Andrés Guardado lamenta falta de reconocimiento en México y critica el profesionalismo del jugador nacional
El ‘Principito’ lamenta falta de reconocimiento en México y critica la mentalidad del futbolista mexicano

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Andrés Guardado, uno de los jugadores más exitosos del fútbol mexicano en Europa, reflexionó sobre su trayectoria y el trato que recibió en el país tras su regreso. En una entrevista concedida a El Cafelito, el exjugador habló sin filtros sobre la falta de valoración hacia su carrera internacional y comparó el profesionalismo del futbolista mexicano con el europeo, marcando una diferencia profunda en la mentalidad y compromiso dentro del deporte.
Una trayectoria histórica poco valorada
Durante la charla, Guardado reconoció que, aunque no busca aprobación, sí le genera cierta molestia la falta de reconocimiento a su recorrido. Con más de 500 partidos en Europa, cinco participaciones mundialistas y tres capitanías en clubes del Viejo Continente, el mediocampista consideró que en México no se dimensiona el esfuerzo y constancia que implicó mantenerse durante 17 años al máximo nivel. “Tampoco es algo que me quite el sueño y que me siento yo de: ‘Ah, no me quieren en mi país’. Pero sí hay veces que me da un poco de rabia, de que se ve a lo lejos como si hubiera sido fácil estar 17 años en Europa de forma continua; de jugar más de 500 partidos en Europa; jugar cinco mundiales; de ser capitán en tres equipos en Europa”.
El ‘Principito’ subrayó que no busca lástima ni reconocimiento vacío, sino simplemente que se entienda lo que representa haber construido una carrera longeva fuera de México, compitiendo con futbolistas de élite y adaptándose a distintas culturas y exigencias tácticas. Para el tapatío, parte del problema radica en la percepción que muchos aficionados tienen sobre los futbolistas que regresan tras largos años en el extranjero. Lejos de recibir un homenaje, explicó que fue objeto de críticas y burlas por parte de algunos sectores.
“Yo regresaba después de 17 años, y pensaba ‘A ver cómo me reciben, fui capitán de mi selección muchos años’. Cuál me iban a recibir bien: ‘Abuelo, retírate, chingas a tu madre’. Me decían de todo, y yo decía: ‘Bueno, pues no me quieren tanto’. Duele, te mentiría si digo que no; uno se hace el fuerte y dice no no me afecta. Pero también uno entiende que es parte de, que va metido en la profesión. No es algo que me sorprenda”.
El contraste del profesionalismo entre México y Europa
Además de hablar de su experiencia personal, el canterano del Atlas abordó un tema estructural que, a su juicio, limita el crecimiento del fútbol nacional: el profesionalismo del jugador mexicano. Para él, la mentalidad en México sigue teniendo deficiencias que se reflejan tanto en los entrenamientos como en la forma en que los futbolistas asumen su responsabilidad profesional. “El profesionalismo en general, es complejo. Allá (en México), creo yo, una concentración se ve como un castigo para el jugador, lo toman así. Hay entrenadores que, en Liguilla, te concentraban, y el jugador lo veía más como ‘pfff’, lo veían como un castigo”.
El exseleccionado nacional explicó que esta percepción negativa no surge al azar, sino de una cultura donde la disciplina debe imponerse, no asumirse como parte natural del trabajo. De acuerdo con Guardado, muchos entrenadores en México recurren a las concentraciones no como estrategia táctica, sino como medida de control ante la falta de compromiso de algunos futbolistas. “El entrenador lo hacía porque no existía el profesionalismo. Deben pensar, ‘si no los concentro, se me van a ir de fiesta y tal vez me estoy jugando mi chamba; entonces, debo tenerlos cerca’. Acá me di cuenta de que la mentalidad del europeo, y en general de quien llega, es muy diferente”.
Guardado destacó que en Europa, el jugador entiende que su desempeño depende directamente de su conducta fuera de la cancha, y por eso asume un compromiso personal con la preparación, el descanso y la alimentación. No necesita que el club lo vigile constantemente, porque el futbolista es consciente de su rol como profesional. En cambio, en México, la cultura futbolística muchas veces trata al jugador como si no fuera capaz de autorregularse, y por eso se recurre a medidas que generan incomodidad o resistencia.
Una invitación a la autocrítica
Las palabras de Guardado trascienden su caso personal. Son, en esencia, una invitación a la autocrítica dentro del fútbol mexicano, tanto para jugadores como para instituciones. Su análisis evidencia que la falta de reconocimiento y el déficit de profesionalismo son síntomas de una misma raíz: la escasa valoración del esfuerzo y la disciplina sostenida.
El exjugador del Deportivo La Coruña, Valencia, Bayer Leverkusen, PSV y Betis no pretende aleccionar, pero sí compartir la perspectiva de quien vivió dos mundos completamente distintos. En Europa, asegura, se exige al máximo, pero también se respeta la trayectoria. En México, muchas veces se confunde cercanía con crítica destructiva.
Para Guardado, el camino hacia una mejora real pasa por modificar la mentalidad, reconocer los logros y construir una cultura de profesionalismo basada en la confianza y la responsabilidad, no en la imposición.
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