Ozzy Osbourne, el Príncipe del Metal y su otra gran pasión: El deporte

Pasiones, camisetas, gritos y homenajes: la huella inesperada del ídolo en canchas, pistas, rings y tribunas del mundo

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Aunque el legado de Ozzy Osbourne quedará por siempre ligado a la historia de la música como la figura fundacional del heavy metal, su conexión con el deporte —variada, entrañable y, en ocasiones, sorpresiva— fue una constante que cruzó océanos, generaciones y disciplinas. Desde los estadios de Birmingham hasta los cuadriláteros de la WWE, pasando por los diamantes del béisbol, las pistas de Fórmula 1 y el rugido de la NFL, Ozzy dejó su marca con la misma fuerza con la que gritaba “I am Iron Man!”.

A continuación, repasamos su historia deportiva dividida por disciplinas, como un homenaje a un ídolo que vivió el deporte con la misma intensidad y pasión que mostraba en el escenario

UNA VIDA AL RITMO DE VILLA PARK

Ozzy Osbourne nació a solo unos pasos del estadio de Aston Villa, y ese detalle geográfico definió una parte íntima de su identidad. “Aston me hizo ser quien soy”, dijo alguna vez. Y lo dijo en serio: antes de ser una estrella global, era un niño más del barrio que cuidaba autos afuera del estadio los días de partido y se ganaba algunas monedas con sus amigos lavando parabrisas.

Décadas más tarde, su vínculo con los Villanos no solo se mantendría, sino que se convertiría en una historia de amor. En 2024, Ozzy fue protagonista de la presentación de la nueva camiseta del club para su regreso a la Champions League. En el video, compartía escena con el bajista de Black Sabbath, Geezer Butler, y con Emiliano “Dibu” Martínez, en un guiño generacional que selló el nexo entre la banda y el equipo. La campaña fue un éxito rotundo, al igual que la línea especial de camisetas con el rostro de Ozzy y el lema “Up the Villa”.

Poco después, Villa Park lo honró como lo merecía: durante el último partido de fase de grupos de la Champions ante Celtic, los hinchas desplegaron un imponente tifo con su rostro. Fue un momento conmovedor, una ovación para un ídolo de la ciudad, justo antes de que se despidiera del escenario para siempre en ese mismo estadio, con el concierto Back to the Beginning junto a Black Sabbath. Un adiós circular, tan simbólico como inevitable.

NFL: EL GRITO DE GUERRA DE LOS PATRIOTS

En el otro lado del Atlántico, Ozzy se convirtió en parte del ritual deportivo de millones. Desde inicios de los 2000, su himno Crazy Train se transformó en la música de entrada oficial de los New England Patriots en sus partidos como locales. No hay fanático en Foxborough que no haya saltado con la intro eléctrica y delirante de esa canción.

La relación fue tan fuerte que Ozzy incluso interpretó el tema en vivo en el partido inaugural de la temporada 2005 ante los Raiders, como parte del show de apertura de la NFL. Dos décadas de Crazy Train rugiendo por los altavoces del Gillette Stadium lo convirtieron en un ícono paralelo del equipo, un vínculo sellado para siempre cuando los Patriots le dedicaron un emotivo mensaje tras su fallecimiento.

“Los New England Patriots están profundamente consternados por el fallecimiento de la leyenda musical Ozzy Osbourne, quien durante más de 20 años fue la voz icónica que dio inicio a nuestros partidos. Nuestras condolencias a su familia y a todos los que hoy lamentan su pérdida”.

Su última aparición en un evento de fútbol americano fue en 2022, en el inicio de temporada entre los Rams y los Bills. Una breve pero poderosa actuación que sumó otra escena legendaria a su historial deportivo.

MLB: UN HIMNO DESCARRILADO EN WRIGLEY FIELD

En 2007, Ozzy Osbourne tuvo su momento más viral en el béisbol al cantar Take Me Out to the Ballgame durante el séptimo inning en un partido de los Chicago Cubs. Lo hizo a su manera: desentonado, casi gritando, totalmente perdido en la melodía. Pero también completamente a su estilo.

El video se convirtió en una reliquia de internet, amado por su caótico encanto. Ningún otro artista habría podido arruinar tan gloriosamente una tradición y, al mismo tiempo, ganarse la ovación del público. 

16 years ago #OTD, @OzzyOsbourne gave @Cubs fans a rendition of "Take Me Out To The Ballgame" that they'll never forget. pic.twitter.com/PWTANuPbLq

— Cubs on CHSN (@CHSN_Cubs) August 17, 2019

LUCHA LIBRE: ENTRE RING Y METAL

En 1986, Osbourne fue el mánager oficial de los British Bulldogs en WrestleMania 2, una aparición que lo integró por completo a la mitología de la WWE. Décadas más tarde, regresaría para presentaciones en SmackDown, Monday Night Raw y como anfitrión de eventos especiales.

En 2021, la categoría de lucha libre lo incorporó a su Salón de la Fama como celebridad destacada. Su música acompañó a luchadores, eventos y videojuegos, con War Pigs de Black Sabbath como himno oficial del NXT TakeOver: WarGames. Para muchos fanáticos, era tan parte del espectáculo como cualquier luchador.

AUTOMOVILISMO: DEL ROCK A LA PARRILLA

Ozzy también fue una figura querida en el mundo del automovilismo. Su presencia en el paddock del Gran Premio de Canadá 2003 fue inolvidable: lo vieron abrazando a Flavio Briatore, posando con Fernando Alonso y conversando con leyendas como Jackie Stewart. 

Más recientemente, fue homenajeado por el equipo Meyer Shank Racing en la IndyCar con una colaboración especial que llevó su imagen —y la frase “Ozzy’s Boneyard”— en el coche del piloto sueco Felix Rosenqvist durante la carrera de Mid-Ohio. Un tributo estridente.

So sad to hear of the passing of heavy metal legend Ozzy Osbourne.

We’re so glad we were able to honor him and Black Sabbath just a few weeks ago at Mid-Ohio 🙌🏻💜 pic.twitter.com/Vnak8Yr4eI

— Meyer Shank Racing (@MeyerShankRac) July 22, 2025

Osbourne fue muchas cosas: ícono cultural, voz de una generación, estrella de reality, sobreviviente, leyenda de la música. Pero también fue un apasionado del deporte, un hincha fiel, un símbolo entre goles, llantas, touchdowns y saltos mortales.

Aston Villa lo llorará como a uno de los suyos. La NFL lo seguirá escuchando antes de cada kickoff. La WWE mantendrá su legado entre fogonazos y entradas épicas. Y cada fanático, desde Birmingham hasta Boston, recordará el legado del Príncipe del Metal. 

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