Premier League aprueba un nuevo modelo financiero y descarta un tope salarial
La liga inglesa aprobó un nuevo límite de gasto y descartó el tope salarial; los clubes avalaron cambios que transformarán su control financiero
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La Premier League aprobó este viernes un cambio profundo en su estructura económica, tras una votación que terminó dividida y que marca el rumbo del torneo hacia 2026/27. Los 20 clubes definieron sustituir su sistema actual por un modelo que limita el gasto deportivo a un porcentaje fijo de los ingresos anuales, un mecanismo diseñado para reducir desequilibrios y ofrecer un marco más claro de cumplimiento. La decisión pasó con el mínimo requerido, reflejando el contraste entre instituciones con realidades financieras muy distintas.
El punto más controvertido de la reunión fue el rechazo al tope salarial conocido como “anchoring”, una propuesta que buscaba fijar el máximo de gasto en función de lo que recibe el último lugar de la liga por derechos de televisión. La idea solo obtuvo siete votos favorables frente a doce en contra y una abstención. Equipos como Manchester United, Manchester City y Chelsea se opusieron de manera firme, argumentando que el límite habría comprimido en exceso la competitividad y provocado conflictos laborales con jugadores y agentes.
En contraste, el nuevo límite de gasto sí recibió apoyo mayoritario. El sistema establece que cada club deberá mantener sus costos deportivos —salarios, amortización de fichajes y comisiones— dentro del 85% de sus ingresos anuales. Para los equipos que compiten en torneos europeos, el umbral será menor debido a las exigencias de UEFA. La Premier League busca que el mecanismo funcione en tiempo real durante cada temporada, permitiendo una revisión continua que reduzca sorpresas al final del curso.
La liga también aprobó un paquete adicional de controles destinado a monitorear la salud financiera a corto, mediano y largo plazo. Este esquema incluye pruebas de liquidez, capital de trabajo y balance patrimonial, con la intención de identificar riesgos antes de que se conviertan en problemas estructurales. A diferencia del debate sobre el tope salarial, estas medidas pasaron de forma unánime, reflejando consenso en torno a la necesidad de proteger la estabilidad del campeonato.

Los cambios llegan tras varios casos recientes que evidenciaron límites del sistema previo. En las últimas temporadas, clubes como Everton y Nottingham Forest enfrentaron sanciones y deducciones de puntos por incumplimientos, mientras que otras instituciones mantienen procesos legales en curso. El nuevo modelo pretende evitar escenarios similares: si un club supera el límite de gasto por un amplio margen, enfrentará multas y, en niveles más altos, sanciones deportivas automáticas.
La discusión también involucró a actores externos. La asociación de futbolistas expresó su preocupación por cualquier medida que pudiera afectar la libertad salarial de los jugadores, mientras que agencias de representación criticaron la falta de participación en el diseño de las reglas. Aunque el tope salarial no avanzó, las tensiones alrededor del mercado permanecen y podrían resurgir cuando las nuevas regulaciones entren en vigor.
Para los clubes, el reto será adaptarse a un escenario en el que el margen de maniobra dependerá directamente de su capacidad de generar ingresos. Proyectos ambiciosos, ampliaciones de estadios y estrategias comerciales cobrarán aún más importancia, especialmente para quienes buscan competir en la parte alta de la tabla sin exceder los límites impuestos por la liga.
La implementación completa llegará en 2026/27, pero la Premier ya probó el sistema de manera interna desde 2024/25 para medir su impacto. Con el rechazo al tope salarial y la aprobación del nuevo límite de gasto, el campeonato ingresa a una etapa que combina control más estricto, incentivos para la inversión responsable y vigilancia reforzada. Lo que queda por ver es cómo afectará la brecha entre los clubes con mayor poder económico y el resto del ecosistema.


