El Lamine Yamal más sincero: su familia, la escuela, cuando apuñalaron a su padre, la fiesta de cumpleaños…
El jugador del Barça da una entrevista en la que muestra su lado más personal e íntimo
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Lamine Yamal se mostró como pocas veces al hablar en entrevista para el podcast Resonancia de Corazón, en el que habla de cómo inició su carrera en el Barcelona, pero de temas más personales, como lo difícil que lo pasó su familia cuando él era pequeño, la separación de sus padres y los últimos acontecimientos, como sus relaciones personales y la fiesta de cumpleaños.
El jugador del Barça habló de los grandes contrastes que han sido su crianza y lo que ahora vive, comenzando con la migración de sus padres desde África: “De parte de padre, mi abuela llegó sola en autobús. Me acuerdo que se coló en el bus y consiguió llegar a Mataró, fue la primera en llegar. Empezó a trabajar, trabajaba de mañana, de tarde y de noche para que mi padre pudiera venir, porque mi padre se quedó en Marruecos. Cuando hizo un poco de dinero, le pagó a una señora que trajera a mi padre. Ahí se juntaron en Mataró y mi padre empezó a crecer. Mi madre, de Guinea, vino con mi abuela y llegaron a Barcelona y de ahí pues mis padres se conocieron. Empezamos a vivir como en una residencia de más padres jóvenes. Yo me crié ahí en la residencia, que era como un comedor que nos dan comida a todos y todo bien. Luego siempre hemos vivido, típico, que un amigo tiene una casa y te deja una habitación hasta que mis padres se separaron”.
Ahora todo es distinto: “Al final tú lo notas, la tranquilidad, las caras que pone tu madre cuando la ves en casa. Yo venía de estar en un piso donde la cocina y la habitación estaban en la en el mismo sitio, entonces veo a mi madre feliz. Veo que mi hermano puede tener la infancia que yo hubiera querido y eso es lo que más feliz me hace. Veo que mi padre está tranquilo en su casa, que mi abuela está tranquila en su casa, mi madre tiene todo lo que ella quiera; para mí es mi reina, es lo que lo que más quiero. Es todo lo que un niño puede pedir”.
Xavi fue el que hizo debutar a Lamine, pero el jugador admite que fue un poco por suerte: “Ya llevaba semanas entrenando con el primer equipo, pero solo entrenaba. Me acuerdo que llegamos al vestuario de juveniles, porque yo el día anterior no había jugado nada. El entrenador no me conocía, veía un niño ahí y decía “este pesa 30 kg ¿cómo va a jugar?” No jugaba nada y al final los que no jugaban subían al primer equipo a entrenar porque hacían recuperación. Hicimos partido y claro el partido ganamos 2-0 y marqué gol y le di una asistencia a Ansu. El segundo entrenador, Oscar, era hermano de Xavi y me dijo “¿cómo puede ser que no esté jugando?”. A partir de ahí empecé subiendo, empecé a jugar con el juvenil hasta que subí con el primer equipo y siempre andaba con ellos”.
Cuando el Barça comienza a llamarle más, la madre de Lamine tenía miedo: “Me acuerdo que había un partido contra Atlético y me dice ‘mira esto es así: te quieren, pero no has renovado, entonces no saben si subirte a jugar’. Yo le dije que me voy a quedar en el Barça, que no hay ninguna duda, pero quiero quiero jugar. Entonces yo se lo cuenta a mi madre y mi madre dice ‘no que son muy grandes que tú eres muy pequeño’. Claro yo era ahora soy delgado, pero antes era muy muy delgado y era pequeñito. Mi madre entonces tenía miedo”.
Haber llegado al primer equipo tan rápido hizo que Lamine dejara la escuela, contrario a los deseos de su madre. “Mi madre siempre me quería hacer estudiar, me hacía extraescolares, me hacía quedarme a veces. Me decía ‘no vas a ir a jugar si no estudias‘. Hay un momento que yo estaba en La Masía y le dije ‘mamá voy a ir al cole pero no voy a hacer nada, voy a prepararme para el entreno de por la tarde‘. Me dice ‘pero tú qué estás diciendo tú, ¿qué te has tomado?’“.
Sobre el día que apuñalaron a su padre, comentó: “Estaba en el coche, venía de comprar ropa. Me llama mi prima, que estaba en Marruecos, me lo cuenta y luego me empiezan a llegar llamadas. En ese momento yo era un niño, 16 para 17, me bajo del coche y intento irme a la estación de tren para ir a Mataró. Intenté subirme al tren, mi primo no me dejó. Me encerraron en casa. Al día siguiente tenía entrenamiento y luego hablé a mi padre. Al final veía que no podía hacer nada, lo único que podía hacer es intentar solucionar lo que yo pueda, pero en eso no podía hacer nada. Entonces llamó a mi padre, me dice que está todo bien, me dice que esté tranquilo, sobre todo que no me preocupe, pero obviamente me voy a preocupar y le fui a ver al hospital al día siguiente por la mañana y ya todo se tranquilizó”.
Por último, Lamine habló de todo lo que pasó por su fiesta de cumpleaños: “Al final me hizo gracia cuando intentaron al final mancharlo de muchas formas. Salió una señora a hablar diciendo mentiras, diciendo que yo elegía a las chicas de una forma y al final no tenía ningún sentido. Yo pregunté a mis amigos si conocían a esta señora y nadie la conocía. Luego salieron lo del tema de los camareros, que estaban trabajando y me hacía gracia que la misma tele que decía que yo estaba hablando de ellos, los contrato para hacer otras cosas y ellos estaban ahí trabajando. Son cosas que intentaron mancharlo porque al final estaba en verano, yo sé que había gente que quería que yo volviera y decían “es que ves la fiesta la y pues bueno tendrán que esperar un poco más”.
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