La clasificación más fría de Colombia a un Mundial
Se celebró poco o nada a diferencias de las seis veces anteriores.

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Es cierto que el principal objetivo de la Selección Colombia era volver al Mundial y más, después de la ausencia de Qatar 2022 y de como se dieron las cosas en esa Eliminatoria. Después de golear a Bolivia en Barranquilla lo consiguió; volverá a a una cita planetaria y será la graduación de varios jugadores que no tuvieron la posibilidad de estar cuatro años atrás. Sin embargo y a diferencia de las anteriores, esta fue la clasificación más fría e insípida de todas.
Todo comienza el día que Giani Infantino confirma que los cupos al Mundial pasaban de ser 32 a ser 48. Muchos se rían y tildaron al manda más de FIFA de “antifútbol”. Sin embargo, con el correr de los partidos en la Eliminatoria, esos mismos, quisieron hacerle un monumento. Hoy, con el sistema anterior, Colombia estaría con un cupo en el repechaje y dispuesto a jugarse todo en Venezuela, una plaza compleja.
Colombia volverá a estar en un Mundial y eso es lo que importa, pero esta vez no hubo festejos en la calle, harina y felicidad. Néstor Lorenzo y sus dirigidos tuvieron un corto circuito con la gente después de la derrota de la final de la Copa América, lo que pasó en Montevideo y la caída en casa contra Ecuador. Así se obtuvieron y se vivieron las clasificaciones a las anteriores citas planetarias.
Para Chile 1962: la primera piedra
Colombia tuvo que disputar su cupo contra la siempre dura Perú. Un duelo de ida y vuelta en el que salió victorioso con un global de 2-1. Granó 1-0 en Bogotá y empató 1-1 en Lima; con la serie empatada el tanto salvador de Héctor González, hizo que el país explotara de emoción. A Chile fueron junto a Argentina y Uruguay que dejaron en el camino a Ecuador y Bolivia. Recordemos que Brasil fue por ser el campeón de 1958 en Suecia.
Para Italia 1990: la anestesia general a los dolores
Pasaron mucho años para que Colombia volviera a un Mundial. La clasificación a Italia 1990 fue muy dura, compleja, pero le llegó al país en un momento donde las bombas y los asesinatos estaban a la orden del día. Eran tres grupos y la Tricolor lo compartió con Ecuador y dura Paraguay de esa época con excelentes jugadores. Los dirigidos por Francisco Maturana llegaron a la última fecha con la obligación de ganarle a Paraguay en Barranquilla.
El Metropolitano estaba a reventar y comenzó a hacer pinos para ser la casa de la Selección. Paraguay pegó primero y en el segundo tiempo Arnoldo Iguarán y Rubén Darío Hernández voltearon la serie y por unos minutos hicieron que el país pensara en otra cosa y pudiera sonreír en medio de tanta oscuridad.
Colombia terminó tercera en la tabla general, arriba quedaron Brasil y Uruguay. Ese triunfo lo catapultó al repechaje contra Israel. Un triunfo en Barranquilla por la mínima diferencia fue suficiente para conseguir el cupo a su segundo Mundial. En Tel Aviv, once guerreros dejaron todo y la celebración ese 30 de octubre de 1989 duró tres días todos los rincones del país.
Para Estados Unidos 1994: la graduación
Volvieron los grupos y ya Colombia había mostrado muchas mejorías en la Copa América de 1993. Las pequeñas sociedades comenzaron a hacer efecto y para la Eliminatoria, el equipo de Francisco Maturana voló. Se dio el lujo de golear a Perú, aplastar a Argentina y ‘sacarse los ojos’ con Paraguay.
Colombia jugaba muy bien al fútbol y llegó a la última fecha con la posibilidad que el empate o la derrota, lo mandaban al repechaje con Australia. Un triunfo en Buenos Aires, contra Argentina, lo mandaba directo al Mundial de Estados Unidos. En el país había optimismo, pero no tanto. Los muchachos de ‘Pacho’ Maturana ganaron por 5-0 en El Monumental. Puede decirse que fue la graduación de una generación dorada del fútbol colombiano. La fiesta fue por muchos días, la celebración duró semanas y cada vez que se cumple año, se recuerda gratamente.
Para Francia 1998: paños de agua tibia
El sistema de la Eliminatoria cambió. Arrancó en todo contra todos que si sigue jugando en estos días. Colombia tuvo una primera vuelta muy buena, aplastó a varios lugares. Sin embargo, comenzó a caer. Se quedaba físicamente en los partidos y los errores individuales comenzaron a aparecer.
Colombia tuvo que cerrar contra Venezuela en Barranquilla y en un duelo cerrado, lo terminó ganando gracias a un tanto solitario de Wilmer Cabrera después de una gran jugada individual de Faustino Asprilla. El país celebró, pero no con las dos veces anteriores; ese triunfo cayó entre semana y al día siguiente había que trabajar. Esta Selección tenía el cariño pero muchos sabían que Francia 98 iba a ser igual o quizás algo mejor que Estados Unidos 1994. Terminó siendo lo mismo.
Para Brasil 2014: La Selección como causa Nacional
Colombia venía de estar ausente de tres mundiales y este comienzo de la Eliminatoria tuvo de todo. Arrancó con Leonel Álvarez como entrenador y tras caer contra Argentina, el 2012 comenzó con José Pékerman como DT. Pocos creían y con el correr de los partidos se fueron subiendo al bus.
La Tricolor hizo de Barranquilla un fortín y todo el que llegaba, salía goleado o ampliamente superado. Comenzó a salir a la luz otra generación única. Sin embargo y cuando todo pareció estar cocinado, apareció la Chile de Sampaoli y estuvo muy cerca de acabar con la fiesta en El Metropolitano. Eran 16 años sin mundiales.
Colombia arrancó perdiendo 3-0 y logró empatarlo 3-3 en la noche del Tigre Falcao y del estadio de Barranquilla siendo una caldera. Viernes de fiesta en todo el país, volvió la harina y la alegría. La Tricolor volvía al Mundial.
Para Rusia 2018: el pacto de Lima
No fue mala la Eliminatoria de Colombia, pero llegó a la última fecha con el agua al cuello después de haber perdido en casa contra Paraguay. Viajó a Lima a cerrar contra Perú; una derrota lo mandaba a repechaje y un triunfo o la igualdad le daban el tiquete. Había que esperar, de todas maneras, lo que pasaba con Chile que estaba respirando en la nuca.
Cuando el partido iba empatado, los capitanes de ambos equipos decidieron no hacerse daño. Colombia iba de manera directa y Perú tenía que medirse en un repechaje contra Nueva Zelanda a comienzos del 2018. Los de Pékerman se clasificaron, sufriendo, pero se logró. Con pacto y todo. Hubo una que otra celebración, peor todo muy frío… cayó entre semana.
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