La increíble historia de Valentin Vacherot, el monegasco que sorprendió al mundo en el Masters de Shanghái

El número 204 del ranking conquistó su primer título ATP en Shanghái tras una racha histórica que lo llevó de la qualy a la gloria

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Valentin Vacherot llegó a Shanghái sin grandes expectativas, solo con la ilusión de competir y aprovechar una oportunidad tardía en el torneo. A sus 26 años, el monegasco nunca había pasado una ronda en un Masters 1000 ni levantado un título en el circuito. Sin embargo, su inesperado recorrido en China lo transformó en una de las historias más improbables del tenis reciente, al coronarse campeón por primera vez en su carrera.

Antes del torneo, el jugador escribió a un amigo: “Voy a probar mi suerte en la qualy de Shanghái, porque una buena racha puede llegar en cualquier momento”. Sin embargo, nunca imaginó lo que estaría por llegar. En su camino al primer título de su carrera, impuso nuevos récords del circuito, venció a una leyenda del deporte blanco e hizo historia para su país.

Vacherot viajó a China sin un lugar asegurado en la qualy del torneo. Desde la posición 204 del ranking ATP, el monegasco tuvo que esperar nueve retiros para ganarse un lugar en la fase previa del certamen. La oportunidad llegó cuando el italiano Luca Nardi se dio de baja antes del inicio del certamen. Así, con apenas una victoria en el circuito a su nombre, emprendió el camino que terminaría en el campeonato.

En la clasificación, Vacherot enfrentó y venció a dos jugadores con mejor ranking que él. En la primera ronda, se impuso al estadounidense Nishesh Basavareddy, quien disputó tres de los cuatro Grand Slams esta temporada. Posteriormente, superó al canadiense Liam Draxl, número 119 del mundo y aseguró su lugar en main draw, donde inició su camino con un triunfo en sets corridos sobre Laslo Djere, veterano con tres títulos ATP en su palmarés.

De la qualy a vencer a Novak Djokovic

Su segundo rival en el cuadro principal fue Alexander Bublik, quien llegó al torneo con cuatro campeonatos en la temporada, incluyendo el ATP 500 de Halle. El kazajo le complicó el partido a Vacherot, pero, con su dominante servicio y una gran defensa aseguró el pase a la segunda ronda. Ahí se encontró con Tomas Machác, vigésimo sembrado, a quien superó 6-0 en el primer parcial antes de que abandonara por lesión por quinta vez en la temporada.

Llegar a los octavos de final ya era un sueño cumplido para el de 26 años, que nunca había disputado un Masters 1000 fuera de Monte-Carlo. Pero el camino no concluyó ahí. En la cuarta ronda, volvió a venir de atrás para vencer a Tallon Griekspoor, 27° preclasificado, y convertirse en el primer monegasco en meterse entre los mejores ocho de un Masters 1000. Posteriormente, superó a Holger Rune, Top 15 del mundo, y se citó con Novak Djokovic en semifinales, máximo ganador en del torneo.

Con cuatro títulos de Shanghái en su palmarés, el serbio buscaba el Masters número 41 de su carrera. Sin embargo, la humedad y los problemas físicos afectaron su juego ante un Vacherot que nunca se vio condicionado por las condiciones extremas. Con un dominio absoluto desde la línea de base, el monegasco resolvió el partido en sets corridos, y se puso a una victoria del título. En su camino a la final, venció a cinco jugadores preclasificados y completó cinco remontadas de un set abajo, algo que repetiría en el partido definitivo, ante un rival muy especial.

La final familiar que paralizó Shanghái

En la final, Vacherot se encontró con su primo hermano, Arthur Rinderknech, con quien compartió equipo universitario en Texas A&M en 2018. El francés de 30 años también buscaba hacer historia. Tras vencer a Alexander Zverev, por segunda ocasión en la temporada, y Daniil Medvedev, alcanzó su segunda final en el ATP Tour y la primera desde 2022, cuando cayó ante Thanasi Kokkinakis en Adelaida.

Rinderknech nunca antes había superado la tercera ronda de un torneo en la categoría, y cuando por fin lo logró, se encontró con su primo en la primera final entre parientes desde 1991, cuando los hermanos Patrick y John McEnroe se enfrentaron en Chicago. El partido estuvo cargado de emoción para ambos jugadores y su familia. Al final, el cuento de hadas llegó a su fin con otra épica remontada de Vacherot frente a un estadio completamente lleno.

“Es irreal lo que acaba de pasar. No tengo idea de lo que está ocurriendo ahora mismo. Ni siquiera estoy soñando, es una locura”, dijo Vacherot. “Estoy muy feliz con mi desempeño en estas dos últimas semanas. Solo quiero agradecer a todos los que me han ayudado en mi carrera desde el principio. Tiene que haber un perdedor, pero creo que hoy hubo dos ganadores, una familia que ganó. Y creo que, para el tenis, esto es irreal”.

Récords, premios y ranking

Con la victoria, Vacherot se convirtió en apenas el tercer jugador en conquistar un Masters 1000 desde la qualy y el primero desde 2001. Además impuso una nueva marca como el jugador de menor clasificación en el ranking en levantar un título de la categoría, superando el récord que ostentaba Borna Coric (152 en Cincinnati 2022).

Pero el éxito va más allá de lo individual. Con el primer trofeo de su carrera, entró en la historia como el primer jugador de Mónaco en coronarse dentro del circuito de la ATP. Este logro dejó uno de los mejores momentos de la temporada y un gran impacto de cara al futuro, con el objetivo de seguir sumando éxitos.

Tras ganar en Shanghái, escaló 64 posiciones en el ranking, del puesto 204 hasta el 40, uno de los saltos de un solo torneo más grandes de todos los tiempos. El beneficio también fue inmenso a nivel económico. Durante toda su carrera profesional, Vacherot había conseguido 594 mil dólares en premios. En China, el triunfo sobre su primo le garantizó una bolsa de 1.2 millones de dólares, casi el doble de todo lo que había ganado previamente.

Valentin Vacherot pasó de ser un alterno en la qualy a convertirse en campeón de un Masters 1000, una hazaña que pocos imaginaron posible. Su triunfo en Shanghái no solo reescribió los registros del tenis, sino que dio voz a una nación sin tradición en el circuito. Para el monegasco, el camino apenas comienza, pero su irrupción ya quedó marcada como una de las gestas más improbables de la temporada.

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