Lamine Yamal rechaza las comparaciones con Messi: “Yo quiero seguir mi camino”
El joven del Barça habló sobre el astro argentino, su decisión de representar a España y la alegría que siente al pisar el terreno de juego.

- Barcelona vs Atlético de Madrid en vivo: horario y dónde ver la jornada 19 de LaLiga 2025
- Barcelona derrota a Alavés con doblete de Dani Olmo y toma el liderato de LaLiga
- Hansi Flick confirma la baja de Araújo por “situación privada”
Lamine Yamal atraviesa un momento clave de su carrera de cara a su debut mundialista en Norteamérica 2026. Entre su crecimiento como estrella del Barcelona y la expectativa que genera en la selección española, el delantero mantiene una idea firme sobre sus planes a corto y largo plazo: construir su propio camino, asumir su identidad y disfrutar del fútbol sin convertir la presión en un problema.
La figura de Lionel Messi aparece inevitablemente cada vez que se habla del joven delantero, pero Yamal deja claro que la comparación no lo condiciona. Respeta al argentino como el mejor de la historia y reconoce la admiración que siente por su trayectoria, aunque se distancia de cualquier imitación. No quiere ser Messi, ni reproducir su estilo. Su objetivo es seguir su propio camino, desde su personalidad, su juego y su manera de entender el fútbol.
“Yo le respeto por lo que ha sido, por lo que es para el fútbol. Y si nos encontramos algún día en algún campo de fútbol pues habrá ese respeto mutuo. Él para mí es el mejor de la historia, y él también sabe que soy un buen jugador. Pero los dos también sabemos que yo no quiero ser Messi y Messi sabe que yo no quiero ser él. Yo quiero seguir mi camino y ya está. No tengo intención de jugar como él ni de llevar el 10 que llevaba Messi, ni nada de eso”, dijo en entrevista para 60 Minutes.
Identidad y selección: España sobre Marruecos
Yamal explica que su elección por España sobre la selección de Marruecos fue natural, incluso cuando el equipo africano representaba una opción emocional fuerte tras su actuación en el Mundial de Qatar 2022. Reconoce el cariño por las raíces familiares, pero siente que su formación, su vida deportiva y sus sueños estaban ligados al fútbol europeo. Jugar la Eurocopa, competir en el máximo nivel y desarrollarse en el Barça fueron determinantes para decantarse por la Roja.
“Fue algo raro porque sí estaba en mi cabeza jugar con Marruecos. Justo fue cuando llegó a las semifinales del Mundial. Pero en el momento de la verdad, nunca tuve la duda. Al final, con todo mi cariño y respeto que tengo por Marruecos, yo siempre he querido jugar una Eurocopa. Siempre he querido jugar aquí en Europa. El fútbol europeo se ve más. Jugando en el Barça yo quería estar cerca de poder ganar una Eurocopa, que gracias a Dios ya lo he hecho y jugar un Mundial con posibilidades de ganarlo. Siempre tendré cariño a Marruecos, es mi país también y la verdad que no hubiera sido nada raro, ni malo jugar con ellos. Pero al final sí que tenía ese hándicap de que España jugaba la Eurocopa y me he criado en España y también siento que es mi país”.
En paralelo, su gran desempeño en la Eurocopa, y su temporada de ensueño con los culés encendieron el debate sobre el nuevo rostro del fútbol español. El adolescente acepta la ilusión que genera entre la afición del equipo y entiende el entusiasmo que despierta en cada estadio, pero evita asumir ese rol como una obligación personal.
“Yo estoy muy feliz de la ilusión que genero a los españoles, a los culés en general. Entonces yo creo que soy una de las opciones, está claro, cuando voy a un campo pues mucha gente viene viene a verme. Pero no es algo que me meta la cabeza, que quiero ser la cara de España. Es algo que se dará si la gente quiere ilusionarse conmigo, yo obviamente estará abierto a eso, pero pues es algo que depende de la gente”.

El primer amor de su vida
Yamal habla del disfrute y la diversión como motor de su rendimiento, de la necesidad de estar alegre para que su juego fluya y de una vocación que va más allá de los goles o los récords. Describe el campo como el lugar donde puede cambiarle el día a la gente y donde él mismo se siente pleno.
“Estoy en mi mejor momento del día cuando puedo jugar, cuando puedo disfrutar con mis compañeros. Se nota mucho cuando estoy feliz en el campo y lo traduzco en en el juego. Divertido es la palabra. Creo que al final juego para que la gente se divierta y hacer un poco de espectáculo en el fútbol. Soy un atleta que entretiene y que su objetivo no es hacer todos los récords del mundo, marcar un millón de goles, hacer un millón de regates, es disfrutar y que los niños quieran ser como yo”.
Su vínculo emocional con el deporte nace en el barrio, donde el fútbol era el lenguaje común entre niños que crecían entre incertidumbre y pocas certezas sobre el futuro. Lo define como su “primer amor”, un espacio que igualaba condiciones y creaba lazos. Ese origen marca su manera de competir hoy: jugar como jugaba en el parque y recordar por qué empezó.
“Me gusta cambiarle el día a la gente. Si alguien está triste, que vaya al partido me vea y que vuelva a casa más feliz de lo que estaba. Nunca he sido una persona que vaya al campo y diga ‘Hoy quiero meter cuatro goles y tres asistencias’. Pienso, ‘hoy quiero quiero disfrutar, quiero hacer lo que he aprendido ayer, quiero hacer lo que hacía en el parque antes, quiero que la gente se divierta, yo divertirme con mis compañeros’ y obviamente, si marcó muchos goles pues mejor aún, pero yo creo que el fútbol va más allá de eso”.
La presión y un Mundial que llega en su mejor momento
Yamal relativiza la presión hasta casi eliminarla. Para él, la verdadera carga la vivieron sus padres, obligados a sostener una familia en un contexto difícil. En comparación, jugar fútbol no le supone angustia ni responsabilidad excesiva: lo vive como un privilegio. Esa mentalidad le permite encarar los grandes retos con naturalidad, incluido un Mundial donde ve a España nuevamente entre los candidatos serios.
“La presión es algo mental. Es algo que tiene cada uno dentro. Yo no lo he sentido nunca, ni creo que pueda llegar a sentirla. Mis padres sí han tenido presión de saber qué hacer. Eran padres jóvenes, me tenían a mí y claro, tienes que sacar adelante una familia, un hijo. Tienes que buscar trabajo, tienes que hacer que el hijo disfrute, tienes que comprarle su regalo. Eso para mí sí que es presión. Entonces yo siento que no puedo sentir presión por jugar a fútbol.Sólo intento disfrutar y pensar que todos los de mi familia, todos mis amigos han tenido que pasarlo peor que yo jugando en un campo de fútbol”.
El jugador asegura sentirse importante, en buen nivel y con una ilusión plena por llegar al torneo. Su madurez emocional y la tranquilidad con la que asume el momento consolidan la sensación de que este Mundial lo encuentra en un punto alto de desarrollo personal y futbolístico.
“Hacía tiempo que España no llegaba como candidata seria a poder ganar el Mundial. Veo al país ilusionado. Estoy muy ilusionado. Me siento importante, me siento bien. Tengo muchas ganas de que llegue y lo voy a disfrutar muchísimo”.


