Carlos Alcaraz vs Jannik Sinner: La rivalidad que redefine el tenis
El US Open 2025 confirmó la supremacía de Alcaraz y Sinner, con ocho Grand Slams seguidos y un nivel muy por encima del resto del circuito
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El US Open 2025 concluyó con un triunfo que reflejó tanto la grandeza individual de Carlos Alcaraz como la magnitud del dominio compartido que ejerce junto a Jannik Sinner en el tenis varonil. En el Arthur Ashe Stadium, el español se impuso en cuatro parciales a su gran rival para escribir otro capítulo de una rivalidad que ya define la época.
El partido no solo puso en juego el título en Nueva York, sino también la cima del ranking ATP y la supremacía en una batalla que controla el deporte desde hace casi dos temporadas. Fue la tercera final consecutiva entre ambos este año, hazaña inédita en la Era Abierta, y representó el octavo Grand Slam consecutivo conquistado por uno de los dos, confirmando que, hoy por hoy, el tenis masculino pertenece a Alcaraz y Sinner.
Desde enero de 2024, ningún otro jugador logró levantar un Major. En estas dos temporadas, el italiano alcanzó sus primeros cuatro (Australia 2024 y 2025, US Open 2024 y Wimbledon 2025), y el español igualó con cuatro títulos (Roland Garros 2024 y 2025, Wimbledon 2024 y el US Open 2025). Cada uno se coronó dos veces por campaña, replicando un dominio que solo habían logrado Roger Federer y Rafael Nadal entre 2006 y 2007. Aquel bienio dejó al suizo con bicampeonatos en Australia, Wimbledon y Nueva York, mientras el español reinaba en Roland Garros. Son las dos únicas ocasiones en las que el tenis masculino quedó reducido a un pulso entre dos nombres de esta forma.
En cuanto a Majors de forma consecutiva, el récord absoluto también pertenece al suizo y al mallorquín. Previo a su hazaña de 2006 y 2007, habían conquistado los últimos tres títulos para un total de 11, cifra que está al alcance del nuevo Big 2. Nadal también protagonizó otras rachas históricas junto a Novak Djokovic. Entre 2010 y 2012 ganaron nueve al hilo, y entre 2018 y 2020 levantaron ocho seguidos antes de la cancelación de Wimbledon por la pandemia de Covid-19 y el triunfo de Dominic Thiem en Nueva York.

Mentalidad y táctica: las claves del triunfo de Alcaraz
El triunfo en Nueva York fue tanto una victoria de poder como de estrategia. Alcaraz llegó con un plan definido: impedir que Sinner impusiera su patrón de golpes de fondo. El español apostó a la disrupción constante, a quebrar el ritmo que tantas veces convierte al italiano en una máquina de precisión.
Su servicio fue la base del plan. En todo el torneo, el murciano perdió solo tres juegos de saque; en la final cedió uno, conectó 10 aces y no cometió dobles faltas. Del otro lado, el de San Cándido nunca encontró la efectividad que lo había llevado a derrotar a su rival en Wimbledon: apenas el 48% de primeros servicios, dos aces y cuatro dobles faltas.
El segundo pilar fue la derecha. El nuevo rey de la Gran Manzana la usó como un martillo: 42 golpes ganadores contra 21 de su rival. Pero la clave estuvo en la variedad, en cómo mezcló efectos, alturas y velocidades, alternando rebanadas bajas y voleas sorpresivas para romper los patrones de su oponente. Cada intercambio se transformó en un rompecabezas que solo Alcaraz conocía la solución.
La consecuencia fue inmediata. Sinner, normalmente sólido, cometió 10 errores no forzados en el primer set. Su plan, predecible pero habitualmente imparable, se disolvió frente a la presión. Los paralelos quedaron cortos, los cambios de dirección perdieron filo, y las devoluciones facilitaron más golpes ganadores del rival. La superioridad del nuevo líder del ranking mundial fue tal que el italiano, acostumbrado a dictar desde el fondo, se vio reducido a resistir, algo que solo él puede lograr.

El dominio del circuito
El 2025 confirmó que Alcaraz y Sinner están solos y muy lejos en la cima del circuito. Con la gira asiática y las ATP Finals aún pendientes, el murciano acumula 61 victorias y seis derrotas, con siete títulos: Rotterdam, Montecarlo, Roma, Roland Garros, Queen’s, Cincinnati y US Open. Su registro es tan dominante que presume más trofeos que derrotas en la temporada.
Sinner, por su parte, suma 37 victorias y cinco derrotas, cuatro de ellas en finales contra Carlitos. En conjunto, exceptuando sus duelos directos, los dos presentan un balance de 93 triunfos y solo seis caídas. Los únicos que pueden presumir haberlos derrotado son Bublik, Rune, Goffin, Lehecka, Djokovic y Draper, aunque únicamente el serbio lo logró en un Grand Slam.
Una rivalidad desequilibrada
Si bien la final en el Arthur Ashe fue un capítulo fascinante, la historia de la rivalidad entre Alcaraz y Sinner es una de desequilibrio. A pesar de que el italiano se ha mostrado casi invencible contra el resto del mundo, el español parece tener la fórmula para derrotarlo. La victoria en Nueva York extendió el registro de a 10-5, y marca la séptima victoria del español en sus últimos ocho encuentros. El ibérico también ha ganado seis Majors frente a los cuatro del Zorro, y lo superó en cinco de las siete finales que han disputado.
La explicación más clara de esta disparidad proviene del propio Sinner. En su conferencia de prensa posterior al partido, el italiano admitió públicamente que necesitaba hacer cambios en su juego. “Hoy fui muy predecible”, dijo. “Ahora dependerá de mí si quiero hacer cambios o no… Tratar de ser un jugador un poco más impredecible, porque creo que eso es lo que tengo que hacer. Al final del día, ese es mi objetivo principal”.. Con la derrota, perdió su reinado de 65 semanas como N.° 1 del mundo, un cambio que lo coloca en el papel de cazador en lugar de cazado, una nueva dinámica que podría alimentar la siguiente fase de esta intensa rivalidad.

La temporada histórica de Sinner
Aunque el US Open 2025 terminó en derrota para Sinner, su temporada quedó igualmente para la historia. Con su llegada a la final de Flushing Meadows, el italiano entró a un club exclusivo al convertirse en el cuarto hombre de la Era Abierta en disputar las cuatro finales de Grand Slam en un mismo año, junto a Rod Laver, Roger Federer y Novak Djokovic. Además, con 24 años, es el más joven en conseguirlo, lo que subraya la magnitud de su campaña.
La derrota ante su gran rival no fue un fracaso, sino la culminación de un recorrido que exhibió su temple competitivo, su consistencia en el más alto nivel y la fortaleza mental necesaria para sostener un dominio prolongado en el circuito.
Intercambio de dominios
El Slam estadounidense no fue solo una victoria; fue la culminación de un dramático arco narrativo que se desarrolló en las canchas de todo el mundo. La rivalidad ha tenido un elemento de dominios cambiados que agrega una capa poética a la competencia.
La historia comienza en Wimbledon. Alcaraz llegó a Londres como el campeón defensor y el rey indiscutible de la hierba, la superficie en la que había ganado su primer título allí el año anterior. Sin embargo, fue derrotado por Sinner. Durante esa derrota, confesó a su equipo: “Desde el fondo de la pista, él es mucho mejor que yo”.

La final en Flushing Meadows fue la respuesta perfecta . El español se presentó en la pista dura, un terreno que Sinner había dominado con una impresionante racha de 27 victorias consecutivas en Majors. En una inversión de roles, no sólo derrotó a su rival, sino que lo hizo en su superficie más fuerte, demostrando que había aprendido, adaptado y superado la brecha táctica que había identificado meses antes.
Este intercambio de victorias en las superficies que el otro había dominado es un testimonio de la incesante búsqueda de la excelencia por parte de ambos jugadores, y otro reflejo de que la rivalidad de “Sincaraz” es la fuerza motriz del tenis varonil.
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