Rafa Márquez y su desencuentro con Pep Guardiola: “A partir de mi lesión es un antes y un después”

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Hay un antes y un después en la relación entre Rafael Márquez y Pep Guardiola. Ambos protagonistas coincidieron en el Fútbol Club Barcelona, y aunque al inicio todo era “miel sobre hojuelas”, la lesión del defensa mexicano en abril del 2009 le dio un giro a la novela.

“Fue difícil. Es de las partes más complicadas de la vida de un futbolista: ver a tus compañeros participar, ganar, conseguir cosas importantes y que tú no seas partícipe de eso… lo fuiste para poder llegar ahí pero es lo que a veces no se ve”, dijo el ‘Káiser’ en entrevista con el canal oficial del conjunto culé.

Aquella rotura del menisco interno y externo de la rodilla derecha dejó fuera a Márquez del resto de la temporada 2008-09, en una parte decisiva para el club:

“Me deja fuera de los partidos más importantes de ese año. Sí me siento parte de eso pero a veces no se recuerda que estuve ahí por lo mismo de esa lesión. Fue la segunda Champions de mi carrera, del equipo en esa época, contento de haber participado así y triste por esa lesión”.

A partir de ese momento el rol del zaguero mexicano en la plantilla cambió… al igual que su vínculo con Pep: “A quien le dan un poco más de confianza es a Piqué y a mí me hacen un poco más al lado. A partir de la lesión es un antes y un después en la relación que yo tengo con Guardiola, porque veía que entrenaba bien, que podía jugar, que estaba a un nivel para poder ayudar al equipo pero siempre jugaba Piqué”.

Márquez, quien considera a Guardiola un “perfeccionista” al que le aprendió “muchas cosas”, explicó el acercamiento que tuvo hacia el hoy entrenador del Manchester City:

“En algún momento hablé con Guardiola y le pregunté qué estaba pasando, para saber si había algo en lo que tenía que mejorar o había que cambiar. La respuesta de él fue ‘confío en otra persona, si quieres puedes seguir pero si no está la puerta abierta para que busques otra cosa’. En ese momento decido que no tenía nada que hacer ahí, quería ser competitivo, jugar, fue que decidí irme”.

Pese a ello el cinco veces mundialista con México reconoce: “Si el de Rijkaard era 2.1, este era 3.0, era la versión mejorada de ese equipo. Guardiola empieza a mover piezas, a perfeccionar esta maquinaria y se vuelve un espectáculo […] Disfruté mucho. Lástima del final”.

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