El proyecto para convertir una isla en un equipo mundialista: Curazao y la influencia neerlandesa
La isla caribeña se convirtió en una de las sorpresas de la eliminatoria de Concacaf al consolidar un modelo basado en su vínculo con Países Bajos

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Curazao será una de las grandes historias del Mundial 2026. La isla caribeña logró su primera clasificación desde un modelo que combina identidad, raíces familiares y decisiones técnicas que cambiaron el rumbo de su selección. Lo que empezó hace apenas una década como un proyecto modesto adquirió forma con la intervención de figuras del fútbol neerlandés que ayudaron a unificar talento disperso en Europa.
El resultado es un equipo integrado en su totalidad por futbolistas nacidos fuera del territorio, pero con vínculos familiares directos con Curazao. El proceso implicó recorrer Países Bajos para convencer jugadores, reorganizar una federación que atravesó cambios constantes en su cuerpo técnico y consolidar una idea que hoy coloca a ‘la Ola Azul’ como una de las nuevas caras del fútbol mundial.
La influencia neerlandesa: Kluivert y Hiddink

Entre 1954 y 2010, Curazao (y otras islas) eran conocidas como Antillas Holandesas. Sin embargo, hace 15 años se proclamó como país autónomo (aunque de alguna manera sigue perteneciendo al Reino de los Países Bajos). Esta última condición permite a todos sus ciudadanos tener pasaporte neerlandés y residir en Europa. Este marco geopolítico facilitó que una generación completa se formara en ciudades como Ámsterdam, Rotterdam, Groningen o Emmen
La transformación de Curazao empezó en 2015, cuando Patrick Kluivert asumió como entrenador. Con Kluivert en el banquillo, Curazao avanzó más lejos que nunca en las eliminatorias y alcanzó por primera vez la fase final de la Copa Oro, una marca inédita para un país de 160 mil habitantes.
Kluivert capitalizó su prestigio en Países Bajos para reclutar futbolistas que no tenían espacio en la selección neerlandesa. Entre ellos surgió Cuco Martina, referente del inicio de esta transformación. El lateral, con trayecto en Everton y Southampton, habló de un cambio estructural: mejores instalaciones, mayor profesionalización y un entorno que impulsó a más jugadores a unirse al proyecto. Tras su salida en 2017, el cargo quedó para Remko Bicentini, su asistente, aunque la federación lo retiró sin aviso para iniciar otra etapa.
La llegada de Guus Hiddink, enfocada en clasificar al Mundial de Qatar, duró poco por problemas de salud y la incertidumbre de la pandemia. Kluivert regresó como interino, pero el ciclo se cerró sin lograr el objetivo mundialista. Finalmente, la federación volvió a confiar en Bicentini, quien ya había entregado el primer título oficial del país con la Copa del Caribe 2017.
Advocaat: orden y crecimiento
El ciclo decisivo llegó con Dick Advocaat, entrenador histórico de Países Bajos. Su enfoque apuntó a convencer futbolistas que habían quedado fuera de los planes de la Oranje. Su asistente, Cor Pot, describió el proceso con claridad: “no veníamos a tomar el sol”. Advocaat logró consolidar un proyecto que terminó por asegurar su presencia en la Copa del Mundo, una marca histórica para la isla.
La plantilla mundialista de Curazao está integrada por jugadores nacidos y desarrollados en el fútbol europeo. Dick Advocaat trabajó durante más de un año para convencer a talentos repartidos en la Eredivisie, Championship, Premier League y otras ligas del continente europeo. Las palabras de Armando Obispo, defensor del PSV, resumen el sentimiento general: llegar al Mundial con Curazao es una experiencia que conecta identidad familiar y oportunidad deportiva. Leandro Bacuna, figura del proyecto, explicó que su vínculo nace del origen de sus padres y del deseo de representar a la isla.
De caer 7-0 ante Argentina a convertirse en selección mundialista

El proceso deportivo de Curazao también se refleja en sus resultados. Tras la derrota 7-0 ante Argentina en marzo de 2023, la selección inició un camino de reconstrucción que incluyó Eliminatorias, Nations League y Copa Oro. Entre 2023 y 2026, acumuló victorias clave ante Barbados, Aruba, Santa Lucía, Haití, Bermudas y Jamaica, además de empates ante Trinidad y Tobago, Canadá y El Salvador.
El punto de quiebre apareció en la fase final de las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026: triunfo 4-0 sobre Santa Lucía, victoria 5-1 contra Haití y resultados sólidos frente a rivales caribeños de mayor experiencia. En la Nations League también estableció evolución con goleadas ante San Martín y Santa Lucía. En Copa Oro 2025 compitió ante selecciones de mayor recorrido, incluido un empate ante Canadá. Este recorrido construyó la base que llevó a Curazao a su primera Copa del Mundo.


