Iga Swiatek conquista Wimbledon con un triunfo histórico sobre Amanda Anisimova

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La polaca ganó su sexto Grand Slam con un resultado sin precedentes en la Era Abierta y se estrenó como campeona sobre césped

La polaca extendió su racha invicta en finales de Grand Slam | Reuters

¡La nueva reina de la Catedral! Iga Swiatek conquistó su primer título de Wimbledon al vencer a Amanda Anisimova con parciales de 6-0 y 6-0 en solo 58 minutos de partido. La polaca conquistó su sexto título de Grand Slam y firmó la primera victoria por doble rosco en una final del torneo en la era abierta. La última vez que la definición de un Major terminó con doble rosco fue en 1988, cuando Steffi Graf derrotó a Natasha Zvereva en Roland Garros.

El partido se definió desde los primeros minutos. Swiatek tomó el control desde el servicio, se mostró efectiva en la devolución, robándose la iniciativa de su oponente, y redujo al mínimo los errores no forzados, un aspecto que había sido determinante en otros momentos de la temporada. Anisimova no encontró respuestas desde el inicio y no logró establecer su juego habitual desde el centro de la cancha, ni imponer la potencia de sus golpes.

La presión del escenario y el ritmo de su oponente afectaron el desempeño de la estadounidense, que cometió errores muy costosos y no consiguió sostener sus turnos al saque. La polaca mantuvo la misma línea durante todo el encuentro, cerrando el duelo en menos de una hora.

Las estadísticas reflejaron con claridad el dominio de Swiatek y las dificultades de Anisimova. La campeona cerró el partido con tres aces, apenas dos dobles faltas, un 78% de primeros servicios y ganó el 72% de esos puntos. Además, cometió solo 11 errores no forzados y concretó seis de nueve oportunidades de quiebre. En contraste, la estadounidense no logró conectar ningún ace —una parte clave de su juego—, sumó cinco dobles faltas, metió menos de la mitad de sus primeros saques y acumuló 28 errores no forzados.

Con esta victoria, amplía su dominio en los torneos grandes y suma un nuevo título en una superficie donde nunca había triunfado. A lo largo de su carrera profesional, la de Varsovia había batallado para adaptarse al pasto, y no había superado los cuartos de final en la Catedral del Tenis.

Sin embargo, algo cambió en esta edición de Wimbledon. Después de un inicio de temporada en el que no pudo defender sus títulos en los WTA 1000 de arcilla ni el tricampeonato en Roland Garros, la número cuatro del mundo ajustó su enfoque y preparación con miras al torneo sobre césped. La decisión dio resultados: ganó con autoridad durante todo el certamen y se coronó con un resultado inédito, siete años después de haber levantado el campeonato juvenil en el mismo escenario.

Con el triunfo, rompió una racha de más de un año sin títulos. Su última victoria había sido en Roland Garros, en mayo de 2024. Además, se convirtió en la primera persona nacida en Polonia en ganar Wimbledon en la categoría de singles, tanto en la rama femenina como masculina. El triunfo representa un punto de inflexión en su temporada y refuerza su lugar en la historia del tenis, consolidando su dominio en todas las superficies del circuito.

100 VICTORIAS Y SEIS TÍTULOS

La paliza sobre Anisimova también marcó un hito en la carrera de Iga Swiatek: su victoria número 100 en torneos de Grand Slam. Desde su debut en 2019, ha disputado 120 partidos en los escenarios más importantes del circuito, con un balance de 100 triunfos y 20 derrotas. También ha ganado las seis finales que ha disputado: cuatro en Roland Garros, una en el US Open y ahora una en Wimbledon. Con este logro, se convierte en la única jugadora en activo con títulos de Grand Slam en las tres superficies, y en apenas la octava en la historia en lograrlo.

Para la estadounidense, el resultado de la final no empaña una semana que marcó un momento clave de su trayectoria. En semifinales consiguió su primera victoria sobre una número uno del mundo al superar a Aryna Sabalenka, y ese resultado le permitirá ingresar por primera vez en el Top 10 del ranking WTA. Su campaña en Wimbledon representa un avance significativo tras su regreso al circuito, y le abre nuevas perspectivas para lo que resta de la temporada.

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