Diez años en decadencia: Mourinho y la sombra de un legado cada vez más lejano

Parte de la explicación de su declive radica en la evolución del fútbol. Lo que en 2004 lo convirtió en disruptivo, en 2025 luce anticuado frente a propuestas más dinámicas.

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La salida de José Mourinho del Fenerbahce tras la eliminación en la Champions League representa un nuevo capítulo en la curva descendente de su trayectoria. El portugués, que en algún momento fue considerado como uno de los entrenadores más influyentes de la historia reciente, lleva una década sin volver a estar en lo más alto del fútbol europeo. Desde su última Premier League con el Chelsea en 2015, su carrera se ha sostenido más en recuerdos que en títulos de primera línea.

El golpe en Turquía

El desenlace llegó tras la derrota frente al Benfica en la fase previa de la Champions. Un empate en la ida mantenía la esperanza, pero la caída en Lisboa terminó de romper la relación entre el técnico y la dirigencia. El club turco, que había depositado confianza en su figura para recuperar protagonismo continental, no toleró el fracaso y ejecutó la destitución de manera inmediata.

Mourinho cerró su etapa en Estambul con 62 partidos dirigidos, de los cuales ganó 37, empató 14 y perdió 11. El balance numérico parecía aceptable, pero la falta de títulos y el distanciamiento con la directiva terminaron por sepultar su proceso. El subcampeonato en la liga y la distancia frente al Galatasaray ya habían encendido las alarmas.

Una década marcada por caídas

El contraste con el Mourinho de principios de siglo es evidente. Campeón de la Champions con Porto en 2004 y con Inter en 2010, además de múltiples títulos nacionales con Chelsea, Real Madrid e Inter, parecía destinado a mantenerse en la cima. Sin embargo, desde su regreso a Londres en 2013 y el título de la Premier en 2015, no ha logrado consolidar proyectos en la élite.

Manchester United lo vio alzar una Europa League en 2017, mientras que en Roma conquistó la Conference League en 2022. Logros que, aunque válidos, no se comparan con las vitrinas que llenaba una década atrás. En el Fenerbahce, la ilusión de un nuevo aire terminó por apagarse con rapidez.

Un legado que aún pesa

Más allá de los resultados recientes, Mourinho sigue siendo un nombre que genera respeto. Sus etapas exitosas dejaron huella: la transformación del Porto en campeón de Europa, la construcción de un Inter competitivo que logró el triplete y la capacidad de competir en ligas tan distintas como la Premier League, LaLiga y la Serie A. Sus métodos, polémicos pero efectivos en su momento, marcaron a generaciones de jugadores y entrenadores.

La sombra de su estilo

Parte de la explicación de su declive radica en la evolución del fútbol. Los sistemas de presión alta, la flexibilidad táctica y la apuesta por la posesión han contrastado con el enfoque pragmático que Mourinho mantuvo durante años. Lo que en 2004 lo convirtió en disruptivo, en 2025 luce anticuado frente a propuestas más dinámicas. La distancia entre su estilo y las tendencias actuales ha reducido su impacto en la élite.

¿El futuro de Mourinho fuera de Europa?

El presente abre una posibilidad distinta para José Mourinho: reinventarse fuera del circuito tradicional europeo. Ya sea al frente de una selección nacional en un gran torneo o liderando un proyecto en ligas emergentes, su nombre aún tiene peso y prestigio. La experiencia acumulada y su capacidad de gestión podrían encontrar espacio en escenarios donde el margen de presión es diferente al de los banquillos de élite.

Lo cierto es que, tras una década sin títulos de primer nivel, el desafío de Mourinho ya no es únicamente competir, sino demostrar que aún puede adaptarse a un fútbol que ha evolucionado. El tiempo dirá si logra escribir un último capítulo exitoso en su trayectoria o si su legado quedará como el recuerdo de un técnico que definió una época y después no pudo sostenerla.

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