Usain Bolt, el rey de la velocidad, se confiesa: “Cuando subo las escaleras, me quedo sin aliento”

El medallista olímpico y mundial dijo que ya no corre desde que se rompió el tendón de Aquiles, aunque mencionó que aún acude al gimnasio

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Usain Bolt, considerado el mejor velocista de todos los tiempos, sorprendió al admitir que hoy enfrenta retos muy distintos a los de su época dorada en la pista. A sus 39 años, el jamaicano confesó que, tras subir unas simples escaleras, se queda sin aliento, una declaración que refleja la distancia entre el atleta imbatible de antes y la vida de un hombre con actividades normales cotidianas.

El ocho veces campeón olímpico, que aún ostenta los récords mundiales de los 100 y 200 metros, así como el relevo 4×100, reconoce que las lesiones han limitado su capacidad de volver a correr como antes.

Durante el Campeonato Mundial de Atletismo Tokyo 2025, Bolt explicó que la rotura del tendón de Aquiles lo alejó definitivamente de las pistas. En la actualidad, su rutina física se centra en el gimnasio, aunque admite que no es algo que disfrute tanto. “No me encanta, pero creo que ahora tengo que empezar a correr de verdad, porque cuando subo las escaleras me quedo sin aliento”, declaró entre risas, señalando que planea retomar un poco de trote para recuperar condición respiratoria.

El jamaicano se retiró oficialmente del atletismo en 2017, tras una carrera legendaria que marcó la historia del deporte. Hoy su vida gira alrededor de su familia, especialmente de sus hijos. Relata que su día comienza llevándolos a la escuela y, si no tiene compromisos, lo dedica a descansar, ver series o ejercitarse cuando está de ánimo. Entre sus nuevos pasatiempos destaca el Lego, una actividad con la que pasa horas construyendo y que se ha vuelto parte de su vida hogareña.

Más allá de su vida personal, Bolt no evitó pronunciarse sobre el nivel actual del sprint. Cuestionado acerca de por qué la nueva generación de velocistas aún no ha igualado los tiempos de su generación, pese a los avances tecnológicos como las zapatillas para correr de clavos, su respuesta fue directa: “Simplemente tenemos más talento”. El exvelocista, considera que la diferencia es evidente en los hombres, aunque en el caso de las mujeres sí se aprecia un progreso constante en las marcas.

Sobre esto, Bolt mencionó el caso de su compatriota Shelly-Ann Fraser-Pryce, quien con los avances tecnológicos y su constancia ha conseguido registros impresionantes. Bolt subrayó que, en su época, la clave era la combinación de talento natural con disciplina, algo que, en su opinión, marcó la diferencia frente a los corredores actuales. Su análisis reafirma la percepción de que su generación fue excepcional por condiciones más allá de la tecnología.

La confesión de Bolt sobre quedarse sin aliento al subir escaleras humaniza a una figura que en su momento fue sinónimo de velocidad y superioridad. Lejos de la presión de la competencia, vive una etapa distinta, donde la prioridad no es batir récords, sino disfrutar de su familia y mantener un estilo de vida equilibrado. Aunque ya no compite, su influencia en el atletismo permanece intacta, y su nombre sigue siendo referencia obligada al hablar de velocidad.

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