Carlos Sainz, frustrado con su Williams: “No es un coche que me guste conducir”
Mientras Albon brilla, Sainz confiesa que no disfruta pilotar el FW47, pues no va con su estilo de conducción
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Carlos Sainz no vive el debut soñado con Williams. El piloto español, que llegó a Grove para iniciar un nuevo capítulo en su carrera tras la salida de Ferrari, atraviesa un primer año bastante complicado. Aunque la escudería británica ha sorprendido al mantenerse quinta en el Mundial de Constructores y con actuaciones destacadas en distintos Grandes Premios, la realidad del piloto español no llega a ser del todo positiva: apenas suma 16 puntos y ocupa la 16ª posición en el campeonato, mientras su coequipero Alex Albon brilla con 70 unidades y la séptima plaza en la tabla.
El Gran Premio de Italia volvió a poner en evidencia esas dificultades. Un accidente terminó de arruinar el fin de semana de Sainz, pero incluso antes del golpe la frustración ya estaba presente. Tras la carrera, el madrileño habló con una sinceridad poco habitual en la Fórmula 1.
“No es un coche que me guste conducir. No es mi estilo de conducción, no es lo que me encanta hacer”, confesó Sainz sobre el FW47, dejando claro que nunca llegó a sentirse en sintonía con el monoplaza. Aun así, quiso matizar que su rendimiento personal no ha sido del todo malo.
“Creo que me he sentido relativamente bien con el coche todo el año. Cuando miras mi ritmo de clasificación y de carrera, siempre ha sido bueno. Es únicamente que para conseguir un buen resultado estamos sufriendo mucho como equipo”, señaló.
El problema no es la falta de velocidad, sino la suma constante de imprevistos. En Monza, además del accidente, Sainz lidió con un fallo de batería que condicionó toda su participación. “Tuvimos problemas de batería durante toda la carrera que no aparecieron el viernes. Siempre son pequeñas cosas, incidentes, a veces la estrategia… siempre pasa algo. A pesar de tener buen ritmo, parece que no nos da un respiro”.
La temporada 2025 se ha convertido, entonces, en una prueba de paciencia para Sainz. Williams atraviesa otra etapa de reconstrucción, con destellos de competitividad que contrastan con problemas estructurales. Para Albon, el FW47 ha resultado una herramienta brillante, capaz de sumar de forma constante. No obstante, para Sainz se ha transformado en un dolor de cabeza.
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