¿Los videojuegos son dañinos y poco saludables? ¿Qué dice la ciencia al respecto?

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Pongamos fin al eterno debate con argumentos científicos.
Si pasas buena cantidad de horas de tu vida con un control entre las manos, seguro ya lo has oído todo: “¡te vas a dañar la vista!”, “ayuda al desarrollo cognitivo”, “te vuelven violento”, “es un apoyo emocional”, “no son buenos para el sedentarismo”, y así decenas y decenas de argumentos de quienes le dicen que sí y que no a los videojuegos.

Pero en un artículo de la revista ¿Cómo Ves? del pasado diciembre (en específico, del número 265) el investigador de la UNAM, Guillermo Murray Tartarolo, hizo una recopilación de diversos estudios que te servirán en la próxima plática con tus tías cuando vuelvan a sugerir que te tiren “los nintendos”.

¿Cómo afectan los videojuegos a los niños?

Quizá el más reciente de estos estudios, fue el publicado por Viviane Kovess-Mastefy y su equipo de colaboradores de distintas universidades europeas en la revista Social Psychiatry and Psychiatry Epidemiology en 2016, en el que monitorearon la salud de 4000 niños de entre 6 y 11 años de edad en seis países de Europa y Asia.

Para evaluar a los participantes, utilizaron cuestionarios, calificaciones y opinión de los padres. El resultado es muy satisfactorio: los niños que jugaban más de 5 horas a la semana (semana, ¿eh?) demostraron tener mejor desempeño escolar, menor índice de violencia hacia los demás y mejores relaciones sociales.

¿La razón? Pues son niños del siglo XXI: en la actualidad los videojuegos son una parte fundamental de la socialización entre los menores. Más aún, los niños que presentaron estas características provenían de familias grandes, donde es difícil recibir atención personalizada. Y ahí donde los padres tienen muchas y estresantes actividades, aparecieron los videojuegos para ayudar.

Los videojuegos como terapia

Aquí mismo te hemos presentado los casos de videojuegos que han sido desarrollados para ayudar con el estrés>, e incluso con las secuelas de la Covid-19. Y todo tiene un fundamento.

 

El equipo liderado por Sandro Franceschini encontró que los videojuegos de acción ayudan a los niños disléxicos a leer mejor, debido al reto que presentan para la coordinación física (como reaccionar a tiempo para presionar uno o varios botones).

Y para quienes hablan del sedentarismo, habrá que decirles que todo es cuestión de encontrar el videojuego correcto. El estudio que Crystian Oliveira y su equipo, en Brasil, publicaron en la revista Meta-Analysis en 2020 demostró que los videojuegos activos (como Just Dance) reducen el peso, el Índice de Masa Corporal y la grasa acumulada de los jugadores.

Pero no tiene que ver precisamente con la actividad física, sino con la distracción: al estar concentrados en jugar, los niños eliminaban la ansiedad de comer entre comidas (lo cual suele satisfacerse con alimentos chatarra).

Finalmente, un estudio publicado en 2016 en la revista Computer in Human Behavior del equipo de Jung Eun Lee en Estados Unidos, comprobó que los videojuegos, contrario a la creencia, ayudan a reducir la agresividad de los niños.

Se dedicaron a hacerlos enojar (vaya estudio más divertido) y después los dejaron jugar durante 30 minutos. Ese tiempo fue suficiente para ayudarlos a mejorar su estado de ánimo.

Violencia y Adicción: ¿culpa de los videojuegos?

Siendo justos, también hay que resaltar los aspectos negativos. Y mucho se teme sobre la violencia y los videojuegos. Así que el equipo de Jeanne Funk publicó en la revista Applied Developmental Psychology en 2003 un artículo sobre el impacto de la violencia en niños que jugaban títulos particularmente violentos.

El resultado era que, en comparación a otros niños que jugaban títulos no-violentos (estudiados a lo largo de varias sesiones), los niños no se hacían precisamente violentos, pero sí se mostraban menos empáticos. Es decir, reaccionaban menos al dolor de sus semejantes.

Por supuesto que eso puede llevar a ejercer inconscientemente violencia hacia otros (basta ver cómo se portan algunos gamers en Facebook), por eso es tan importante aprender a manejar nuestras emociones.

Lo cual nos lleva al siguiente punto: la adicción a los videojuegos es una realidad, una enfermedad calificada. ¿Y por qué se desata? Principalmente por los Pases de Batalla. Y los RPG. Y esa clase de juegos.

¿Cuál clase? Aquellos juegos que te dan recompensas conforme más progresas, progresiones que te demandan tiempo. Las recompensas con acciones pequeñas nos hacen sentir placer, y ese placer causa adicción.

Pero ésta proviene del entorno: la mente de una persona que no logra sentirse recompensada en la vida real buscará que algo o alguien lo haga sentir valioso en el mundo digital. En proporción a la población, son pocos los adictos a los videojuegos, pero no deja de ser un problema latente. ¿La forma de evitarlo? Hay que propiciar que los jugadores tengan un entorno social y familiar tan amable como el ambiente de los videojuegos. Por eso sé amable, con quien sea, en cualquier lugar.