Luis Suárez reflexiona sobre su carrera: carácter, rebeldía y vigencia en la MLS
Publicado por Claudio Landucci
El uruguayo repasó su carácter, su niñez, su etapa en Barcelona, su vínculo con Messi y su presente competitivo en la MLS.

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Luis Suárez ha construido una carrera marcada por la intensidad, el carácter y una competitividad que no ha disminuido con el paso del tiempo. Protagonista en clubes de élite, referente en Uruguay y figura actual de la MLS, su trayectoria combina talento, determinación y una historia personal que explica su manera de enfrentar cada desafío. A sus 38 años, continúa preparándose para competir al máximo nivel, adaptando su rutina física y su estructura diaria para seguir rindiendo.
En una entrevista con Sport, Suárez hizo un recorrido que va desde su niñez hasta su presente. Habló de su rebeldía, de cómo procesó las críticas, de las dificultades que enfrentó desde pequeño, de lo que representó su etapa en Barcelona, de la relación con Lionel Messi y de cómo ha vivido el exigente calendario en Estados Unidos.
Rebeldía, críticas y la actitud que definió su carrera
Suarez describe su identidad competitiva como una respuesta a una vida entera peleando contra señalamientos que aparecieron desde su debut profesional y lo acompañaron en cada etapa. Esa resistencia, según él, terminó siendo una forma de vida.
“Ser un rebelde. Muchas veces me pongo a pensar que puedo ser un ejemplo en rebeldía, en resiliencia, en seguir peleando, en seguir luchando. Por contra, hay muchas cosas en las que no soy un ejemplo. Y lo acepto, lo sé y lo entiendo. Siempre he peleado contra las críticas: debuto en Nacional con 18 años y me criticaban por errar goles. Ahí ya empecé mi etapa de tratar de dar vuelta a esa página de las críticas y después cuando fui a Holanda. Me decían que estaba gordo y en el Ajax también lo decían. Después en el Liverpool me atacaban por mis actos de indisciplina. Después en el Barcelona por pasar por malas rachas. En todas las etapas de mi carrera siempre he luchado contra lo mismo”.
Ese pulso permanente con la opinión pública fue moldeando su postura en cada club, empujándolo a sostenerse firme aun bajo presión, sin mostrar vulnerabilidad: “Las críticas me han acabado fortaleciendo, nunca me han bajoneado, nunca le he demostrado a la gente estar bajoneado porque me critican. Lo que más vende, siempre es así, es la crítica y quieren ver a uno cabizbajo, quieren ver a uno así. Yo siempre he intentado mostrar fortaleza en ese sentido. Eso me ha hecho estar fuerte siempre”.
Una infancia dura que moldeó su carácter
Las raíces de esa fortaleza aparecen en sus recuerdos de la infancia. La precariedad económica, la separación de sus padres y la necesidad de aportar al hogar desde niño, según él, definieron la manera en la que hoy encara cada reto: “Viene desde chico. No tenía para comer y siempre tenía que salir a buscar para que comiera yo y mi familia. Siempre, siempre, fue así. Desde que tengo cargo de conciencia, siempre he luchado contra todo. Nunca tuve nada fácil. Nunca tuve nada, nada, nada fácil y eso me ha hecho siempre pelear hasta el final. Era el minuto 90 y seguía peleando, seguía corriendo porque cada minuto para mí es la vida, es una lucha constante y por eso no me gusta regalar tiempo ni relajarme para nada”.
Fueron esos golpes los que lo empujaron a perseguir el fútbol como una vía de escape: “Obviamente que los esfuerzos de chico son los que me permiten estar hoy en día donde estoy, ¿no? Siempre hay cosas para mejorar, o reproches de arrepentimiento de cosas que has hecho, pero las cosas pasan por algo en la vida. Será que la vida te da esos golpes para que puedas darte cuenta de algunas otras cosas que has hecho. Ese chico de 16, 17 años en ese momento luchó para poder cumplir ese sueño de querer ser jugador de fútbol y que no tenía nada fácil.”
Barcelona: exigencia, adaptación y evolución
Suárez también recordó su etapa con el Barcelona. Jugar con los blaugranas no solo supuso un cambio posicional o de contexto, sino una reeducación futbolística. La obligación de rendir cada tres días y la necesidad de adaptarse a un juego de precisión marcaron su evolución técnica.
“En el Barcelona yo aprendí a jugar en un espacio de 10×10 a un toque que en el Liverpool no lo hacía. En el Liverpool tenía 40 metros para correr yo solo y ahí engañármela y pelearla. En Uruguay lo mismo. En el Barcelona mirara para donde mirara, me tenía que acostumbrar a dar bien el pase. Eso me hizo mejor jugador todavía. Me hizo evolucionar muchísimo y el Suárez del 2014 hasta el 2017, que fueron mis mejores años en el Barcelona, fue bueno también.”
El uruguayo también profundizó en esa presión interna y externa que impone el club: “Es tanta la presión constante de intentar rendir entre un 7 y un 10 cada partido, que si vos le das el margen de bajar a un 5, ya la gente empieza a dudar, a decir ‘este partido no anduvo’. Al próximo partido hace dos o tres goles, perfecto, un 8, un 9, un 10, perfecto, ‘que bien’ dicen. Si en el próximo partido no haces un gol y en el siguiente tampoco, ya son dos sin marcar. El Barcelona te exige estar bien cada tres o cuatro días. Y hay veces que la gente tiene que entender que no es fácil llegar al Barcelona, pero lo más difícil es mantenerse todos los años”.
Messi: admiración, sincronía y una etapa final compartida

La relación entre Suárez y Lionel Messi trasciende lo profesional. La convivencia diaria en Barcelona y ahora en la MLS creó una conexión que ambos valoran como un privilegio en el final de sus carreras: “A medida que fueron pasando los años más nos íbamos conociéndonos dentro de la cancha. Y con el paso de los años ya nos conocemos mucho también fuera. Nos conocemos bien, y la verdad que los niños también conviven muchas horas a diario acá en el fútbol. La verdad que es una linda etapa que estamos viviendo, disfrutando. Nos miramos a veces y nos ponemos a pensar que estamos cumpliendo con lo que habíamos hablado en aquel momento en el Barcelona. Poder disfrutar de nuestra última etapa como jugadores de fútbol juntos”.
Dentro del terreno de juego, el uruguayo sostiene que no existe una forma justa de describir a Messi sin quedarse corto: “No hay más argumentos para describirlo. Dentro de la cancha es algo único, algo irrepetible y sigue haciendo cosas increíbles. Sigue teniendo esa obsesión de querer seguir ganando como la tenemos todos. Pero claro, vos lo ves a él, a ese espíritu que tiene”.
Su actualidad en la MLS: viajes, exigencia y nivel competitivo
Suárez explica que su paso por la MLS tiene un nivel de exigencia más alto del que muchos creen. El volumen de viajes y la cantidad de competencias lo sorprendieron, especialmente en un equipo que disputa todas las instancias posibles: “Bueno, la verdad que me sorprendió un poco el tema de tantos viajes, tantos partidos, pero porque nosotros también justo agarramos la época del club en la que nos clasificamos para la Concacaf Champions, la League Cup, el Mundial de Clubes, llegando siempre hasta instancias finales, y eso te hace viajar mucho
El delantero también subrayó que la competitividad de la liga no es menor, pese a las percepciones externas. “A veces parece que la gente la menosprecia, pero a la hora de competir ahí están los resultados. No es fácil ganar partidos, todos los partidos se nos hacen difíciles. Hemos perdido contra el último y hemos ganado al primero. Para los rivales jugar contra nosotros es el partido del año, su día de demostrar, de salir en todos lados, su gran partido”.


