Bryson DeChambeau da cátedra en el Masters de Augusta

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La tercera versión de Bryson DeChambeau podría ser la más desafiante en el Masters. Primero científico loco y luego un golfista de volumen muscular imponente, DeChambeau entró en una “fase de golf” y eso bastó para darle una tarjeta de 65 golpes, siete de bajo par, en medio de un viento incesante.

Así, tomó el jueves una ventaja de un golpe sobre Scottie Scheffler, quien en cambio sigue siendo el mismo de siempre.

La primera ronda no pudo completarse. El comienzo se demoró dos horas y media debido a la lluvia que cayó durante toda la noche y que dejó empapado el Augusta National. Los greens quedaron más blandos de lo que habían sido en toda la semana.

Pero la prueba mayor llegó con un viento de más de 30 kilómetros por hora. Las ráfagas alcanzaron el doble de esa velocidad.

Entre quienes seguían en el campo cuando la oscuridad hizo imposible continuar estaba Tiger Woods, ubicado en uno debajo de par luego de 13 hoyos. Este viernes, tendrá que recorrer 23, toda una prueba de resistencia para sus golpeadas piernas, mientras busca establecer el récord del Masters, si pasa el corte por 25ta ocasión consecutiva.

El danés Nicolai Hoigaard, uno de 17 debutantes en el Masters, entregó una tarjeta de cinco bajo par con tres hoyos por disputar. Max Homa quedó en cuatro bajo par luego de 13 hoyos.

DeChambeau tuvo el marcador más bajo en un inicio de un major en su carrera. Ofreció una cátedra de poder pero también de putt.

“Trato de ser el mejor golfista que pueda”, dijo DeChambeau. “Estoy simplemente en un lugar donde repito un movimiento. Trato de hacer lo mismo una y otra vez”.

Consiguió cinco birdies en un tramo de seis hoyos entre los últimos nueve, incluido uno con dos putts en el 15, par 5, donde su tiro arriesgado debajo de un pino pasó apenas encima del agua frente al green y lo dejó a 40 pies.

“Rozó el árbol. Cayeron unas hojas, cuatro, no más de cinco, y todo funcionó perfecto”, dijo DeChambeau, quien demostró así que sigue haciendo cálculos precisos.

Scheffler salió un par de horas después, cuando el viento soplaba con toda su fuerza. Quizá por ello se mostró sorprendido de ver tantos números rojos, bajo par, en los grandes tableros de marcadores.

“He jugado este torneo una vez antes con vientos muy intensos, y es un campo de golf muy desafiante”, dijo Scheffler, quien le dio el mérito a su caddie Ted Scott por “adivinar bien el viento” en varios tiros.

El latinoamericano mejor ubicado fue el chileno Joaquín Niemann, con un recorrido de 70 golpes.

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