El Barça sobrevive el partido trampa

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Los culés ganan al Mallorca previo a la final de Copa ante el Real Madrid y las semis de la Champions ante el Inter

El Barça vence al Mallorca en la jornada 33 de LaLiga de España | Reuters

Con la Copa del Rey y las semis de Champions en puerta, el duelo del martes ante el Mallorca pintaba para ser una trampa para el Barça. Sin el once de lujo por las rotaciones y lesiones, además de una muy mala suerte de cara a portería, parecía que iba a ser ‘una de esas noches’ para los culés, en las que pudieron ganar por goleada y de alguna manera no conseguían la victoria. Por milímetros no se fueron perdiendo al descanso, agregando todavía más dramatismo. Para su fortuna, Dani Olmo frotó la lámpara recién iniciaba la parte complementaria y los culés ganaron por la mínima a los bermellones para acercarse al título.

Pensando en el Clásico de la final de Copa, Hansi Flick descansó a Raphinha y puso de inicio a Héctor Fort y Ansu Fati, jugadores de muy poco recorrido esta temporada. No sufrió realmente su equipo, pero los aficionados estaban jalándose los pelos porque la pelota estaba caprichosa. Leo Román, los postes y múltiples escaramuzas dentro del área visitante dejaron el cero tras los primeros 45 minutos, cuando hubo merecimientos de marcar varias veces. Los fantasmas del pasado, esos que predominaron en las eras de Koeman y Xavi, se estaban paseando por Monjtuic, sobre todo cuando Mateu Jaume marcó el 0-1, pero estuvo adelantado por un paso según la revisión del VAR. La situación no era buena, pero al menos no era mala.

El Barça solucionó el problema bien temprano en la segunda parte. En la primera jugada tras la reanudación, Dani Olmo controló un pase interior de Eric García, encontró un resquicio y la coló finalmente a segundo palo. Respiraba la parroquia blaugrana.

El Mallorca, buscando mantener su puesto de Conference League, se animó a buscar el arco de Szczesny. Lo intentó con balones al área, buscando al canadiense Larin, pero sin éxito.

La más clara en la recta final fue un mano a mano en el que Lamine Yamal le puso demasiada crema a los tacos y la estrelló en el cuerpo del portero. Estuvo más cerca el 2-0 que el 1-1. No llegó otro. Menos mal que el tato de Olmo ya en el marcador.

El Barça duerme con 7 puntos de ventaja a falta de cinco jornadas tras el triunfo por la mínima. Victorias como la del martes y la remontada del sábado anterior pueden valer una liga, en uno de esos juegos que en años previos fueron responsables de que LaLiga no fuera azulgrana. Trampa superada y a pensar en los compromisos más importantes que restan en el semestre.

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