Manuel Lapuente: El artífice de una de las generaciones doradas del fútbol mexicano
El estratega poblano murió este sábado 25 de octubre, entre su legado histórico dejó la conquista del Tricolor en la Copa Oro 1998 y la Confederaciones 1999
- Muere Manuel Lapuente, extécnico de la selección mexicana y leyenda de la Liga MX
- Manuel Lapuente: El artífice de una de las generaciones doradas del fútbol mexicano
- ¿Cuántos títulos ganó Manuel Lapuente? El técnico deja un legado como uno de los más exitosos de la historia
- El Lapuentismo: la escuela del orden, la disciplina y la eficacia en el fútbol mexicano
El fútbol mexicano está de luto. Manuel Lapuente Díaz, una de las figuras más emblemáticas y ganadoras del banquillo nacional, falleció a los 81 años de edad. El estratega poblano, recordado por su estilo de liderazgo carismático y exigente, deja atrás un legado imborrable: fue el líder de una de las selecciones más recordadas por los aficionados, misma que consiguió el título más importante en la historia del Tricolor.
Lapuente dirigió a una de las selecciones de México más competitivas y queridas de la historia reciente. Entre 1997 y 2000, el estratega poblano no solo llevó al Tri al Mundial de Francia en 1998, sino que construyó uno de los momentos más memorables de la selección nacional, cosechando dos títulos internacionales.
Sin embargo, el camino de ‘Manolo’ no fue un cuento de hadas. En un primer ciclo con el Tri en 1991, vivió una amarga experiencia durante la primera edición de la Copa Oro. Una dolorosa derrota 2-0 ante Estados Unidos en semifinales, en una época en que el rival era visto como inferior, marcó su salida y dejó una mancha significativa en su currículum como entrenador. Fue esa deuda, quizá, la que saldó con creces en su segunda etapa, al tomar las riendas del equipo que ya había clasificado a Francia 98 bajo la tutela de Bora Milutinovic.
El reto mundialista y la venganza ante Estados Unidos
El camino que lo llevó a la cima fue tenso y lleno de presión. Lapuente fue nombrado entrenador en noviembre de 1997 bajo un contexto de turbulencia directiva, con apenas seis meses para preparar a la selección que ya había clasificado al Mundial de Francia 98. Asumió el cargo tras el cese de Bora Milutinovic, técnico que había logrado la clasificación, en una decisión
que generó polémica en el entorno de la Federación Mexicana Fútbol (FMF). Ante la destitución del serbio, la FMF apostó por un perfil mexicano de carácter, buscando a un hombre que pudiera inyectar la mentalidad de campeón a un grupo ya maduro.
Ya con la base consolidada, Lapuente logró su primer gran objetivo: conquistar la Copa Oro de la Concacaf 1998 celebrada en febrero de ese mismo año. La victoria además de trascendental, también significó una revancha profesional para Manuel, pues el Tri venció en la final a Estados Unidos, (que venía de eliminar a Brasil en la fase anterior), por marcador de 1-0, recuperando la supremacía regional. Meses después, el equipo viajó a Europa con la misión de competir en el famoso ‘Grupo de la Muerte’ del Mundial de Francia 1998.
Ya en territorio Europeo, el Tri brilló. Superó la fase de grupos al vencer a Corea del Sur, empatar con Bélgica y conseguir la clasificación con un agónico empate ante los Países Bajos, tras ir 2-0 abajo al medio tiempo. Sin embargo, una vez más la historia se detuvo en octavos de final cuando su equipo cayó ante la siempre poderosa Alemania, que remontó un 1-0 para imponerse 2-1. A pesar de la eliminación, la escuadra se despidió con la sensación de haber competido y sentado un precedente: era apenas la segunda vez que México superaba la primera ronda de un Mundial fuera de casa, demostrando un espíritu indomable, que terminaría por desencadenar una racha de siete Copas del Mundo consecutivas avanzando a segunda ronda.
El escalón sudamericano
La ambición de esa generación trascendió la Concacaf y Europa. En julio de 1999, apenas un mes antes de su mayor gesta, el Tri compitió en la Copa América de Paraguay, logrando el tercer lugar. Este resultado fue vital, pues el equipo demostró que podía competir de igual a igual con las potencias sudamericanas, aunque cayó en Semifinales ante Brasil, el mismo rival que Lapuente y sus jugadores se propondrían vencer de forma inmediata en la Copa Confederaciones
La gloria internacional en el Azteca
El verdadero clímax de esta generación llegó el 4 de agosto de 1999 en el Estadio Azteca. México disputaba la Final de la Copa FIFA Confederaciones ante la poderosa selección de Brasil, que contaba con figuras de la talla de Ronaldinho y Dida. Lapuente y sus hombres firmaron una gesta histórica: un partido épico que culminó 4-3 a favor del combinado nacional.

Esta victoria, impulsada por un doblete de Miguel Zepeda y goles de Manuel Abundis y Cuauhtémoc Blanco, no solo significó el campeonato, sino el único título oficial a nivel absoluto que México posee en la historia de la FIFA. Aquella noche, ante un Azteca enloquecido, la ‘Generación de Lapuente’ se inmortalizó, demostrando que el talento local, liderado por figuras como Claudio Suárez, Jorge Campos y un joven Rafael Márquez, podía conquistar el mundo.
El legado de Lapuente trasciende los trofeos. Su visión directa del fútbol y su audacia para impulsar mentalmente a sus jugadores lo colocan como el artífice de la generación más ganadora del fútbol mexicano en el escenario global, y le aseguraron un lugar de honor en la historia del deporte nacional.
Te puede interesar

Selección mexicana
El día que Manuel Lapuente explicó la fórmula para que méxico conquiste el fútbol mundial

Selección mexicana
Armando ‘Hormiga’ González se visualiza en el Mundial 2026: “Yo sé lo que puedo aportar al Tri”
