Ríchard Ríos se despide del Mundial de Clubes con la frente en alto y el corazón en la mano

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A pesar de la eliminación de Palmeiras, el colombiano jugó un partidazo contra el Chelsea y aportó una asistencia.

Ríchard Ríos, en el Mundial de Clubes. - Reuters.
Ríchard Ríos, en el Mundial de Clubes. – Reuters.

Se acabó el sueño para Palmeiras en el Mundial de Clubes. El equipo brasileño se fue eliminado a manos del Chelsea y tuvo entre sus titulares al colombiano Ríchard Ríos. El antioqueño fue de lo mejor que tuvo su equipo, apostando seguridad y explosión en ataque.

A pesar de las complicaciones que tuvo el conjunto carioca arrancando y que le costaron un gol en contra, el cafetero estaba haciendo un buen partido. Mostró la fortaleza necesaria para marcar de buena manera a los atacantes rivales y la pericia acostumbrada para proponer buenos pases con intensión ofensiva.

Tan bien estaba haciendo su trabajo de referencia, que logró sacar de casillas a Liam Delap. El centrodelantero se hartó de la sombra y le dio un codazo para sacárselo de encima cuando el árbitro estaba atento, así que fue un tarjeta amarilla más que merecida al final del primer tiempo.

En medio de ese merecimiento individual, se necesitaba también que el resto del equipo se contagiara y encontrara claridad en el último tercio. Palmeiras salió a buscar el empate y lo encontró. ¿Gracias a quiénes? Pues, primero, a Ríos, que se inventó toda la jugada para llegar por el sector derecho y lanzó un pase exacto para convertirlo en asistencia. Después, Estevao, que sacó un remate espectacular para mandar al pelota adentro del arco.

Ahora estaba por verse qué actitud asumía el cuadro de Sao Paulo. El dilema estaba en si seguir atacando o empezar a hacer uso de la fricción para sostener la igualdad. De cualquier manera, el colombiano estaba preparado. El Chelsea se volvió a volcar al ataque y entonces fue choque, pero esperando los momentos justos para salir en velocidad disparado para el contraataque.

A falta de unos 15 minutos para cumplir el tiempo reglamentario, llegó una mala noticia para Ríos: el árbitro lo amonestó por protestar y eso significaba que, en casi de avanzar a semifinales, se perdería el partido contra Fluminense. Todo apuntaba a que iba a haber prórroga, así que iba a tener que andar con la precaución en la mano.

Sin embargo, el golpazo emocional fue peor. Al 83′, llegó el gol en propia puerta de Weverton que liquidó el asunto sin necesidad de otra media hora de juego. La tristeza general por la eliminación fue lo que quedó, pero Ríos hizo cosas importantes como para despedirse del Mundial de Clubes con la frente en alto, retirándose del compromiso para darle paso a Raphael Veiga.

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