El Wimbledon más sorpresivo de la historia

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El Grand Slam londinense perdió a cinco jugadores del Top 10 en los torneos varonil y femenil antes de la tercera ronda

Las mayores decepciones de Wimbledon 2025 | AFP

Wimbledon siempre ha sido reconocido como un escenario para sorpresas e historias inesperadas en el mundo del tenis. El césped de la Catedral tiende a nivelar a los favoritos con los contendientes y regalarnos partidos históricos y batacazos imposibles en cualquiera de las otras superficies. Sin embargo, lo que está ocurriendo en 2025 ya se sale de cualquier guion. Las sorpresas han superado todas las expectativas, y los caballos negros están dominando el torneo, cazando a los clasificados uno por uno.

Desde la primera ronda, se presentó un escenario sin antecedentes en la Era Abierta. Ocho jugadores del Top 10, contando ambas ramas, quedaron eliminados en su debut. En el cuadro masculino, el ruso Daniil Medvedev se despidió ante Benjamin Bonzi en cuatro sets, marcando la primera gran sorpresa del certamen.

A ese golpe inicial se sumó la derrota de Holger Rune. El danés, octavo del mundo, parecía tener el control absoluto después de ganar los dos primeros sets frente a Nicolás Jarry, pero el chileno, ubicado en el puesto 149 del ranking y proveniente de la fase previa, revirtió el marcador y avanzó en cinco sets.

Alexander Zverev, tercer preclasificado, tampoco pasó la prueba. Cayó ante Arthur Rinderknech, que se apoyó en un servicio sólido y en subidas constantes a la red, ganando el 80% de los puntos en ese sector. Por su parte, Lorenzo Musetti, séptimo cabeza de serie, perdió en cuatro sets ante Nikoloz Basilashvili. El italiano, que venía de hacer semifinales tanto en Roland Garros como en Wimbledon el año anterior, no encontró respuestas para la potencia del georgiano. 

Zverev cayó en un maratón ante Arthur Rinderknech | AFP Glyn Kirk

En la rama femenina, el panorama fue igual de volátil. Paula Badosa, número nueve del mundo, perdió ante la británica Katie Boulter en tres sets. Coco Gauff, segunda del ranking y campeona del Abierto de Francia, tampoco logró adaptarse y cayó frente a Dayana Yastremska.

A ellas se sumó Jessica Pegula, número tres del mundo, que venía de conquistar el WTA 500 de Bad Homburg y llegaba como una de las grandes candidatas a su primer título de Grand Slam. Sin embargo, fue eliminada en sets corridos por Elisabetta Cocciaretto. Y Qinwen Zheng, quinta preclasificada, tampoco pasó del debut: cayó en tres sets frente a Katerina Siniakova, firmando su segunda eliminación consecutiva en la primera ronda de Wimbledon.

La segunda ronda mantuvo la misma tónica. Jasmine Paolini, finalista en 2024, fue una de las nuevas víctimas, al igual que Jack Draper, principal representante local y gran esperanza británica. Al cierre de esa etapa, el balance era contundente: solo 13 de los 32 cabezas de serie varoniles seguían en competencia. En el cuadro femenil, Aryna Sabalenka se mantenía como la única jugadora del Top 5 aún con vida en el torneo.

Las razones detrás de las eliminaciones

Pegula llegó al torneo como una de las favoritas | AFP Adrian Dennis

Las salidas tempranas de jugadores con alto ranking no se explican por un único factor. El calendario inmediato previo a Wimbledon condiciona la preparación. La gira sobre césped dura apenas tres semanas y arranca justo después de Roland Garros, lo que deja un margen muy corto para adaptarse a una superficie completamente distinta.

El juego en pasto exige desplazamientos reducidos, reacciones rápidas y dominio del saque y la volea. Los tenistas que dependen de intercambios largos y de la resistencia física pierden margen de maniobra. La menor altura del bote y la velocidad de los puntos limitan el tiempo de reacción y reducen la posibilidad de construir cada jugada como en arcilla o concreto.

El desgaste también influye. El volumen de partidos que muchos acumulan en la primera mitad de la temporada pasa factura. Los que llegan a instancias finales en varios torneos cargan con una exigencia física que impacta directamente en su capacidad para moverse con explosividad en césped. Después de semanas compitiendo en arcilla o superficie dura, la transición no solo es técnica: también es muscular y mental.

Taylor Fritz fue un claro ejemplo de ese desgaste. Tuvo que jugar dos partidos a cinco sets en sus primeras rondas contra rivales no sembrados. Giovanni Mphetshi Perricard, de 21 años, y Gabriel Diallo, de 23, mostraron un patrón común: jugadores altos, con saques por encima de 220 km/h y capacidad para alargar partidos con muy poco margen de error desde el fondo.

La situación de Gauff es otro punto clave. La estadounidense llegó tras levantar el título en París, pero el cambio abrupto de superficie condicionó su rendimiento. La diferencia en el comportamiento de la bola entre arcilla y césped afectó su ajuste técnico. El menor tiempo de preparación entre ambos torneos amplificó los errores en los primeros encuentros.

El pasto premia el juego directo y la agresividad desde el arranque. Para quienes vienen de semanas donde predomina la construcción de puntos largos y la resistencia, el cambio no siempre llega a tiempo. Y eso explica, en parte, el número altísimo de cabezas de serie que quedaron fuera incluso antes de llegar a la tercera ronda.

Las excepciones que siguen brillando

Carlos Alcaraz se instala en los octavos de final de Wimbledon
Alcaraz superó a Struff y está en octavos de final | Reuters

Mientras la mayoría de los favoritos quedó fuera, algunos nombres han logrado mantenerse firmes en el cuadro principal. Carlos Alcaraz avanza en busca de su posible tercer título consecutivo en la Catedral del tenis. En su debut necesitó cinco sets para superar al italiano Fognini, que disputó el último Wimbledon de su carrera, pero desde la segunda ronda consolidó su rendimiento y continúa con paso firme hacia la corona.

Jannik Sinner también ha sostenido un nivel sólido. El número uno del mundo no ha perdido un solo set y solo ha cedido 12 juegos en sus dos primeros partidos, lo que refleja una gestión eficiente, sin sobresaltos, en la primera semana del torneo.

Novak Djokovic sigue enfocado en su objetivo: sumar su vigésimo quinto título de Grand Slam y alcanzar el récord de ocho trofeos de Federer en el All England Club. El serbio ha superado con solvencia a sus primeros rivales y, hasta ahora, no ha mostrado señales de desgaste, dejando claro que la edad no ha mermado su capacidad competitiva en esta superficie.

En el cuadro femenino, Aryna Sabalenka permanece como la única representante del Top 5. Su juego de potencia se ha sostenido, imponiendo el ritmo desde el servicio y dictando condiciones en una superficie que premia el control de los primeros golpes.

Junto a ella, otras dos campeonas recientes siguen en carrera: Elena Rybakina y Barbora Krejcikova, campeonas en 2022 y 2024 respectivamente, han mostrado una vez más su dominio en césped. Su experiencia en esta superficie y el manejo táctico de los partidos las mantienen como candidatas firmes a llegar a las rondas decisivas.

La tercera ronda cobra su primera víctima

La campeona del Australia perdió en la tercera ronda en SW19 | Kirill Kudryavtsev

Y cuando parecía que el torneo podía estabilizarse un poco, llegó otra sorpresa mayúscula. Laura Siegemund eliminó a Madison Keys y avanzó por primera vez a los octavos de final. La alemana, de 37 años, tenía un historial poco prometedor en Wimbledon: siete ausencias, tres eliminaciones en la fase de clasificación, tres derrotas en primera ronda y dos en segunda. Antes de esta edición, solo había ganado dos partidos en el cuadro principal en toda su carrera. Este año sumó su quinta triunfo y, por primera vez en su carrera, jugará la segunda semana en Londres.

Keys, número seis del mundo, llegaba con 13 victorias en torneos de Grand Slam esta temporada, incluyendo el título en Australia. Era parte del grupo de principales candidatas y una de las pocas jugadoras del Top 10 aún activas. Su salida se convirtió en otra señal clara del desorden que reina en el torneo femenil.

En el mismo sector, se vivió un hecho histórico: Solana Sierra consiguió un resultado sin precedentes. La argentina ingresó al cuadro como lucky loser y venció a Cristina Bucsa, clasificándose a octavos de final. Es la primera jugadora en la historia del torneo que alcanza esta instancia viniendo desde esa vía. Sumó tres victorias consecutivas en el cuadro principal tras su entrada inesperada, firmando un registro inédito en el certamen.

Las eliminaciones en tercera ronda no solo redujeron aún más la presencia de nombres fuertes, sino que reafirmaron la tendencia que se marcó desde el arranque. Con la salida de Keys, el cuadro femenino se quedó con una sola jugadora dentro del Top 6. Su derrota se sumó a las de Badosa, Gauff, Pegula y Zheng, confirmando la magnitud de la crisis en Londres.

En la rama masculina, la situación no fue diferente. El avance de jugadores no sembrados y la caída de 19 de los 32 cabezas de serie antes de la tercera ronda reflejan el impacto acumulado. La irrupción de tenistas con saques potentes y planteamientos directos sobre césped ha desplazado a buena parte de los principales preclasificados, dejando un torneo completamente abierto de cara a la segunda semana en SW19.

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