcan pauta y crean la historia del gaming. Desde Microsoft con su Halo en el lejano 2001 hasta PlayStation con Marvel’s Spider-Man 2. Estas grandes apuestas de los estudios son los que hacen que un jugador elija una consola o la otra.

Ése es el mundo en el que vivimos, pero ¿es el mundo ideal? De acuerdo con el CEO de Microsoft, no. De hecho, él dijo que, si dependiera de él, los juegos exclusivos no existirían. Claro que esto lo dijo de tal forma que culpara a Sony por el actual estado del gaming y en medio de una disputa por el futuro de la compra de Activision-Blizzard, pero fuera de su intención, tiene un punto. La exclusividad puede resultar genuinamente dañina y crean fandoms tóxicos, con lealtades que pueden compararse con las de un equipo de futbol, una religión o hasta una suerte de nacionalismo lúdico.

Si los juegos exclusivos no existieran, entonces los jugadores no tendrían que elegir entre una consola u otra para poder acceder al contenido. Es como si una cadena de cines tuviera la capacidad de proyectar películas de forma exclusiva y tuvieras que ir necesariamente ahí para verlas. Si las exclusividades se liberaran, entonces las empresas se empeñarían en crear elementos verdaderamente diferenciadores en sus consolas y no meramente cuestiones de capacidad y potencia (que al final del día son superadas con creces por las PC). La guerra de las consolas trataría sobre la innovación, sobre los servicios, sobre la capacidad de ofrecer algo diferente al usuario y no sólo de guardar celosamente propiedades intelectuales fuera del alcance de la competencia. Liberar el gaming de exclusivos sería la mejor práctica para los consumidores.

Pero, claro, estamos hablando de dos compañías innecesariamente similares a la hora de entregar juegos: Sony y Microsoft, cuyas consolas, siendo objetivos, no son tan diferentes. Pero a la discusión también tendría que entrar Nintendo, porque ¿quién no quisiera jugar títulos de Mario en PlayStation 5? Lo interesante aquí es que Nintendo crea sus juegos pensando primero en sus propios hardwares y sus hardwares siempre buscan la innovación de alguna forma: ya sea con controles de movimiento, pantallas adicionales o con consolas híbridas, desde la época del Wii, Nintendo ha creado experiencia irreplicables en otras consolas. Incluso, emular es complicado, debido a que muchos títulos estaban pensados para usarse con la arquitectura y controles propios de consolas como el Wii o el Wii U. Inclusive el DS y el 3DS tienen situaciones similares.

¿Entonces Nintendo también debería deshacerse de sus exclusivos? En realidad, habría una solución que podría probar un punto: sí, Nintendo puede crear los juegos y licenciarlos, para que sean corridos en otras consolas, pero ya dependería de cada compañía adaptarlos a sus respectivos hardwares. Esto, con el tiempo, demostraría ser demasiado trabajoso y caro, para que, al final, se demuestre que no hay mejor forma de jugar un juego de Nintendo que en una consola de Nintendo. Pero claro, como toda esta discusión, son meros hipotéticos que, posiblemente, nunca lleven a nada.

En cuanto a Sony y Microsoft, los exclusivos siguen moviendo consolas, eso es un hecho. Lo cual parece irónico considerando que parte de la estrategia de Sony es también llevar los juegos a PC, lo que elimina incentivos para adquirir un PlayStation 5 si, de todos modos, llegará a una plataforma objetivamente superior. Claro, quizás tarde un año o dos, pero sucederá, y ése es precisamente el punto. Las compañías se están dando cuenta de que lo importante no es vender consolas, sino vender juegos y, más importante aún, vender suscripciones. Entonces, mientras más gente tenga acceso a tu juego, mejor, ¿no? Eso, claro, si la compañía rival no cobrara 30% de tu precio final, por “prestarte” su tienda digital para que los usuarios adquieran el juego desde ahí.