Marta y el eco de la historia: un antes y un después en el fútbol femenino

Le cambió la cara a Brasil en la final de la Copa América Femenina

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La noche en Quito tenía forma de consagración para Colombia. El equipo de Ángelo Marsiglia, liderado por Linda Caicedo y Mayra Ramírez, había llegado a la final con el impulso de su mejor torneo en años y, durante buena parte del encuentro, estuvo en ventaja. Pero entonces ingresó Marta. La histórica jugadora de Brasil volvió al campo cuando su selección más lo necesitaba y, con dos goles decisivos, llevó la final de la Copa América Femenina 2025 a tiempos extra y penales.

Colombia abrió el marcador con una definición de Linda Caicedo, pero Brasil empató antes del descanso con un penal. En la segunda mitad, las cafeteras volvieron a adelantarse con un error defensivo de la ‘Verdeamarela’. Marta, desde el banquillo, fue llamada a escena. Marcó el 3-3 con un disparo lejano en el último minuto del tiempo regular y luego volvió a aparecer en el primer tiempo extra con el 4-3 parcial. Parecía una despedida escrita con guion de leyenda.

Sin embargo, Leicy Santos empató con un tiro libre para el 4-4 y obligó a que todo se definiera desde el punto penal. Allí, Brasil se impuso para conquistar su noveno título continental. Paradójicamente, Marta falló su penal en la tanda, pero su influencia en el desarrollo del encuentro fue determinante para que su equipo llegara hasta esa instancia.

Marta, en el centro del relato

Con 39 años y una carrera que abarca más de dos décadas, Marta volvió a ser protagonista en el escenario más alto. Su ingreso cambió el ritmo del partido, inspiró a sus compañeras y desestabilizó a una Colombia que parecía tener todo bajo control. Sus goles, su determinación y su liderazgo reafirman su rol como referente, incluso cuando el reloj y las circunstancias parecían jugar en contra.

Una final de generaciones

La final en Quito fue más que un duelo entre selecciones: fue un choque entre eras. La experiencia de Marta y la madurez de un equipo brasileño en transición, frente al talento juvenil de Colombia. El resultado no solo coronó a un campeón, también puso en escena la evolución del fútbol femenino en Sudamérica. Marta fue el puente entre pasado y presente.

Su carrera ha estado llena de momentos decisivos. Ha ganado seis veces el premio a mejor jugadora del mundo, es la máxima goleadora en la historia de los mundiales y ha marcado una generación completa de futbolistas. Aunque esta Copa América puede ser su última con la selección, su actuación en la final fue una declaración de vigencia.

Incluso con un penal fallado en la tanda, Marta fue factor clave para que Brasil conquistara un título que parecía escaparse. Su ingreso rescató al equipo en el último instante y dio forma a una de las finales más dramáticas de la historia.

Un legado intacto

Marta no necesitaba demostrar nada más, pero lo hizo de nuevo. En su probable última gran cita con la camiseta de Brasil, volvió a ser diferencial. Brasil levantó el trofeo, y aunque la última imagen fue un penal errado, su impacto ya había sido escrito antes. Su legado no se mide solo en goles ni títulos, sino en cómo sigue marcando el destino de los partidos decisivos y del deporte a nivel mundial.

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