Koepka y Pereira se van: ¿empieza el desgaste de la LIV Golf?
La salida de Koepka y el retiro de Pereira encienden señales de desgaste en el circuito, al reflejar cómo la estabilidad económica alcanzada por varios jugadores ha comenzado a pesar más que la motivación competitiva

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En menos de una semana, la LIV Golf recibió dos golpes que podrían ser síntoma de problemas más profundos. Dos de sus figuras, Brooks Koepka y Mito Pereira, anunciaron su salida del circuito saudí. Aunque ambos casos parten de un trasfondo similar, cada uno presenta matices muy particulares.
Mito Pereira, golfista chileno que primero militó en la PGA y en años recientes formó parte de la LIV, anunció que a sus 30 años decidió colgar los bastones y retirarse del profesionalismo. El principal argumento que expuso se relaciona, de manera curiosa pero comprensible, con la necesidad de regresar a Chile, estar cerca de su gente y de su familia, y llevar una vida más —llamémosla— normal, tranquila y sin tanta presión. Pereira declaró que el desgaste de vivir bajo la exigencia constante del golf profesional, viajando de país en país y lejos de su entorno, llegó a su límite, por lo que optó por cerrar este capítulo y comenzar otro.
Quiero pensar que Pereira, sin ser una figura dominante del circuito, cuenta con el capital suficiente para tomar una decisión de este calibre. Tal vez no acumuló grandes fortunas únicamente por sus triunfos deportivos, pero si a eso se le suma lo que recibió del grupo saudí al firmar con la LIV, no tengo duda de que posee los recursos necesarios para vivir con comodidad.
Por otro lado, Brooks Koepka anunció también en estos días, y de común acuerdo con la directiva de la LIV, que su participación en la liga llegaba a su fin. En su caso, no habló de un retiro definitivo del golf competitivo. Si bien utilizó un razonamiento similar —el cansancio por el ritmo constante, la presión y el tiempo lejos de su familia—, dejó abierta la puerta, aunque sin decirlo de forma directa, a un posible regreso a la PGA. No es claro cómo podría darse una negociación tan compleja, considerando las múltiples posturas en contra de un eventual “perdone usted, ya regresé”, pero la posibilidad existe. Por ahora, Koepka mantiene asegurada su presencia en algunos majors gracias a sus triunfos previos, que le otorgan ese derecho.
A mi juicio, en ambos casos se repiten algunas coincidencias. Da la impresión de que empieza a pesar entre los jugadores de ambas ligas una pérdida de interés competitivo una vez alcanzada la estabilidad económica. En otras palabras, muchos golfistas de la LIV, con o sin triunfos, pero con sumas importantes garantizadas desde su contratación, parecen haber reducido su motivación por el juego. Koepka y Pereira se suman así a salidas anteriores como las de Henrik Stenson y Pat Perez. Incluso, no sorprendería que jugadores como Dustin Johnson o Phil Mickelson sigan un camino similar, ya que en el campo no se percibe en ellos un verdadero compromiso competitivo.
Y hablo de ambas ligas porque en la PGA también se nota una tendencia preocupante. Si no se trata de un major o de un evento signature con bolsas millonarias, los grandes nombres suelen brillar por su ausencia, dejando torneos carentes de figuras que realmente inviten a seguir la competencia.
De estas decisiones también se desprende la sospecha de que la LIV podría estar entrando en una etapa de desgaste. No solo está perdiendo estrellas ya contratadas, sino que, hasta ahora, no ha logrado sumar nuevas figuras de peso que renueven el interés del proyecto.
El panorama rumbo a 2026 se presenta interesante. Ojalá sea el año en el que finalmente aparezca una luz al final del túnel y se clarifique el futuro de la relación entre ambos circuitos.
Hasta la próxima
@danielaboumrad


