¿Guerra en McLaren? La tensión entre Piastri y Norris se enciende de cara al cierre de temporada
McLaren ya aseguró el título de constructores en la Fórmula 1, pero el Campeonato de Pilotos se definirá entre sus dos pilotos y un Verstappen al acecho
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McLaren enfrenta el cierre de la temporada 2025 con dos realidades opuestas. Por un lado, celebró en el Gran Premio de Singapur su décimo campeonato de constructores, con seis carreras aún por disputarse, consolidando el dominio de Oscar Piastri y Lando Norris. Por el otro, la relación entre la dupla de pilotos volvió a tensarse justo cuando el campeonato individual entró en su tramo decisivo.
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Piastri lidera la clasificación con 336 puntos, seguido por Norris con 314. Lo que debía ser un cierre controlado para la escudería británica se transformó en una pelea interna que amenaza con desbordarse. La chispa se encendió en la primera curva de Marina Bay, en un incidente que alteró el equilibrio dentro del equipo más exitoso del año.
El toque en Singapur reaviva la tensión en McLaren
El Gran Premio de Singapur comenzó con McLaren saliendo desde la tercera y la quinta posición, con el de Melbourne por delante del británico. En los primeros metros, ambos avanzaron por el sector limpio de la pista, con el inglés buscando adelantar a su compañero. Al llegar a la curva 3, Norris tocó ligeramente el Red Bull de Verstappen y perdió el control por un instante. Esa corrección lo llevó directamente hacia el costado del auto de su compañero.
El golpe fue leve, pero suficiente para que Piastri perdiera la tercera plaza y cayera al cuarto lugar, detrás de su propio coequipero. Desde ese momento, la radio del australiano reflejó su frustración: “¿Estamos de acuerdo con que Lando me saque de la trayectoria así?”, preguntó con tono irónico. Stallard, su ingeniero, le pidió concentrarse: “Oscar, enfoquémonos en la carrera, todavía hay un buen resultado posible”. Sin embargo, no lo dejó pasar: “No es justo. Si tiene que evitar otro coche chocando conmigo, eso no es evitar”.
La dirección de carrera no intervino y McLaren decidió no ordenar un cambio de posiciones. Norris mantuvo el puesto y terminó tercero; su coequipero, cuarto, a poco más de dos segundos. George Russell ganó la prueba para Mercedes, con Verstappen segundo. Ese resultado dejó la ventaja de Piastri reducida a 22 puntos y convirtió la celebración del campeonato de constructores en una jornada de gestos tensos dentro del garaje papaya.
Reacciones y posturas tras el incidente

Tras bajarse del coche, Norris minimizó el contacto y aseguró que su maniobra fue legítima. “Había un hueco grande por dentro. Toqué un poco el coche de Max, eso me desvió y por eso nos rozamos. Cualquiera en la parrilla habría hecho lo mismo”, dijo ante los medios. También negó haber actuado con agresividad hacia su compañero: “Golpeé a Max, no a Oscar. No fue intencional”.
Su compañero, en cambio, optó por un tono más contenido. Admitió que estaba molesto en el momento del contacto, pero evitó prolongar la polémica: “Es la primera vuelta, las tensiones son altas. No queremos que los autos del equipo se toquen, pero lo revisaremos con calma”. Cuando le preguntaron si esperaba un cambio de posiciones, respondió: “Necesito ver bien la repetición antes de sacar conclusiones”.
Andrea Stella, jefe de equipo, también trató de bajar la temperatura. Explicó que el roce fue consecuencia del toque previo entre Norris y Verstappen y adelantó que habrá una reunión interna, como ocurre tras cada situación similar. “Revisaremos todo con los pilotos. Fue una consecuencia de otro incidente, no una decisión deliberada. Lo importante es aprender y seguir unidos”, afirmó. Zak Brown, director ejecutivo, resumió la posición oficial del equipo: “Fue una situación de carrera dura, pero normal. En la primera vuelta, con cuatro autos juntos, esas cosas pueden pasar”.
Las reglas internas bajo presión
El incidente volvió a poner en el centro las llamadas “Papaya Rules”, las normas internas del equipo que regulan la competencia entre sus pilotos. El principio básico es claro: “corran fuerte, sin contacto”. Pero la aplicación práctica se ha vuelto cada vez más compleja conforme la lucha por el título se ha cerrado.
La política de igualdad que Stella y Brown mantuvieron durante toda la temporada permitió que ambos tuvieran libertad de pelear en pista. Sin embargo, decisiones anteriores dejaron heridas abiertas. En Monza, Piastri cedió la segunda posición a Norris tras una orden del equipo que buscaba compensar un error en los pits. Aquel gesto de cooperación, que evitó controversias entonces, ahora sirve de referencia para el australiano, que siente que no recibió el mismo trato en Singapur.
Oscar Piastri makes his feelings known after contact with his teammate Lando Norris on the first lap 🗣️#F1 #SingaporeGP pic.twitter.com/lODUJHZcd3
— Formula 1 (@F1) October 5, 2025
Dentro del equipo reconocen que el margen para controlar estas situaciones es mínimo. Con el campeonato de constructores resuelto, ya no hay incentivos para priorizar los puntos de equipo sobre los individuales. Cualquier maniobra entre los dos autos papaya se traduce en ganancia para uno y pérdida directa para el otro. Desde Woking, insisten en que no habrá piloto número uno ni restricciones, pero saben que mantener esa política sin choques ni reclamos será casi imposible en las seis fechas que restan.
Lo que necesitan Piastri y Norris para ser campeones
El escenario es claro: Piastri parte con una ventaja de 22 puntos sobre Norris y 63 sobre Verstappen, con seis Grandes Premios y tres fines de semana con sprint por disputarse. Eso significa que aún hay 174 unidades disponibles entre carreras y sprints.
Para Piastri, la clave será sostener la regularidad que lo llevó al liderato. Con una diferencia tan corta, un abandono o una mala clasificación podrían borrar la ventaja en cuestión de una carrera. Norris, en cambio, tiene la situación más directa: debe buscar ganarle a su compañero en cada fecha. Si consigue hacerlo de manera consistente y aprovecha los fines de semana con sprint (Austin, Brasil y Qatar), podría revertir el déficit antes de Abu Dhabi. El británico reconoció que no piensa en cálculos, pero sí en atacar: “No hay órdenes de equipo. Mi objetivo es ganar cada carrera que queda”.
La tensión se alimenta de esa libertad. Ninguno quiere ceder, y ambos saben que un error puede costar el campeonato. En un año donde McLaren dominó el desarrollo y la estrategia, el mayor reto ya no está en la pista, sino en la convivencia entre sus pilotos.
Verstappen se acerca al caos papaya

Mientras los ingleses gestionas su propio conflicto, Max Verstappen sigue en la carrera. El neerlandés redujo su desventaja en las últimas tres pruebas, superando a ambos McLaren y, aunque Red Bull ya no pelea por el título de constructores, el tetracampeón mundial sigue siendo una amenaza. Tras ganar en Monza y Bakú, terminó segundo en Singapur y querrá aprovechar cada error ajeno para mantenerse en la conversación.
Verstappen necesita una combinación casi perfecta: ganar de forma constante y que alguno de los McLaren falle. Su papel, sin embargo, es el del cazador paciente. Cualquier roce, error, o doble abandono dentro del equipo rival podría devolverlo de inmediato a la pelea por la corona.
Con seis Grandes Premios restantes: Austin, México, Brasil, Las Vegas, Qatar y Abu Dhabi, el campeonato de 2025 se definirá bajo una tensión inédita. El equipo Papaya ya cumplió su objetivo colectivo; ahora enfrenta el desafío más difícil: evitar que su éxito se fracture desde adentro. Y en el retrovisor, Verstappen sigue esperando el tropiezo que podría cambiarlo todo.
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