El precio del éxito: Zverev y otros deportistas que abren la conversación sobre la salud mental

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La declaración del tenista alemán revive los casos de otros deportistas importantes

La salud mental en el deporte ha sido tradicionalmente un tema tabú, pero poco a poco, figuras de renombre como Alexander Zverev, Naomi Osaka, Simone Biles y otros están ayudando a derribar las barreras y a visibilizar los retos emocionales que enfrentan los atletas de élite. En una reciente declaración, Zverev dejó entrever la lucha que atraviesa fuera de la pista, revelando que sus dificultades no solo se limitan al tenis, sino que afectan profundamente su vida personal. “Es una sensación que tengo en mi vida en general. Nunca me había sentido así antes. Me cuesta encontrar alegría fuera del tenis ahora mismo”, confesó el tenista alemán, reflejando un problema común que muchos deportistas enfrentan, pero que rara vez se aborda abiertamente.

Este tipo de revelaciones no son nuevas en el deporte profesional. Naomi Osaka, quien llegó a ser la número 1 del mundo en tenis, también hizo pública su batalla con la depresión en 2021, al retirarse de Roland Garros para priorizar su bienestar mental. Osaka, que había estado lidiando con la depresión desde 2018, señaló lo difícil que resulta lidiar con la presión mediática, especialmente cuando los atletas son vistos como figuras inquebrantables. De manera similar, Simone Biles, una de las gimnastas más condecoradas de la historia, dejó claro en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 que su salud mental era más importante que la competencia. Tras varios abusos sufridos por el ex médico Larry Nassar, Biles confesó que, durante los Juegos Olímpicos, sentía que estaba “sola” enfrentando sus propios demonios y que su salud mental debía ser la prioridad.

La cuestión de la salud mental en el deporte no es exclusiva del tenis o la gimnasia. Michael Phelps, el nadador más exitoso de la historia, ha hablado abiertamente sobre sus periodos de depresión tras su retiro, llegando incluso a considerar el suicidio. Phelps, sin embargo, encontró apoyo en su familia y un terapeuta, lo que le permitió superar sus dificultades. Otros, como el basquetbolista español Ricky Rubio, han decidido hacer una pausa en sus carreras para cuidar su salud mental, demostrando que, en algunos casos, la mejor forma de avanzar es detenerse y buscar ayuda.

Algunos, como el futbolista español Andrés Iniesta, también han tenido que enfrentar retos similares. Tras la muerte de su amigo Dani Jarque y una serie de lesiones, Iniesta admitió haber pasado por un periodo en el que “no disfrutaba de las cosas” y perdió la pasión por su deporte. Gracias al apoyo psicológico, pudo superar esa etapa y salir fortalecido. Por su parte, el futbolista Bojan Krkic también enfrentó ataques de ansiedad en su juventud, lo que le impidió representar a su país en la Eurocopa de 2008, una situación que no reveló en su momento, pero que subraya cómo la salud mental sigue siendo una asignatura pendiente en el mundo del deporte profesional.

Estos casos han generado un debate necesario sobre la salud mental de los deportistas, pero no son los únicos. En México, Alexa Moreno, la primera gimnasta mexicana en ganar una medalla en un campeonato mundial durante Doha 2018, también ha sido muy vocal sobre las dificultades psicológicas que enfrenta un atleta de alto rendimiento. Moreno ha hablado abiertamente sobre las emociones adversas que los deportistas deben lidiar, como la frustración, la desesperación, las lesiones o la falta de autoconfianza. “Nosotros enfrentamos todo tipo de situaciones psicológicas adversas, de todo tipo. O sea, desde frustración, desesperación, lesión, la autoconfianza. De repente uno cae en hoyos que no está fácil salir de ahí y necesitas herramientas para poder seguir adelante y muchas veces no las tenemos”, explicó. Su testimonio pone en evidencia la necesidad de contar con herramientas psicológicas efectivas para enfrentar estos desafíos emocionales, a menudo ignorados por la sociedad.

Dak Prescott y la salud mental | Reuters

Por otro lado, Dak Prescott, mariscal de campo de los Dallas Cowboys, ha sido un ejemplo de vulnerabilidad al abordar sus propios problemas de salud mental. Después del suicidio de su hermano y la lucha de su madre contra el cáncer, Prescott no dudó en compartir públicamente su batalla contra la ansiedad y la depresión. En una entrevista para “In Depth With Graham Bensinger”, Prescott resaltó la importancia de ser “vulnerable, genuino y transparente”, especialmente cuando se tiene una plataforma tan grande para influir. “Creo que es importante ser vulnerable, genuino y transparente, porque como líder, tu voz es escuchada por mucha gente y puedes inspirar”, expresó. Durante la pandemia, Prescott pasó por momentos difíciles, experimentando emociones que nunca antes había sentido. Sin embargo, fue su disposición para buscar ayuda lo que le permitió superar sus luchas emocionales, recordando que no todos tienen la suerte de hacerlo. La sinceridad de Prescott y su disposición a hablar sobre su salud mental han ayudado a visibilizar este tema, animando a otros a ser abiertos y buscar el apoyo que necesitan, sin miedo al juicio o la estigmatización.

Estos casos sirven como recordatorio de que, detrás de cada logro y medalla, muchos deportistas luchan con problemas emocionales que afectan su bienestar. Si bien el cambio hacia una mayor apertura sobre la salud mental en el deporte es lento, figuras como Zverev, Osaka, Biles y Phelps están allanando el camino para que futuras generaciones de atletas puedan enfrentar sus problemas de manera abierta y sin miedo a ser juzgados, buscando el mismo apoyo que reciben por su rendimiento físico.

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