Brasil dicta veredicto clave sobre apuestas y tarjetas amarillas
El caso del lateral Igor Cariús llegó a la Suprema Corte de Brasil. El jugador fue absuelto, ya que la acción en sí no encaja como un ‘delito’
- Jordi Alba recibe sanción previo a la final de la MLS Cup 2025
- Jannenson Sarmiento “coquetea” con clubes de Rusia y China
- ¡La vuela como Chicharito! Lewandowski falla un penal ante el Atlético de Madrid
La Corte Suprema de Brasil resolvió un debate que llevaba meses en el centro del fútbol local: si forzar una tarjeta amarilla puede considerarse manipulación de resultados con consecuencias penales. En un fallo dividido, el Supremo Tribunal Federal (STF) concluyó que esa conducta, aunque sancionable en el ámbito deportivo, no encaja en el delito previsto por la Ley General del Deporte, que exige impacto directo en el resultado o en la competición para configurar fraude.
El caso analizado fue el del lateral Igor Cariús, acusado de recibir dinero de apostadores para forzar una amonestación durante el Campeonato Brasileño de 2022, cuando jugaba para Cuiabá. La Segunda Sala del STF decidió, por dos votos a uno, concederle un habeas corpus (procedimiento legal que le permite a una persona detenida por el gobierno disputar su detención ante la justicia) y suspender el proceso penal que se había abierto en su contra, con lo cual el jugador queda libre de acciones judiciales por ese episodio.
El voto decisivo fue del magistrado Gilmar Mendes, quien argumentó que provocar una sola tarjeta amarilla no es suficiente para “alterar o falsear el resultado de una competición deportiva”, requisito indispensable para que exista delito según el artículo 198 de la Ley General del Deporte. Para Mendes, sin ese vínculo directo con el marcador o la clasificación, la conducta no puede escalar al ámbito penal.
La postura minoritaria fue la del instructor del caso, André Mendonça, quien defendió que existían elementos para mantener activo el proceso y que el hecho de buscar beneficiar apuestas debía analizarse a profundidad. La Fiscalía sostenía que el jugador habría recibido 30.000 reales para forzar tarjetas en tres jornadas, pero la mayoría del tribunal entendió que la intención de influir en apuestas no basta mientras no haya impacto demostrable en el resultado deportivo.
El fallo contrasta con decisiones previas. El Superior Tribunal de Justicia (STJ) había negado un habeas corpus al considerar que el conteo de tarjetas influye en criterios de desempate y, por lo tanto, puede afectar la tabla general. Esa interpretación fue descartada por el Supremo, que sostuvo que el eventual efecto es indirecto y no cumple los elementos del delito. En el ámbito deportivo, Cariús ya había recibido una suspensión de un año por parte del Tribunal Superior de Justicia Deportiva (STJD), sanción que permanece vigente.
La resolución del STF marca un precedente sobre los límites de la responsabilidad penal en casos relacionados con apuestas deportivas, aunque está restringida al caso de Cariús. No aplica automáticamente a investigaciones en curso, como la del delantero Bruno Henrique, del Flamengo, cuyo caso involucra acusaciones de fraude y no solo violaciones al código deportivo. La discusión en torno a las apuestas y las tarjetas sigue abierta en el fútbol brasileño, pero con un nuevo criterio judicial para futuros análisis.
