El Comité Disciplinario de Dimayor se desaparece: ¿qué pasa con las sanciones?

Varias omisiones a ciertas conductas impropias que se vienen dando hacen pensar en un distanciamiento con la Federación Colombiana de Fútbol.

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Con cada semana que transcurre, el fútbol colombiano se pone más raro. Aunque ya es costumbre que haya varios hechos que nunca terminan de entenderse y se quedan sin una explicación oficial, lo que viene sucediendo con respecto a los boletines de sanciones emitidos por el Comité Disciplinario de Dimayor. Las recientes actuaciones están dejando muchas dudas sobre lo que ocurre al interior de la entidad.

La Liga BetPlay Dimayor 2025-II, como cualquier otro semestre, viene siendo escenario de algunas situaciones controversiales, en las que puede haber diferencia de conceptos y apreciaciones. No obstante, ha habido también varias faltas a los reglamentos del campeonato y del fútbol en sí que han pasado impunes y hacen pensar en que las más recientes tampoco recibirán castigo.

Las alineaciones de Once Caldas

Algo que está estipulado dentro de las normas vigentes es que los clubes deben publicar las alineaciones con una antelación mínima de una hora al pitazo inicial de cada partido a través de sus redes sociales. Esta situación le valió a varias instituciones una sanción de cinco millones de pesos durante el 2024 y ha tenido corrección al punto de ver a un equipo como Millonarios anunciando esta información una hora y media antes para evitar más multas.

No obstante, la medida no funciona para todos. Hay que precisar que son varios equipos lo que fallan en la publicación de las alineaciones, pero lo de Once Caldas ya es costumbre. Es rara la ocasión en la que el equipo de Manizales publique a tiempo y este es el momento en que todavía no recibe la primera sanción por ello. La mala práctica entorpece el trabajo de los medios de comunicación, que suelen estar pendientes de esto para organizar los cubrimientos.

Dos para Atlético Nacional

Entre los hechos recientes de los que todavía no se tiene conocimiento de un castigo de oficio, están un par de dos jugadores de Atlético Nacional. Primero, fue Alfredo Morelos durante la visita a América de Cali. El delantero anotó un gol y se fue directo hacia una tribuna para hacer unos gestos que fueron considerados como provocadores. El árbitro le mostró tarjeta amarilla, pero las dos fechas de sanción y la multa no han aparecido.

Después, vino la acción de Marino Hinestroza en la que agarró por los genitales a Edwin Mosquera durante el reciente duelo frente a Millonarios. Aunque ya tenía tarjeta amarilla y esa conducta se castiga con expulsión inmediata, así fuera en el primer tiempo, el VAR no la consideró para revisión, dejando al atacante actuar todo el compromiso. Esta falta está contemplada en los reglamentos aprobados por IFAB y es susceptible de castigo en cualquier parte del planeta, pero tampoco ha aparecido en las resoluciones.

La afición de América de Cali

La violencia y el mal comportamiento de los hinchas tuvo un episodio reciente en el Estadio Pascual Guerrero. Envigado logró empatarle el partido a América de Cali en los últimos minutos y los ánimos de la afición Escarlata explotaron contra sus propios jugadores y también contra el cuadro visitante. El equipo médico del cuadro antioqueño estaba atendiendo a un jugador y fue víctima del lanzamiento de objetos contundentes desde la tribuna. Todavía no se sabe de medidas disciplinarias para la plaza.

¡Golpearon al preparador físico de Envigado con monedas y el juego se detiene momentaneamente! #LALIGAxWIN 👹🔥🟠 pic.twitter.com/i51BSu148q

— Win Sports (@WinSportsTV) September 28, 2025

Directores técnicos

Una de las cosas más complicadas para los directores técnicos es mantener la compostura en las conferencias de prensa después de verse claramente perjudicados por los pésimos arbitrajes del fútbol colombiano. Aunque el tema de los jueces depende de la Federación Colombiana de Fútbol, el solo hecho de criticar la actuación de un colegiado solía acarrear suspensión y multa, castigos impuestos por Dimayor.

Sin embargo, eso ya no viene sucediendo. Ejemplo de ello es lo que pasó durante la visita de Atlético Bucaramanga a Junior hace unas semanas, donde el arbitraje claramente influyó en el resultado. Leonel Álvarez, director técnico del Leopardo, explotó de furia en la atención a los medios de comunicación y apuntó directamente a los encargados de impartir justicia.

De otro lado, Rafael Dudamel volvió a dejar en tela de juicio el trabajo de Kéiner Jimenez en el VAR en los partidos de Deportivo Pereira. El estratega venezolano ya había cargado duramente contra este colegiado cuando dirigía a Bucaramanga y había recibido una suspensión de dos meses. Con razón o sin ella, de ninguna de las dos situaciones se ha generado un castigo por algo que antes no se pasaba por alto.

El dueño de Águilas Doradas

Las actitudes de José Fernando Salazar, máximo accionista de Águilas Doradas, ya son una costumbre dentro de los boletines de sanciones. El dirigente suele meterse en espacios para los que no tiene permiso, como los camerinos de los árbitros, y eso ya le ha valido castigos en el pasado. Lo más reciente fue más grave y vino con denuncia pública.

Avilés Hurtado, jugador del Deportivo Cali, manifestó en una reciente conferencia de prensa que Salazar había proferido amenazas contra varios de sus compañeros durante el partido. El tema habría sido a gritos, hecho que debió haber sido anotado por el comisario de Dimayor o el cuarto árbitro en sus reportes. Además, el futbolista cuestionó su presencia en Estadio Alberto Grisales de Rionegro, pues el compromiso se dio a puerta cerrada. Se desconoce si hay una investigación en curso y si los jugadores del Azucarero utilizarán la justicia ordinaria.

¿Qué ocurre con las sanciones?

Responder a la pregunta es complicado, pues, si es difícil que haya claridad sobre varias decisiones del Comité Disciplinario de Dimayor, que justifiquen la demora o la omisión de algunas actuaciones se ve como algo imposible. En este punto, únicamente queda recurrir a la especulación para aproximar algún tipo de explicación.

Apartándose de la idea que puede surgir de manera más natural y lógica de que la entidad no tiene el mismo rasero para sancionar a los clubes de igual manera, se puede observar que el Comité funciona de una manera curiosa. Es como si tomaran de moda ciertas cosas para mirar con más cuidado y sancionarlas por un cierto tiempo hasta cuando decidan cambiar de dirección.

Las tres conductas que se vienen castigando con más frecuencia durante este semestre son las salidas tardías desde los vestuarios, la intervención de los recogebolas para apartar o pasar la pelota y los insultos hacia los árbitros. Aunque, por supuesto, son faltas reglamentarias que merecen castigo, no pueden ser distractor de todo lo que se mencionó antes en este artículo.

Con respecto a la censura que existe para los protagonistas al momento de referirse a los fallos arbitrales o su actuar dudoso, está claro que hay un conflicto con el derecho a la libre expresión. Sin embargo, no se conoce que haya habido una tutela reciente que derivara en una orden judicial que ponga a primar la Constitución Política de Colombia sobre el reglamento del campeonato o el Código Único Disciplinario.

La ausencia de ese trámite judicial podría llevar a pensar que Dimayor, como representación de los 36 clubes del fútbol profesional colombiano, está tomando distancia de la Federación Colombiana de Fútbol y su Comisión Arbitral. Ya que el asunto de los jueces no es algo que le competa a la entidad rectora de los equipos como para mejorarlo, al menos dejar los castigos de lado es una manera de reconocer que los procedimientos de los árbitros están afectando gravemente el desarrollo de los torneos.

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