El ridículo de Honduras: Reinaldo Rueda y un golpe que prende alarmas

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Por qué el 6-0 ante Canadá puede ser un golpe más fuerte que solo una derrota en los 90 minutos de un partido de la Copa Oro.

Canadá aplastó a Honduras en el inicio de la Copa Oro 2025 | Reuters
Canadá aplastó a Honduras en el inicio de la Copa Oro 2025 | Reuters

La Selección de Honduras vivió una de sus noches más oscuras en la historia reciente del fútbol centroamericano. La derrota por 6-0 ante Canadá en su debut en la Copa Oro 2025 no solo dejó un marcador lapidario, sino que reflejó con crudeza una brecha cada vez más grande entre la Bicolor y las potencias emergentes del continente. El golpe no es solo futbolístico; es anímico, estructural y simbólico. Y lo peor: no se vislumbran señales de cambio a corto plazo.

Reinaldo Rueda no pudo ocultar su desconcierto. “No se encuentra una explicación”, confesó en conferencia de prensa, con tono resignado, al tratar de explicar una presentación sin alma, sin ideas y sin intensidad. “Este partido nos hace aterrizar”, agregó, reconociendo que el nivel mostrado por sus dirigidos está muy lejos del que exige la élite de la Concacaf. “Por más que hubo pasajes que se quiso reaccionar, el rival no nos dejó jugar”, dijo, remarcando que la intensidad de Canadá los superó de principio a fin.

Un abismo que se agranda

La dura realidad es que Honduras no compitió. Mientras selecciones como Canadá crecen gracias a proyectos deportivos sólidos, jugadores en ligas de élite y un enfoque moderno del juego, la H sigue anclada. “Nuestros jugadores tienen una base, pero quizás les falta esa intensidad para poder lograr competir”, sentenció Rueda, consciente de que la falta de roce internacional y la escasa evolución táctica son limitantes cada vez más evidentes.

Más allá del resultado, el partido fue un retrato completo del retroceso. Honduras no logró un solo remate al arco y terminó siendo un espectador ante el vendaval canadiense, que pudo haber marcado aún más goles. La prensa local no tardó en reaccionar: “Fuimos la decepción de Centroamérica”, se tituló en uno de los principales medios deportivos. Buchanan, David y compañía ridiculizaron a una selección hondureña que se desmoronó física y anímicamente tras el segundo gol.

El rival crece, Honduras retrocede

La imagen proyectada por la Bicolor fue la de un equipo descompuesto, con jugadores desconectados y un técnico sin herramientas tácticas para revertir la situación. “Nos desarticulamos, propiciamos situaciones increíbles… fue un marcador muy fuerte, muy lapidario”, dijo Rueda con crudeza. El colombiano, con pasado exitoso en otras etapas, parece hoy atrapado en una versión sin rumbo del proyecto hondureño. Lo más preocupante es que no hay recambios visibles ni estructura para iniciar una reconstrucción seria.

Rueda no escatimó elogios para Canadá: “El respeto para Canadá por todo lo que ha evolucionado, por todo lo que muestra en la cancha, por la inteligencia táctica y la intensidad de juego. El Mundial 2022 los potenció”. Y esa comparación duele, porque deja expuesta la brecha: mientras unos crecen y exportan talentos, Honduras sigue apostando a nombres sin peso en los grandes escenarios y a sistemas que no evolucionan.

“No pudimos desarrollar ni el juego interior, ni el juego por las bandas”, explicó el entrenador, remarcando una impotencia táctica total. Cada gol canadiense fue una muestra más del desorden y la falta de lectura de juego del equipo hondureño. “Hoy el resultado lo dice todo, no hay palabras”, concluyó Rueda. Y esa falta de palabras podría ser el reflejo más claro de una selección que no compitió ante un gran equipo.

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