Llegó como fichaje estrella a Guatemala y lo despidieron antes del mes por indisciplina

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El fútbol de Guatemala se vio sorprendido por un problema con un jugador que recién había sido presentado hace menos de un mes en su equipo.

Chiquimulilla comenzó con su pretemporada en Guatemala | Facebook CD Chiquimulilla
Chiquimulilla comenzó con su pretemporada en Guatemala | Facebook CD Chiquimulilla

El delantero costarricense Frank Zamora volvió a estar en el centro de la polémica tras ser despedido del Club Deportivo Chiquimulilla, equipo de la Primera A de Guatemala, apenas 19 días después de su llegada. La decisión fue comunicada públicamente por el propio club, que fue tajante en su postura: no tolerará actos de indisciplina, especialmente relacionados con el consumo de alcohol.

“El Club Social y Deportivo Chiquimulilla informa que da de baja al delantero costarricense Frank Zamora. Somos un club serio y no toleramos personas indisciplinadas con el alcohol. Somos canaleros de corazón”, expresó la institución a través de sus redes sociales. El fichaje había sido presentado como un movimiento de impacto para reforzar al equipo en su lucha por el ascenso, pero la historia terminó abruptamente y sin debut oficial.

No es la primera vez que el nombre de Zamora se ve envuelto en episodios fuera del campo. El 3 de octubre de 2020, cuando militaba en el Deportivo Saprissa, fue duramente cuestionado por participar en una fiesta durante la pandemia, rompiendo la burbuja sanitaria impuesta por el club. En aquel entonces, se difundió un video donde aparecía acompañado de dos mujeres, en una actividad privada que violaba los protocolos. El jugador ofreció disculpas públicas, reconociendo el error y afirmando sentirse “sumamente arrepentido”.

Desde aquel episodio, la carrera de Frank Zamora ha estado marcada por la inestabilidad. Tras su salida del Saprissa, pasó por clubes como Guadalupe, Jicaral y Santos de Guápiles, sin lograr consolidarse en ninguno de ellos. Su último intento por relanzar su trayectoria lo llevó a Guatemala, donde lamentablemente volvió a salir más por lo extradeportivo que por lo hecho en la cancha.

El futuro inmediato del atacante tico es una incógnita. Su paso fugaz por Chiquimulilla deja una nueva mancha en su carrera y alimenta las dudas sobre su profesionalismo. Con 33 años, la ventana para volver a competir al más alto nivel se reduce, y cada oportunidad desperdiciada aleja más la posibilidad de una redención deportiva que, por ahora, parece cuesta arriba.

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