El lujo no basta: Rayados vuelve a caer en la Liga MX pese a su inversión millonaria
A pesar de tener en la plantilla a hombres como Sergio Ramos, Sergio Canales, Óliver Torres, Lucas Ocampos, Santiago Melé y Domenec Torrent, el equipo volvió a quedar lejos de los títulos

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Rayados de Monterrey apostó fuerte en los últimos torneos para pelear por el título de Liga MX. La directiva abrió la chequera para traer nombres con cartel internacional, reforzar posiciones clave y sostener un proyecto que buscaba resultados de inmediato. La inversión, sin embargo, no ha tenido correspondencia en el palmarés reciente: el club sigue sin levantar el campeonato pese a planteles que, por precio y salario, compiten en la cima del mercado.
El Apertura 2025 volvió a subrayar esa distancia entre gasto y trofeo. Rayados se quedó en semifinales y la eliminación prendió otra vez el foco sobre el costo de un equipo diseñado para la final. El dato que resume el debate es directo: alrededor de 48.2 millones de dólares corresponden al valor combinado de sus figuras estelares. Ese monto no se tradujo en el paso definitivo hacia el título.
Una plantilla armada con fichajes de alto precio
En el centro de la apuesta aparece Sergio Canales, contratación que marcó una ruta de fichajes con perfil europeo. Monterrey pagó 10 millones de euros más 7 millones en variables al Betis por su pase. La cifra lo coloca en el rango de transferencias más altas del futbol mexicano y lo convirtió en eje del modelo de juego.

A su lado está Lucas Ocampos, fichado al Sevilla por 8.44 millones de euros y con un salario anual de alrededor de los 4 millones de dólares. Llegó en septiembre de 2024 para ser pieza de peso en el frente ofensivo. En la práctica, su costo y sueldo lo ubican en una zona de obligación permanente: rendir y empujar al equipo a la final.
La lista sigue con una figura que no costó pase, pero sí sueldo: Sergio Ramos, incorporado como agente libre con salario de 5.8 millones de dólares anuales. Su arribo elevó el perfil mediático y la expectativa deportiva. Monterrey compró liderazgo, experiencia y una imagen ligada a finales, pero la ruta del torneo terminó antes de la última serie. El golpe de la eliminación se “coronó” con su salida del equipo.

Refuerzos puntuales y banca con inversión relevante
El club también gastó en posiciones específicas. El portero Santiago Melé llegó desde Junior de Barranquilla por 3.5 millones de dólares, con la misión de entregar un nivel más alto que el de un tal Esteban Andrada. La operación muestra una estructura de gasto que no se limitó a nombres de ataque: también se destinó dinero para sostener la competencia interna y el rendimiento en zona defensiva.
En la media cancha, Óliver Torres se sumó en junio de 2024 con un sueldo de 2 millones de dólares por temporada. Es otro ejemplo del patrón reciente: contratos altos para jugadores con paso en Europa, con la intención de elevar el techo competitivo del plantel.
El proyecto técnico también tiene costo
La inversión no terminó en jugadores. En el banquillo, Rayados firmó a Domenec Torrent por un año y 1.5 millones de dólares. La apuesta fue clara: un entrenador con método europeo, manejo de vestidor y capacidad de competir en fases finales. El equipo alcanzó semifinales, pero no dio el salto hacia el título, además de que no se trascendió lo esperado en el Mundial de Clubes. El ciclo inicia con la misma pregunta de siempre: ¿se mide el proyecto por el gasto o por el campeonato?

Semifinales como techo repetido
El Apertura 2025 dejó una foto que pesa por contexto. Rayados llegó con una de las nóminas más caras de la liga y con un bloque de líderes acostumbrados a escenarios grandes. Aun así, la serie de semifinales terminó en eliminación. El plantel no convirtió el volumen de inversión en la vuelta decisiva que exige el torneo.
Rayados vive una paradoja: tiene recursos para dominar el mercado nacional, pero no logra consolidar un ciclo ganador en Liga MX. Su plantilla vale, sueldos pesan y el proyecto tiene soporte. Lo que falta es el tramo final, ese partido que convierte inversión en historia.
De cara al siguiente torneo, la discusión ya no pasa por si Monterrey puede fichar. Pasa por si el modelo que prioriza nombres caros consigue por fin lo que el club y su afición esperan: un título que haga sentido a cada cifra puesta sobre la mesa.


