Ríchard Ríos va atado con un lazo en Benfica… ¿de él mismo o de José Mourinho?

El centrocampista colombiano aportó poco en la fase ofensiva contra Gil Vicente, pero no está claro el motivo.

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Estos primeros partidos de José Mourinho a cargo del Benfica están sirviendo para ir conociendo al idea que va a aplicar los cambios que va a generar para una temporada clave en el club de Lisboa. La victoria sobre Gil Vicente de este viernes fue valiosa por los tres puntos que le permiten seguir cerca del Porto en lo más alto de la clasificación, pero también resultó reveladora.

El sufrimiento que padecieron los Encarnados durante los primeros minutos fue toda una prueba de nervios. La visita logró arrinconarlos por completo ante su público y no fue precisamente por un tema de incapacidad, sino porque en frente había un equipo que tenía bastantes recursos para jugar de tan buena manera, así fuera inferior sobre el papel.

En esa dinámica entró el trabajo de Ríchard Ríos. El centrocampista colombiano tuvo un partido correcto en líneas generales, pero pasó inadvertido en la fase ofensiva, cosa que no suele verse en él. Desde el buen paso que tuvo por Palmeiras y que lo hizo entrar en el radar de la Selección Colombia, una de sus virtudes está en la habilidad para llegar al último tercio de cancha y resolver con buenos centros o disparos al arco.

No obstante, parecía ir con un lazo que lo frenaba cuando su equipo pasaba al ataque y que lo obligaba a quedarse para responder ante la posibilidad de contraataque rival. No se trata necesariamente de algo malo, pues, al fin y al cabo, el propósito principal de cualquier jugador debe ser salvaguardar la meta grupal por encima de su imagen propia.

Es probable que aplicación para no correr riesgos sea parte de las indicaciones que Mourinho le ha dado. Si ese es el caso, en director técnico habrá quedado muy satisfecho, pues el colombiano estuvo cumpliendo con mucha disciplina en las vigilancias que le correspondían en su zona y se le vio con el habitual ímpetu para recuperar y presionar en las posesiones del contrario.

Ahora, si el escenario es que fue una decisión propia de Ríos, sus razones quedaron en evidencia durante el partido. Gil Vicente viene demostrando durante esta temporada que tiene equipo como para vencer a la gran mayoría de los 19 competidores que tiene en la Primeira Liga y así ilusionarse con cupo a algún certamen continental. El partido que hizo fue meritorio como para un empate que no llegó por el ajustado fuera de juego que le invalidó una jugada de gol en el segundo tiempo. Era necesaria la disciplina y la atención en fase de recuperación.

Para determinar si lo que se vio este viernes fue una indicación del entrenador o una motivación propia, simplemente queda esperar la observación de los partidos que vienen, que son dos visitas bien complicadas para demostrar sus cualidades. Primero, viajará para medirse al Chelsea en la segunda jornada de la fase de liga de Champiosn League. Luego, jugará contra el Porto en un duelo que podría ser determinante para sus aspiraciones en el campeonato portugués.

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