La Equidad y Águilas Doradas empatan en fútbol y en artes marciales mixtas

Ante la incapacidad de juego, ambos equipos decidieron entrar en una disputa física digna de otro deporte.

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Teniendo en cuenta que hay un partido aplazado para agosto, se cerró la primera jornada de la Liga BetPlay Dimayor 2025-II este domingo. Los encargados de bajar el telón de estreno fueron La Equidad y Águilas Doradas. Como ambos equipos llegaban de un semestre en el que no consiguieron clasificar a cuadrangulares, el propósito era arrancar con un triunfo que los ilusionara.

Pocos segundos después de pitazo inicial, Kevin Parra tuvo una gran chance. Llegó al mano a mano, pero el portero Wuílker Faríñez le cerró el ángulo de disparo de gran manera. Esa fue la declaración de intenciones de un elenco Asegurador que ha sido el que más novedades ha tenido en el mercado de fichajes del fútbol colombiano.

El portero visitante se empezó a postular como figura, pues volvió a tener una atajada sobre saliente ante un remate de media distancia de Joider Micolta que llevaba mucha fuerza. Las alarmas de Águilas se encendieron sobre media hora y tuvieron dos oportunidades para abrir el marcador: Johan Caballero cabeceó sin oposición y Éduar Esteban atajó; después, Diego Hernández probó por la misma vía y Jean Colorado evitó sobre la línea. Sin goles en la primera parte.

En reinicio iba a traer serios problemas para el cuadro bogotano. Colorado estaba en una disputa contra Frank Lozano y se fue al suelo. Cometió una acción infantil estirando sus piernas hacia arriba para impactar al rival y el árbitro, Luis Matorel, no dudó en mostrarle tarjeta roja directa al minuto 57. La Equidad se quedaba sin un efectivo y parecía que venía una oportunidad para Águilas.

La ventaja le duró menos de tres minutos al equipo antioqueño. Mateo Puerta iba a hacer un saque de banda mientras Micolta intentaba sacarle la pelota de las manos. Otra imprudencia vino, pues el defensor de la visita le dio un manotazo en el rostro a su adversario con el juez al lado y se dio otra expulsión que equiparó el asunto. El partido se empezó a dañar y ahora había un fastidio general en el que todos querían entrar a la disputa física.

Como si estuvieran dispuestos para una jaula de artes marciales mixtas, el juego se fue para otro lado y ya la pelota casi no estaba en juego. La única expectativa pasaba por quién iba a dar el siguiente golpe o si llegaba la brabuconería ante la impotencia de no tener argumentos futbolísticos. Además, Matorel ya estaba muy prevenido y prefirió sancionar cualquier contacto como infracción. Empate digno de otro deporte en Bogotá.

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