Max Verstappen convierte al Nordschleife en su nuevo desafío fuera de la Fórmula 1

El neerlandés obtuvo el permiso A en la Langstrecken Series y prepara su camino hacia las 24 Horas de Nürburgring en GT3

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En el automovilismo hay pilotos que, aun después de haberlo conquistado todo, mantienen intacta la necesidad de experimentar la esencia pura de las carreras. Max Verstappen es uno de ellos. El neerlandés, cuatro veces campeón del mundo en Fórmula 1, no se conforma con ser el dominador de la máxima categoría ni con los circuitos modernos, seguros y cargados de tecnología. Su atención está puesta en un escenario mítico: el Nürburgring Nordschleife.

Conocido como “el infierno verde”, el Nordschleife es un trazado de más de 20 kilómetros, estrecho y con 73 curvas, que desafía tanto la habilidad como la valentía de quienes se atreven a enfrentarlo. Ahí donde los márgenes de error son mínimos, Verstappen busca un reto distinto, alejado del glamour y la comodidad de la Fórmula 1. Durante un fin de semana libre en el calendario, decidió probar suerte en la Langstrecken Series, para conseguir la licencia necesaria para cumplir con el objetivo. 

Para poder competir, el neerlandés tuvo que pasar por un procedimiento muy diferente al que está acostumbrado. Primero tomó un curso teórico, después aprobó un examen, y finalmente se subió a un Porsche Cayman GT4 para completar sus primeras vueltas como “novato”. Lejos de mostrar incomodidad, asumió la experiencia con humildad, consciente de que este era apenas el primer paso para abrirse camino en la categoría GT3.

El objetivo estaba claro: obtener el DMSB Permit A, requisito indispensable para poder competir en el Nordschleife al volante de un auto GT3. Curiosamente, Verstappen ya había probado un Ferrari 296 GT3 en una sesión privada meses atrás, donde incluso marcó un récord de vuelta no oficial. Sin embargo, la normativa lo obligaba a cumplir con el proceso completo, comenzando desde abajo, antes de poder dar el salto a la categoría mayor.

Una vez cumplidos los requisitos, Verstappen quedó listo para apuntar al reto que realmente lo motiva: las 24 Horas de Nürburgring, una de las pruebas más exigentes y emblemáticas del automovilismo mundial. Su plan es debutar oficialmente con un GT3 en la propia Langstrecken Series, en una carrera que se celebrará entre los Grandes Premios de Azerbaiyán y Singapur, como antesala de su participación en la prueba de resistencia.

“Correr no es solo mi trabajo, también es mi pasión”, aseguró el neerlandés. Y esa frase resume la esencia de su decisión: más allá de los récords y los títulos en Fórmula 1, Verstappen busca la experiencia genuina de manejar al límite en el trazado más desafiante del planeta. No se trata de añadir trofeos a su vitrina, sino de seguir alimentando la pasión que lo convirtió en piloto.

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