¿Qué es la pubalgia? La lesión silenciosa que amenaza el futuro de las joyas del fútbol
Franco Mastantuono es la nueva víctima de esta dolencia que tiene entre algodones a Lamine Yamal y que ha afectado a figuras como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo

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En los últimos años, una dolencia ha ganado protagonismo en los cuerpos médicos de los clubes de élite: la pubalgia, una lesión tan discreta como persistente que ha afectado a futbolistas de distintas generaciones. Desde Lionel Messi y Toni Kroos hasta el actual Balón de Oro, Ousmane Dembélé, muchos han pasado por este calvario físico que hoy golpea a tres jóvenes figuras del fútbol mundial: Lamine Yamal, Nico Williams y Franco Mastantuono. En todos los casos, se trata de un dolor que no detiene por completo la actividad, pero que limita el rendimiento, exige cuidados continuos y puede acompañar al jugador durante meses.
¿Qué es la pubalgia y cómo afecta a un futbolista?
La pubalgia no es una lesión muscular como tal, sino una alteración inflamatoria o tensional en la zona del pubis, donde convergen distintos grupos musculares: los aductores, los abdominales inferiores y parte de la musculatura del muslo y la pelvis. El fisioterapeuta catalán Lluís Puig, consultado por el Diario Sport, explica que “el dolor puede tener múltiples causas: sobrecarga en los aductores, debilidad de los abdominales profundos o desequilibrios derivados del crecimiento y la carga competitiva”. Por ello, no existe un tratamiento único ni un tiempo fijo de recuperación. En el fútbol, donde los giros, aceleraciones y cambios de ritmo son constantes, esta dolencia se agrava fácilmente si no se trata con precisión.
Síntomas de pubalgia
La pubalgia se manifiesta primero con dolor en la ingle o el pubis, que puede extenderse al abdomen o la parte interna del muslo. En los casos leves, los jugadores logran competir, aunque con molestias. Pero si el esfuerzo continúa, el dolor se intensifica hasta hacer imposible el movimiento explosivo. “No se cura en un mes; se aprende a convivir con ella”, señalan expertos en biomecánica deportiva. El tratamiento incluye fisioterapia específica, fortalecimiento de la musculatura estabilizadora del abdomen y la pelvis, y en casos severos, cirugía.
Los futbolistas suelen percibir molestias al correr, al realizar cambios de dirección o al patear, e incluso esa sensación puede aparecer al caminar, subir escaleras o adoptar ciertas posturas para dormir. Con el paso del tiempo, si no se aborda, el dolor puede volverse persistente, aparecer incluso en reposo y provocar debilidad o rigidez en la cadera o el muslo.
Tratamiento para la pubalgia
El abordaje de la pubalgia debe ser progresivo y adaptado a la persona, combinando reposo, fisioterapia y fortalecimiento muscular para recuperar la funcionalidad de la zona pélvica. En una primera fase se busca reducir el dolor y la inflamación mediante la modificación de la actividad, aplicación de frío o calor y terapia manual, mientras que en fases posteriores se incluyen ejercicios específicos para equilibrar y reforzar los músculos abdominales, aductores e isquiotibiales, además de corregir posibles desequilibrios biomecánicos.
En los casos más graves o crónicos puede ser necesaria la intervención quirúrgica como última opción, aunque lo habitual es que la recuperación se alcance con un plan bien estructurado de fisioterapia y readaptación al deporte.
Lamine Yamal, Nico Williams y Franco Mastantuono: las nuevas víctimas

Los últimos casos de futbolistas con este padecimiento son Nico Williams, Lamine Yamal y Franco Mastantuono. Los tres jugadores jóvenes empiezan a sentir las consecuencias de la gran actividad en sus clubes, a una edad en la que aún se considera que están en crecimiento.
Nico Williams, del Athletic Club, también padeció pubalgia al cierre de la pasada temporada. Su tratamiento fue conservador: descanso, fisioterapia y fortalecimiento abdominal. Gracias a ese plan logró evitar la cirugía, pero el nivel máximo mostrado durante los últimos meses no ha vuelto.
Al futbolista vasco le siguió Lamine Yamal. El extremo del Barcelona tuvo que parar durante algunas semanas, después de jugar con dolor. Ahora, en su reaparición, su entrenador, Hansi Flick ha mencionado que la dolencia continúa. “Se está esforzando mucho y evolucionando bien, aunque algunos días siente molestias”. En el Clásico ante el Real Madrid, su falta de explosividad evidenció que no se encuentra al 100 %.
La última joya en caer en este padecimiento es Franco Mastantuono. El actual jugador del Real Madrid comenzó a perder regularidad en el equipo de Xabi Alonso hasta que este lunes se dio a conocer su lesión con pronóstico reservado.
Pubalgia, un dolor conocido por Messi, Cristiano Ronaldo, Kroos y Dembélé

La pubalgia no distingue edades ni jerarquías. Lionel Messi la sufrió dos veces durante su carrera en el Barcelona. En la primera, cuando aún estaba en formación, el fisioterapeuta Miguel Ángel Cos recordaba que “le pedíamos que no jugara fut-tenis con Ronaldinho porque lo daba todo y no podía realizar ejercicios explosivos”. En 2016, el argentino volvió a padecerla y tuvo que parar para evitar que se volviera crónica. Toni Kroos convivió con ella en el Real Madrid, y Ousmane Dembélé la experimentó en su etapa culé, marcada por continuas lesiones musculares derivadas de desequilibrios físicos.
Otros nombres se suman a la lista: Zinedine Zidane, Kaká, Sergio Ramos, Xabi Alonso, Marco Reus y Antoine Griezmann, todos con etapas marcadas por esta dolencia. En algunos casos, como el de Alonso, la única salida fue pasar por el quirófano. En otros, el reposo y el trabajo preventivo fueron suficientes. Lo que todos coinciden es que se trata de una lesión ‘traicionera’: parece desaparecer, pero puede volver si no se corrige la causa biomecánica.
¿Por qué es tan común en el fútbol moderno?

Según los especialistas consultados, la pubalgia es el reflejo del fútbol actual: más rápido, más físico y con menos descanso. La carga de partidos, los viajes, los entrenamientos de alta intensidad y la falta de recuperación adecuada provocan que los músculos del abdomen y los aductores sufran un desgaste continuo. En jugadores jóvenes, el riesgo aumenta porque su cuerpo todavía está adaptándose al crecimiento y a las exigencias de la élite.
“El tratamiento debe ser multifactorial. Hay que evaluar la pelvis, la fuerza de los abdominales profundos, la elasticidad de los isquiotibiales y la tensión en los aductores. Todo está conectado. No se trata solo de quitar el dolor, sino de equilibrar al futbolista”, explica Puig,
Una lesión que exige paciencia y prevención
La pubalgia no es una sentencia, pero sí una advertencia. Con una planificación adecuada y un trabajo de refuerzo bien diseñado, los jugadores pueden recuperarse por completo. Sin embargo, forzar su regreso o ignorar las señales puede convertirla en una dolencia crónica. Por eso, figuras como Lamine Yamal deben tomarse su tiempo: convivir con el dolor no es lo mismo que superarlo. En el fútbol moderno, la pubalgia se ha convertido en una batalla invisible que mide no solo la fuerza física, sino también la capacidad de resistencia mental de los jugadores.
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