Vinicius, procesado en Brasil por escándalo durante una fiesta

El delantero del Real Madrid será investigado por justicia brasileña por organizar una fiesta de dos días con música a todo volumen

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Vinicius Júnior, una de las estrellas del Real Madrid y figura clave en la selección de Brasil, se encuentra en medio de un proceso penal en su país natal. El motivo no es un problema deportivo, sino una demanda por “perturbación del trabajo o de la tranquilidad ajenos” presentada tras el festejo de su cumpleaños número 25.

El escándalo se desató en Río de Janeiro, específicamente en la lujosa finca Lajedo, en Vargem Grande, un sitio dedicado a organizar grandes eventos. El jugador brasileño decidió armar una macrofiesta para celebrar su cumpleaños que se extendió por casi 48 horas, iniciando el 19 de julio y terminando hasta la madrugada del 21 de ese mismo mes. La cita, según información del diario O Globo, reunió a cerca de 500 invitados, incluyendo celebridades de la talla de la cantante brasileña Anitta y su compañero de equipo en el Madrid, Eduardo Camavinga. El evento, contó con conciertos privados, destacando la participación del rapero Travis Scott, además de un espectáculo de fuegos artificiales e incluso atracciones típicas de un parque de diversiones. Sin embargo, el volumen y la duración del festejo causaron un profundo malestar para sus vecinos.

El denunciante es Antonio José de Sousa, vecino del lugar, quien registró un boletín de ocurrencia en la 42ª Comisaría de Policía. De acuerdo con su solicitud de investigación, publicada por el diario O Globo, la música y el griterío fueron “extremadamente altos” y rompieron la tranquilidad de los residentes de la zona, afectando directamente su bienestar y descanso.

El vecino relató que la situación escaló hasta el punto de tener que llamar a la Policía Militar. Los agentes acudieron al sitio y pudieron constatar en el momento el escándalo generado por la música y los gritos de los invitados. Tras confirmar la situación de alboroto, solicitaron a los asistentes que apagaran o bajaran el volumen de la música, una orden que, en ese momento, fue cumplida por el jugador y sus invitados.

Sin embargo, el cumplimiento no duró mucho. Según la denuncia, el problema mayor ocurrió cuando la patrulla de la policía se retiró del lugar. En cuanto los agentes se fueron, “el sonido volvió a alcanzar un volumen extremadamente alto”, reviviendo la perturbación y generando la base para el proceso legal que hoy enfrenta el futbolista. La persistencia del ruido, tras la advertencia policial, es la que da peso a la acusación.

El caso ya se encuentra en trámite en la justicia brasileña, específicamente en el 9º Juzgado Especial Penal de Río de Janeiro, instancia encargada de delitos menores. Para dar contexto a la seriedad del asunto, es importante señalar que la legislación brasileña que rige este delito, la “perturbación del trabajo o de la tranquilidad ajenos”, está castigada con una pena de entre 15 días y tres meses de cárcel, o bien, el pago de una multa económica.

La maquinaria judicial ya se puso en marcha. Fuentes oficiales del poder judicial del Estado de Río de Janeiro confirmaron que ya hay una fecha agendada para la audiencia preliminar del caso. Esta cita se llevará a cabo el próximo 6 de noviembre a las 11:30 del tiempo local. Es en esta audiencia donde se buscará llegar a un acuerdo o seguir con el proceso formal.

Hasta el momento, la asesoría legal de ‘Vini’ afirma que el jugador no ha recibido ninguna notificación oficial sobre esta demanda. El astro brasileño, acostumbrado a los reflectores por sus gambetas en el Santiago Bernabéu, ahora tendrá que atender un tema legal que lo saca de la cancha y lo pone en el ojo del huracán por un fiesta que se salió de control.

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