Uwe Boll, el director detrás de las peores películas de videojuegos

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Lionsgate

Las películas de videojuegos son malas por norma general. Desde Super Mario Bros. 1993 hasta Assassin’s Creed, la mayoría son basura. Pero la razón principal por la que las adaptaciones al cine de videojuegos sean sinónimo de mala calidad es culpa de una sola persona, el director alemán Uwe Boll.  

Boll dirigió las películas de House of the Dead, con 3% en Rotten Tomatoes; Alone in the Dark, 1% en de calificación, y Far Cry, tan mala que ni siquiera tiene una calificación de la crítica. Además de cintas basadas en Bloorayne, Postal e In the Name of the King. Todas ellas fracasos absolutos con la crítica y la taquilla. 

Esto hizo que Boll fuera conocido como el peor director de la historia, pero ¿realmente es tan malo? Sí, pero no tiene nada que ver con su talento como cineasta. 

Uwe Boll se aprovechó de un hoyo legal muy complejo en su natal Alemania. Uwe recibía financiamiento de gente rica, y ese dinero era 100% deducible de impuestos. Lo único por lo que se debía pagar impuestos era por las ganancias. Entonces, si hacía una pésima película, no obtendría ganancia alguna y, por lo tanto, no pagaría impuestos. Esto, claro, era mucho más complicado, pero, en resumidas cuentas, la calidad nunca fue parte del plan, sólo hacer una película con un nombre reconocible, tanto en el título como con los actores, para que las compañías accedieran a distribuirla de manera global. 

La maña le salió bien y duró por años. Es más, Boll era tan descarado que salió a defender su trabajo con los puños. Literalmente. Retó a los medios de la prensa y los críticos que atacaban sus películas a una pelea de box contra él. Y, claro, las peleas serían parte de otro proyecto suyo, así como del documental Raging Boll. 

¿Pero por qué películas de videojuegos? Un nombre reconocible fácilmente que prometía horror, acción y violencia hacía más fácil que las compañías distribuidoras compraran los derechos para llevar las cintas a diferentes regiones. Básicamente, antes siquiera de escribir una sola palabra del guion, los costos de la película ya estaban pagados y sólo quedaba seguir haciendo dinero de evasiones fiscales y su sueldo como director. 

Así que la próxima vez que piensen que las películas de videojuegos no pueden ser buenas, pueden agradecerle a este señor.