El fútbol es de momentos. Y Deportes Tolima supo dar en el clavo cuando más lo necesitaba. Sobre todo, ante un equipo urgido de victoria como el Independiente Medellín, que si antes del pitazo inicial caminaba sobre un hilo muy delgado, tras la derrota de este jueves por la noche ante el Pijao ahora lo hace con fuego de por medio. Jersson González, al 80’, el encargado de teñir el Atanasio de vinotinto y oro.
Diera la impresión que el DIM aún no aprende la lección. Un elenco que genera demasiadas opciones de gol, pero que peca y mucho en la definición. Capítulo mil ante el Deportes Tolima. Eso sí, también hay que rendirle mérito a Cristopher Fiermarín, que sin capa de por medio atajó hasta lo imposible. Si hay un verdugo esta noche, sin duda, ese ha sido el guardameta uruguayo.
A lo último que habría que mirar tras este partido sería a la data. Con solo analizar los remates se daría por victorioso al poderoso. Pero esto es lo lindo del fútbol, que lo lógico termina resultando ilógico. No necesitó de mucho ruido el Tolima, que cuando sacó el rifle a flote ‘domó’ por completo a su rival. Y, curiosamente, aplicando la ley del ex, esa que no tiene fecha de caducidad.
Como si fuese en el patio de su casa. Así vino el único tanto de la noche en el Atanasio. Una jugada colectiva exquisita, la cual Gonzalo Lencina terminó redondeando con un pase preciso a Jersson que no titubeó ante la salida de Aguerre. Un gol que no necesita de pie de foto, sino que su propia imagen lo dice todo.
Ganó Tolima, complicó a Medellín y quedó muy cerca de ubicarse como cabeza de grupo en los cuadrangulares. Por su parte, el elenco de Alejandro Restrepo tendrá que sudar y bastante para no ver fantasmas en las próximas dos ‘finales’.
