El Liverpool no hace el ‘milagro’ en Bérgamo y se despide de la Europa League

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Mo Salah se lamenta tras errar una clara opción de gol. | Reuters

El tanto tempranero de Salah ilusionó. Pero a la medida que avanzaba el juego, el Liverpool se iba desinflando, a tal punto de no saber descifrar el acertijo. Y no lo logró hacer. Atalanta hizo la tarea en Anfield y le bastó para instalarse entre los cuatro mejores de la Europa League. Bérgamo está de fiesta. La energía del representante británico no fluyó. Fue de más a menos, y la falta de puntería y la precipitación terminaron por reducir sus opciones.

A tal punto Klopp asumió la realidad poco después de la hora de juego cuando con solo un gol de ventaja y sin posibilidad aparente de lograr los otros dos para forzar la prórroga retiró a sus mejores jugadores. Quitó a Salah, Szoboszlai y Luis Díaz. Pretende apurar sus opciones en otros retos, como la Premier. El Liverpool, que inició el choque como un tiro y que se puso pronto con ventaja, tal y como necesitaba. Fue en un centro de Alexander Arnold al área que interceptó con un brazo Ruggeri. Fue penal. Lo transformó Salah.

Fueron los mejores y casi los únicos momentos de inspiración de los ingleses, que tuvieron otra ocasión poco antes del cuarto de hora en una acción individual de Díaz que se topó con Juan Musso. Atalanta, que terminó por amarrar su segunda semifinal europea, mantenía el ímpetu como podía. Se salvó de un mano a mano que tuvo Salah poco antes del descanso y que pudo cambiar la situación. Encaró el egipcio, en solitario, la meta local. Quiso elevar el balón por encima del portero, que salió de su área, pero finalizó mal y tiró el balón fuera. Hasta ahí duró la energía del conjunto red, que afrontó el choque con dos derrotas seguidas, más un empate frente al United.

El equipo de Gasperini se sacudió el dominio de su rival y empezó a encontrar soluciones en ataque, como la que tuvo Ederson al inicio de la segunda mitad y que acabó con un tiro raso que atrapó Alisson, o la de Koopmeiners con un disparo centrado. Scamacca tuvo el empate, pero finalizó muy mal, con un disparo a la grada. El partido estaba abierto y el gol pudo caer hacia cualquier lado, pero ninguno tuvo fortuna. El Liverpool se entregó y el Atalanta amarró su objetivo con menos incertidumbre y agobios de lo esperado.

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