Así se vive un Derbi Vasco desde adentro

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Un templo del fútbol español fue el escenario del Derbi
Un templo del fútbol español fue el escenario del Derbi

LALIGA tiene 18 equipos más que el Real Madrid y el Barcelona. En Sudamérica estamos mal acostumbrados que cada que se habla del fútbol de España, se habla de estos dos gigantes. Muy pocas veces aparecen otros nombres, pero estos dos son los que copan la parada. Sin embargo, al norte del país se juega uno de los partidos más pasionales que hay en el mundo. El Derbi Vasco entre el Athletic Club y la Real Sociedad. Lleno de muchas historias, sentimientos, triunfos históricos y una que otra gresca.

Gracias a una invitación de LALIGA, pude poner en mi lista otro Derbi más. El primero que vivo en Europa y que no tiene nada que envidiarle a los que se juegan en Sudamérica: hay color en las tribunas y fuera de ellas; pasión, ‘cargadas’, algo de juego fuerte, vino, cerveza, buena comida y familias enteras compartiendo algo más que un partido de fútbol.

Un día de Derbi, Bilbao se levanta temprano (en invierno suelen hacerlo tarde). Las calles comienzan a tomar color. La mayoría de los edificios saca la bandera del club y la ponen en el asta. Otra manera de comenzar a alentar a su club es poner esa misma bandera en el techo del carro. Los bares comienzan a llenarse de hinchas de Athletic y de uno que otro de la Real Sociedad. Eso sí, ambos pueden compartir el mismo espacio sin temor a una pelea o a que pase algo grave. Esto en Sudamérica sería imposible de pensar.

Una vez se va acercando la hora del partido, San Mamés se llena a los alrededores. Los niños juegan partidos de fútbol, algunos aprovechan para pintarse la cara en una carpa que ponen fuera del mismo. Los mayores, ya con algunas cervezas en la cabeza, comienzan a cantar las canciones que se cantan una vez suena el pitazo inicial.

Una vez llega el bus de ambos equipos, se abren las puertas del estadio. No hay afán de entrar, todos tienen su puesto fijo y para evitar el nerviosismo de un Derbi; siempre hay vino, cerveza y muy buena comida. Con decirles que en la zona VIP del San Mamés, un chef que tiene tres estrellas Michelin, es el encargado de los pasabocas. No se les pasa nada. Puede llegar a sorprender, pero no. Estábamos en la casa de uno de los equipos con más títulos del mundo y que jamás cayó a la segunda categoría. Además, dueño de una mística única.

El partido pasa a un segundo plano. Si bien el local fue el que siempre impuso condiciones y que al final celebró; no deja de sorprender lo que pasa alrededor y dentro del estadio. Finalmente, el local fue el que celebró hasta altas horas de noche. El Club, a los presentes, en San Mamés les da entradas de cortesía a una fiesta con DJ incluido para que el festejo sea en grande. Quizás, en otros países, los más grandes se van a casa a cenar y dejar el festejo para los más jóvenes. Acá en Bilbao no fue así. Los bares cerca al estadio seguían llenos de hinchas del Athletic -sin importar la edad-. No se siempre se le gana al rival de toda la vida y se salta a la tercera posición de LALIGA.

Otra noche única y mágica que nos regala el fútbol para los que tenemos la fortuna de caminar al lado de él. Una parte del país Vasco se levantará feliz, contenta. Otra, se pondrá el chip rápidamente de Champions. Dentro de unas semanas se verás las caras en los octavos de final contra el PSG de Mbappé y su pandilla.