El universo Pokémon explicado: así funcionan los legendarios 

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The Pokémon Company

¿Sabes cómo se compone la cosmogonía Pokémon? Aunque no lo parezca, los Pokémon legendarios tienen un orden jerárquico y, al menos hace una o dos generaciones, todo se relacionaba entre sí de forma lógica para gobernar distintos aspectos del mundo, la realidad y la vida.

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En el principio, no había nada, salvo el huevo cósmico. Un día, hizo eclosión y de ahí nació Arceus, el dios Pokémon. 

Se dice que Arceus moldeó la realidad con sus mil brazos, pero este Pokémon no tiene tantas extremidades, por lo que se cree que es una metáfora para los unown. Los unown fueron creados por Arceus y son los encargados de sostener el tejido de la realidad. 

Después, Arceus creó a Dialga y Palkia, quienes gobernaron por sobre el tiempo y el espacio respectivamente. Pero con materia, tiene que haber antimateria y de ahí surgió Giratina, quien fue enviado al mundo de la distorsión. 

Arceus creó el mundo y, para darle forma, engendró a Kyogre, para los mares primordiales, y a Groudon, para las masas continentales. Ambos querían ganar terreno por sobre el otro, por lo que emergió Rayquaza, para controlarlos a ambos. 

Para arreglar los continentes a su forma actual, nació Regigigas, quien también creó a Regice, Registeel y Regirock, para asistirle a acomodar los accidentes naturales. 

No existían días ni noches hasta que llegaron Solgaleo y Lunala, quienes, desde otra dimensión, tomaron control del sol y la luna. Mientras que con la oscuridad llegó Necrozma. 

Para controlar las estaciones, se asignó al trío de aves legendarias: Articuno para el invierno, Zapdos para el verano, y Moltres para la primavera. 

Además de creadores, también tenía que haber guardianes, más cercanos al mundo. Ho-Oh fue guardián de los cielos; Lugia de los mares, con dos guardianes menores: Manaphy para los mares fríos y los Phione para los mares cálidos. 

Para poblar el mundo de vida, surgió Xerneas y, alrededor de él, empezaron a crecer las plantas. Y si hay vida, hay muerte, por lo que a la par emergió Yveltal. Y, para mantener el balance entre ambos, Zygarde. 

Para dar fertilidad a la tierra, Landorous fue traído al mundo. Tornadus controlaría los vientos y Thundurus las tormentas para regar el planeta. 

Vino el turno de la vida, Pokémon y humana, que algunos creen son lo mismo. Y de esa idea surgió Mew, el Pokémon del que todos los demás evolucionarían. 

Con la llegada de los seres inteligentes, vinieron las emociones y, de ellos, surgieron los Pokémon que las encarnan: Azelf, la voluntad; Mesprit, la empatía, y Uxie, la resiliencia. Cresselia recogería todos los sueños, y Darkrai, su contra parte, las pesadillas. Meloetta par la música y las artes, Jirachi para los deseos, Victiny para el ánimo de victoria y Shaymin para la gratitud. Del dragón original se desprendieron tres partes: Reshiram, la verdad; Zekrom, los ideales, y Kyurem, el cascarón vacío. 

A todos estos Pokémon podríamos llamarles dioses creadores y gobernantes. Y, aunque muchos otros Pokémon legendarios surgieron como guardianes de aspectos específicos y de regiones concretas, como Volcanion de los volcanes o Celebi de los bosques, no tienen el mismo poder. Eso sí, los humanos crearon dos Pokémon legendarios nuevos gracias a la ciencia en desafío de Arceus: Mewtwo y Genesect. Eso sí es jugar a ser dios. 

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