Samantha Bricio, la mexicana que sueña con conquistar la Champions League de voleibol

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La jugadora del Ilbank Sk de Turquía cuenta con dos medallas de bronce en la competición europea y este año compite por el oro

Con una gran trayectoria en el extranjero, Samantha Bricio regresa a la selección mexicana de voleibol para ir al Mundial de Tailandia, además de recuperar su nivel luego de su operación, pues este año jugará también en Ilbank Sk de Turquía y con la meta de alcanzar el título de la Champions League de su deporte.

La Champions League tengo medalla de bronce, dos de bronce, siempre me ha faltado la de primer lugar, obviamente algo más grande serían los Juegos Olímpicos es el sueño más grande de todos nosotros, me gustaría bastante regresar a Italia, el nivel de juego es muy, muy alto”, dijo en entrevista con Claro Sports.

Samantha estuvo varios meses ausente pues se operó del hombro, hoy está al 70 por ciento de su recuperación para aportar su gran experiencia a este equipo mexicano con el que asegura habrá sorpresas.

“Este año es de regresar a mi nivel porque después de la operación que tuve es algo bastante difícil, me tengo que acostumbrar, mi hombro se tiene que acostumbrar a la carga que le tengo que dar”, explicó.

La mexicana siempre ha agradecido el apoyo de sus padres, el ser parte de una historia importante en el voleibol a nivel internacional gracias a que siempre han estado con ella y también lo que el deporte le ha dado.

“Tengo una Academia en Guadalajara y siempre les digo que el voleibol no es la vida, pero sí te abre muchas puertas de educación, oportunidades de trabajo, de viajar, el deporte es algo bastante bueno que te puede ayudar mucho”, aseveró.

La tapatía ha jugado en las ligas profesionales de Italia, China, Rusia, y a sus 30 años todavía tiene muchos sueños, pero no olvida que los momentos más complicados fueron cuando se mudó a Estados Unidos en su etapa universitaria y cuando pensó en renunciar al deporte por la recuperación del hombro.

“En el segundo semestre quise renunciar, pero mi familia y mis compañeras hicieron que me quedara y se quitaran las dudas y mi etapa universitaria fue de las mejores etapas. 

Además, el dolor del hombro en mi recuperación era bastante fuerte y era diario, pero es algo que tenía que hacer y hubo momentos en los que si me llegaba el pensamiento de ya no quiero hacer esto porque la recuperación de un atleta al de una persona que ocupa su brazo para cosas normales es muy diferente”, explicó.

Samantha ha sido una estrella en el voleibol en Europa en donde le pedían fotografías y autógrafos en la calle, momentos que reconoce la hicieron buscar ser mejor y disfrutarlos.

“Quiero seguir y estar mucho tiempo más, pero uno nunca sabe qué pueda pasar. Aprendí el apoyo de la familia en el atleta de alto rendimiento y sin eso no hubiera llegado a ser quién soy”, acotó.

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