Xabi Alonso firma el mejor inicio del Real Madrid en 64 años
El entrenador vasco logra el mejor inicio del equipo blanco en 64 años: 13 victorias y una derrota, con Mbappé como líder goleador

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El Real Madrid vive un arranque de temporada histórico bajo la dirección de Xabi Alonso, quien en su primer año al frente del banquillo lleva 13 victorias y una sola derrota en los primeros 14 partidos de la temporada 2025-26. Esta marca coloca al técnico español junto a figuras legendarias del banquillo merengue, y de acuerdo con datos de Mister Chip, no se veía un inicio tan exitoso en el conjunto blanco desde hace más de seis décadas.
La temporada 2025-26 está dejando buenos resultados y una evolución visible en el juego del equipo. Desde su llegada, Alonso ha conseguido que el Real Madrid combine solidez y dinamismo, con un sistema que equilibra el control del balón y la verticalidad ofensiva. Salvo el tropiezo ante el Atlético de Madrid, el conjunto merengue ha mostrado un dominio casi absoluto frente a todos sus rivales, superándolos con autoridad tanto en LaLiga como en la Champions League.
Un debut prometedor para Xabi Alonso
El impacto del técnico vasco ha sido inmediato. En apenas unos meses, instauró una identidad clara: presión alta, circulación rápida y una defensa más compacta. El resultado es un equipo que, partido a partido, parece más sincronizado. Las desconexiones defensivas, que al inicio de la campaña generaron ciertos problemas, son cada vez menos frecuentes. En su lugar, aparecen secuencias de juego en las que el Real Madrid exhibe una notable coordinación colectiva.
Este progreso no se mide únicamente por el marcador, sino también por la forma en que el conjunto blanco maneja los partidos. Bajo Alonso, el equipo logra sostener ventajas con mayor tranquilidad y cierra los encuentros con autoridad, algo que en temporadas recientes había sido un punto débil.
El registro de 13 victorias y 1 derrota en los primeros 14 partidos iguala el inicio de temporada conseguido por Miguel Muñoz en 1961-62, un referente histórico del club. Antes de él, José Ángel Berraondo había firmado un arranque ligeramente mejor en 1928-29, con 13 victorias y un empate. Desde entonces, ningún entrenador había alcanzado una cifra tan alta en sus primeros encuentros al mando.
La victoria ante el Valencia, reflejo del momento
El reciente triunfo por 4-0 ante el Valencia en el Santiago Bernabéu es la muestra más clara del buen estado del equipo. Desde el inicio, el Real Madrid impuso el ritmo, controló los espacios y castigó con contundencia. Esa actuación no fue aislada, sino la confirmación de una tendencia ascendente.
En dicho encuentro, la conexión entre Kylian Mbappé, Jude Bellingham y Vinícius Jr. fue determinante. La ofensiva funcionó con fluidez, el mediocampo mantuvo el equilibrio y la defensa mostró solidez. La lectura táctica de Alonso permitió cerrar líneas y proyectar ataques rápidos que desbordaron al rival.
Kylian Mbappé, el referente ofensivo
El liderazgo goleador de Kylian Mbappé se convirtió en uno de los ejes del proyecto. En su segunda temporada con el club, el delantero francés está respondiendo con creces a la confianza depositada en él. Su capacidad para marcar diferencias en el área, junto con su velocidad y lectura del juego, lo han consolidado como el principal referente ofensivo.
Mbappé no sólo acumula goles, sino que también asume un rol más integral, participando en la elaboración y en la presión alta. Su entendimiento con Bellingham y Vinícius ha potenciado el ataque blanco, ofreciendo variedad de recursos en los metros finales.
Mejoras defensivas y equilibrio colectivo
Uno de los aspectos más destacados de esta etapa es la reducción de errores defensivos. El regreso al mejor nivel de Militao le ha dado al equipo mayor firmeza. Los laterales participan en ataque, pero con una cobertura más eficiente en los repliegues, mientras que la figura de Aurélien Tchouaméni es fundamental en el mediocampo. Esa evolución colectiva ha permitido que el Real Madrid mantenga su portería imbatida en varios encuentros, algo que refuerza la confianza del grupo y le permite manejar mejor los tiempos del partido.
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