Brescia, histórico de Italia, al borde de la quiebra y desaparición

Brescia desaparece tras 114 años por decisión de su presidente, que no pagará deudas. La ciudad y su capitán claman por renacer

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La historia del Brescia Calcio, una de las instituciones más antiguas y queridas del fútbol italiano, está a punto de llegar a un trágico final tras 114 años de vida. El presidente Massimo Cellino ha decidido “desconectar la máquina”, en palabras del diario La Gazzetta dello Sport, al negarse a pagar los salarios y las contribuciones necesarias para inscribir al club en la próxima temporada de Serie C. Sin ese pago, el equipo quedará fuera del fútbol profesional y su desaparición será oficial.

La fecha límite era el viernes 6 de junio, momento en el que debían abonarse cerca de 3 millones de euros, parte de una deuda total de 9 millones que había sido negociada con la Agencia Tributaria mediante un acuerdo de pago fraccionado. Pese a que la cifra es asumible para un empresario experimentado como Cellino, el presidente no esperó a ningún comprador y optó por abandonar el club. El grupo inversor estadounidense con el que se negociaba no quiso adelantar los fondos necesarios para cumplir con las obligaciones inmediatas. Cellino, que desde hace tiempo mantiene una relación quebrada con la ciudad, decidió no seguir adelante, cerrando así un capítulo glorioso en la historia del fútbol italiano.

La institución, que vivió días de gloria con jugadores como Roberto Baggio, Andrea Pirlo, Pep Guardiola, Gheorghe Hagi, David Hubner, Mario Balotelli, Sandro Tonali, entre muchos otros, fue conocida por su estilo ofensivo y por haber sido una cantera de talentos. Antes de la era Cellino, el club había gozado de cierta estabilidad con la familia Corioni, llegando incluso a sumar varias temporadas consecutivas en la Serie A. Desde que Cellino asumió el mando en 2017, el club solo logró una promoción en 2019 y descendió dos veces, la última de ellas administrativa, tras una doble sanción de -4 puntos por irregularidades en el pago de salarios y contribuciones.

La situación generó una profunda conmoción en la ciudad. El capitán Dimitri Bisoli publicó un emotivo mensaje en redes sociales asegurando que “114 años de historia han sido pisoteados, pero Brescia no es él (Cellino). El Brescia somos nosotros y nunca morirá”. También expresó su cercanía con la afición y su confianza en que el club renacerá. Mientras tanto, los ultras se han convocado frente al estadio Rigamonti para exigir respuestas, y la tensión ha obligado a intervenir a la Policía. En el plano institucional, la alcaldesa de Brescia, Laura Castelletti, ya inició contactos con otros clubes de la provincia, como Feralpisalò, Lumezzane y Ospitaletto, para estudiar alternativas que permitan preservar el fútbol en la ciudad.

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