Luis Díaz y Harry Kane consagran al Bayern como campeón de la Supercopa de Alemania
Los atacantes aportaron los goles del cuadro bávaro en un partido planteado con mucha disciplina táctica por parte de Vincent Kompany.

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Se jugó la Supercopa de Alemania como el primer reto de la temporada y como antesala al inicio de la Bundesliga. Stuttgart y Bayern se citaron en el Mercedes-Benz Arena como campeones de Copa y Liga, respectivamente, del ciclo anterio. Aunque se trataba de la disputa de un título, estaba claro que el máximo campeón del fútbol teutón llegaba como favorito.
Ambos cuadros sacaron la artillería completa y pusieron a disposición del espectáculo sus mejores elementos. La tendencia descrita no tardó en notarse y la visita se hizo al control de la pelota desde el inicio. La primera ocasión fue con Leon Goretzka, que entró al área y remató hacia la parte externa de la red por el poco ángulo con el que contaba. Serge Gnabry también intentó de media distancia y la pelota pasó a centímetros del arco.
Ya los locales estaban sufriendo un gran ahogo en el fondo y su única preocupación era mantener la pelota lejos de su arco. En eso, Luca Jaquez dejó corto un rechazo corto y la pelota quedó casi frenada, aunque rebotando, al borde del área. Harry Kane estaba al lado con los ojos bien abiertos y le lanzó de inmediato con un derechazo imparable hacia un rincón para la apertura del marcador al minuto 18.
De ahí en adelante, fue puro control del Bayern. Eso sí, el Stuttgart tuvo una oportunidad clarísima para empatar el marcador. Josha Vagnoman se vio incomodado por el buen cierre de Luis Díaz, pero el rebote le favoreció a Nick Woltemade para quedar en el mano a mano, donde Manuel Neuer sacó a relucir sus reflejos espectaculares en la atajada. Fue un primer tiempo con intensidad y buen ritmo.
Con la ventaja en el bolsillo, el Bayern se enfocó en mantener el orden táctico, así eso significara renunciar a atacar constantemente. El objetivo se estuvo cumpliendo, pues la línea defensiva de los Suabos se vio en aprietos para salir jugando con la pelota y, casi siempre, tuvo que hacer un lanzamiento largo antes de la mitad del campo. No ofrecía gran espectáculo, pero era efectivo a fin de cuentas.
Kane volvió a inquietar, esta vez llegando hasta el área chica. Tuvo la oportunidad de un zurdazo a quemarropa, pero Fabian Bredlow alcanzó a sacar el pie para rechazar el remate. En 70 minutos, Konrad Laimer se deslizó más allá de la línea de fondo y terminó chocando contra las vallas electrónicas de publicidad, situación que lo obligó a salir lesionado y Sacha Boey entró en su remplazo.
La ocasión de mayor peligro en todo el partido para los locales se dio con un disparo desde fuera del área de Jamie Leweling. La pelota se desvió en la espalda de Dayot Upamecano, cargándola de un grado de complejidad altísimo. Neuer, que ya iba hacia otro lado, alcanzó a reaccionar para estirar la mano derecha y convertirse en héroe.
Era un momento difícil para la visita y empate le estaba respirando en la nuca. Entonces, vino el gol más inesperado. Luis Díaz, que había estado dando la mano en defensa la mayor parte del tiempo se sumó por fin al ataque. Gnabry levantó un centro exacto y el colombiano saltó de manera espectacular para cabecear y celebrar el 0-2 al 77′.

Ya todo estaba escrito, pero el descuento llegó al 90+4′, a 30 segundos de la finalización. Jamie Leweling aprovechó un evió y metió un testarazo ante la floja marca que Boey le aplicó. Ahí solamente hubo que esperar un instante para que el Bayern celebrara un nuevo título.
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