Rebeca Andrade prepara su regreso en 2026 tras tomarse una pausa para cuidar su cuerpo y su mente
La gimnasta brasileña decidió tomar un año fuera tras colgarse cuatro medallas en los Juegos Olímpicos de París 2024

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Rebeca Andrade tomó una decisión importante después de firmar otra actuación histórica en Paris 2024. La brasileña de 26 años, figura central de la gimnasia artística mundial, optó por detener su calendario competitivo durante 2025 para priorizar su salud física y mental tras varios ciclos de máxima exigencia. El descanso llegó en un momento en el que su prestigio alcanzó nuevas alturas, pero también después de un desgaste acumulado desde la adolescencia.
Su ausencia se hizo notar en Yakarta, donde presenció al Campeonato Mundial como aficionada. En un escenario que la vio sumar nueve medallas entre 2021 y 2023, esta vez observó desde las laterales, apoyando a sus compañeras y asimilando una experiencia distinta.
“Ser espectadora siempre es más difícil que estar dentro del gimnasio porque no sabes qué va a pasar. Te pones nerviosa, pero al mismo tiempo estaba rezando y animando muchísimo a las chicas, por grandes resultados y, sobre todo, para que se sintieran felices. Es parte de la vida”, explicó en entrevista con Marie Claire Brasil.
Andrade detalló que necesitaba un respiro para recomponer su cuerpo y procesar los efectos de años de competencia continua, pero aseguró que estará de vuelta para recuperar su mejor versión en 2026: “La decisión [de no competir esta temporada] tuvo que ver con cuidar mi salud. Después de un ciclo tan largo e intenso, hago gimnasia desde los cuatro años, sentí que había pasado demasiado tiempo sometiendo a mi cuerpo al estrés de los entrenamientos y las competencias. Era el año perfecto para cuidar mi cuerpo, mi dolor y mi mente, y volver en 2026 como una Rebeca mejor, no solo para mí, sino también para mi equipo”.

Su regreso al máximo circuito abriría la puerta a una cuarta participación olímpica y a la posibilidad de ampliar un palmarés que ya presume dos oros, tres platas y un bronce en las últimas dos ediciones. Consciente de que la exigencia de la élite cambia con el tiempo, también dejó ver cómo evalúa su futuro competitivo.
“Espero no tener que replantearme [el final de mi carrera], pero claro, si en el futuro no hay nadie para competir en un aparato, en cualquier aparato, y siento que mi cuerpo puede responder, lo haré. Pero si no hay nadie y siento que mi cuerpo no puede con ello, entonces no”.
El año fuera del tapiz le ha permitido explorar intereses fuera del deporte y proyectar una transición cuando llegue el momento adecuado. La paulista reconoció que ya piensa en nuevos caminos: “Quiero estudiar más. Me encantaría ser conferencista. Disfruto contar mi historia y creo que aprendo mucho, y que la gente aprende un poco de mí también. Tengo mis sueños y planes, pero por ahora me los guardo”.


