Enrique Borja y su conmovedor recuerdo de Manuel Lapuente: “Su legado fue más allá de los títulos”

El exfutbolista y directivo mexicano habla en exclusiva con Claro Sports sobre la muerte de su amigo y excompañero, Manuel Lapuente

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El fútbol mexicano continúa de luto por la muerte de Manuel Lapuente, quien falleció el pasado 25 de octubre a los 81 años de edad. En entrevista exclusiva para el programa Peloteando de Claro Sports, el exfutbolista y directivo Enrique Borja compartió su sentir tras la partida del técnico, con quien compartió amistad, vestidor y grandes éxitos en el balompié nacional.

“Fue un shock muy fuerte, tenía tiempo de no hablar con Manolo. No había tenido comunicación con él y de repente te impacta, por un lado saber de golpe eso y por otro lado para mí fue aparte un gran amigo”, expresó Borja, visiblemente conmovido al recordar la noticia del fallecimiento del entrenador que marcó una época en el fútbol mexicano.

Borja y Lapuente coincidieron en distintos momentos de su carrera. Como compañeros en la selección mexicana y, años más tarde, como dupla directivo-técnico en el Necaxa, donde construyeron uno de los equipos más recordados de la década de los 90. En ese periodo, los Rayos conquistaron dos títulos de Liga MX (1994-95 y 1995-96) y consolidaron una identidad basada en la disciplina, el respeto y el trabajo en equipo.

“Tenía la visión, el poder hacer grupo, el conocer y respetar a los jugadores siendo jugador, tener una exigencia, pero también un respeto, una admiración y una confianza. Sus asesores eran los jugadores y yo creo que eso fue valiosísimo por el grupo que se hizo, que era más que un equipo, una familia, sobre todo con Necaxa y en la selección”, recordó Borja sobre el estilo de liderazgo de Lapuente.

El exdelantero también habló sobre la vez que invitó a Lapuente a dirigir a Necaxa, una anécdota que marcó el inicio de una de las etapas más exitosas en la historia del club. “Le dije, ‘Manolo, ¿tienes hambre?’ y me respondió ‘Sí, vamos a comer’. No, no, le dije, ‘hambre de fútbol, hambre de triunfo’. Me contestó: ‘Tengo hambre y vamos a ser campeones. Tú y yo tenemos que sacar este equipo varias veces campeón’”, relató Borja. “Para Manolo y para mí era hacer del Necaxa un equipo querido, un equipo de los niños”.

Además de sus títulos con Puebla, Necaxa y América, Lapuente fue campeón de la Copa Confederaciones 1999 con la selección mexicana, uno de los máximos logros internacionales del Tri en categoría mayor. Para Borja, más allá de los trofeos, el legado de su amigo radica en su humanidad y su manera de dirigir. “El legado que deja Manolo en el fútbol, dentro y fuera de la cancha, fue impresionante. No hay una persona que no hable mal de él. Su estrategia, su don de gentes, su exigencia, la visión de un técnico que sabía qué hacer en los momentos importantes… dejó mucho más como ser humano”, subrayó.

Lapuente, reconocido por su característica boina y su estilo sobrio en el banquillo, dejó una huella profunda en el fútbol mexicano: cinco títulos de Liga MX, una Copa Oro (1998) y la Copa Confederaciones (1999), entre otros logros. Su figura forma parte del selecto grupo de entrenadores con más campeonatos en la historia de la liga, junto a Ignacio Trelles, Ricardo Ferretti y Raúl Cárdenas.

Enrique Borja, quien jugó dos Copas del Mundo (Inglaterra 1966 y México 1970), cerró su intervención con una frase que refleja la amistad y admiración que siempre le tuvo: “Para mí es un orgullo haber sido su amigo, su compañero en muchísimas cosas y su pareja. Ya estará poniendo alineaciones allá arriba. Ustedes saben que eso era Manolo Lapuente: le entraba a todo”.

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