Guillermo Cantú revela cómo México tocó y besó la copa antes del título sub 17 de 2005
El exdirector general de selecciones nacionales recordó en exclusiva para Claro Sports la anécdota que rompió el ‘maleficio’
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Dicen que tocar la copa antes de jugar una final de fútbol es de “mala suerte”; sin embargo hay excepciones. A 20 años del título conseguido por México en el Mundial sub 17 de Perú 2005, Guillermo Cantú, entonces director general de selecciones nacionales, compartió en exclusiva para Claro Sports una anécdota que quedó marcada en la memoria: la selección tocó y hasta besó la copa del mundo antes de iniciar el torneo.
El directivo relató que durante el workshop previo a la competencia, el representante mexicano Rafael Mancilla fue advertido de que no debía tocar el trofeo porque era considerado mala suerte. No obstante, decidió hacerlo: “Él responde: ‘qué mala suerte ni qué ocho cuartos’, y le da un beso y la pone. Es el único que la toca. Ahí se rompe el maleficio de que el que toca la copa no sale campeón”, recordó Cantú.
Ese gesto, cargado de simbolismo, quedó como antecedente de lo que vendría semanas después, cuando México levantó la copa el 2 de octubre de 2005 tras vencer 3-0 a Brasil en la final. La selección nacional no solo rompió con la tradición, también marcó un antes y un después en la historia del fútbol mexicano.
Cantú explicó que para un directivo, la final se vivió con gran intensidad por lo que significaba para una generación de jóvenes futbolistas. “No nada más es lo que está sucediendo en la cancha, sino lo que repercute a partir de ahí, sobre todo en una camada en la que queríamos empezar a hacer cosas con la juventud”, comentó.

El camino al título incluyó momentos de tensión, como en cuartos de final contra Costa Rica. México estuvo cerca de la eliminación tras un autogol de Efraín Juárez, pero el mismo jugador empató el partido en los minutos finales y, en tiempo extra, los goles de Ever Guzmán y Carlos Vela dieron el pase a semifinales. “Esa presión es parte del proceso que tienen que tener los jugadores para ir creciendo”, añadió.
Sobre la final contra Brasil, Cantú confesó lo que sintió al escuchar el silbatazo final: “Era ‘somos campeones. México es campeón del mundo’. Te lo platico ahorita y me pongo ‘chinito’ porque no importa el nivel, eres campeón del mundo, decir eso es de otro nivel. Me acuerdo que tenía menos un año de casado y mi esposa me había acompañado en la primera parte, después se tuvo que ir, y me acuerdo que va volando y yo marcándole porque salimos campeones. Eso es lo que más me acuerdo. Obviamente el festejo, que en realidad fue en México porque ahí (Perú) fue muy rápido. Yo ese día agarré el vuelo en la noche para llegar a trabajar a México al día siguiente. No me acuerdo ni qué traía, pero seguramente no era tan importante como eso”.
Cantú destaca la calidad de Carlos Vela y Edgar Andrade
El exdirectivo destacó además el trabajo de Jesús Ramírez y su cuerpo técnico, quienes supieron moldear no solo el aspecto deportivo, sino también el emocional del grupo. También resaltó el talento de jugadores como Carlos Vela y Edgar Andrade, que desde esa edad mostraban condiciones de élite.
“(Carlos) Vela. Vela y Edgar, porque Giovani (dos Santos) venía esporádicamente, entonces no lo veíamos mucho, pero Vela y Edgar Andrade también una calidad impresionante. Con la pelota en los pies eran de otro nivel. Vela se fue muy joven al Arsenal, tenía una calidad impactante”.

Finalmente, Cantú señaló que aquella generación fue el resultado de un proceso sólido de detección de talento en todo el país, y que esos cimientos deberían servir de guía para futuros proyectos. “Lo que sirve, lo que está bien armado, hay que seguirlo construyendo hacia arriba”, concluyó.
El título de 2005 sigue siendo una de las conquistas más significativas del balompié nacional, y la anécdota de haber tocado y besado la copa antes del torneo quedó como un símbolo de la confianza y determinación de aquella selección juvenil.
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