Mariana Valenzuela, resiliencia que impulsa al básquetbol mexicano
Tras una grave lesión en la AmeriCup, la sinaloense volvió más fuerte, lideró a México en COCABA 2025 y apunta al profesionalismo
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Resiliencia es la palabra que mejor describe uno de los capítulos más complejos en la historia de Mariana Valenzuela. Una joven promesa del básquetbol mexicano vivió días de absoluta incertidumbre tras una lesión que detuvo su carrera en seco, y dos años después regresó al mismo escenario donde todo se quebró: la AmeriCup.
“Pues fue muy difícil la verdad, como dices tú, en ese momento yo supe que me había tronado todo y que ya no iba a jugar, que iba a estar ausente por un buen tiempo. Mi recuperación, como fue cruzado y los dos meniscos, sí me tomó bastante tiempo y como queríamos que volviera bien y no tener una posible como lastimarme la misma rodilla o algo así, si esperamos como 15-16 meses, entonces la verdad si me tomó más del año y pues fue difícil. Muchas terapias, horas de estar ahí llorando, esforzándose, días que ya no quieres hacer lo mismo porque es muy repetitivo siempre la terapia de esta lesión, pero pues salí adelante, yo sabía que quería lograr algo, que quería seguir jugando por mi país, que quería seguir jugando college”.
La lesión no solo implicó una ausencia prolongada de las canchas. También representó una pausa obligada en su desarrollo deportivo y personal, en un momento clave de su formación. La paciencia, el acompañamiento médico y la fortaleza emocional fueron determinantes para evitar recaídas y permitir un regreso real, no precipitado, a la alta competencia.
“La verdad que fue una experiencia inolvidable, para mí en lo personal fue después de una lesión que tuve en el mismo torneo AmeriCup hace dos años, entonces volver y jugar por México, venía con muchas ganas. Estoy muy contenta de representar al país. No nos fue tan bien como hubiéramos querido, estuvimos a nada del pase al premundial para Alemania 2026. Pero sabemos que tenemos con qué, cómo dices tú, ha ido creciendo el básquetbol mexicano, fuimos de las mejores posiciones que ha tenido México, pero nos sentimos que estábamos a nada”.
El regreso a la AmeriCup y la revancha competitiva
El regreso a la AmeriCup fue una prueba emocional y competitiva superada. Sin embargo, el punto de inflexión definitivo llegó en el Torneo de la Confederación Centroamericana de Baloncesto 2025, donde Mariana no solo volvió a competir, sino que se consolidó como una de las figuras del certamen.
“Yo más que nada, después de mi lesión el volver y poder demostrar que volví con un buen nivel, con un mejor nivel después de mi lesión, pues creo que es un ejemplo para muchas niñas en México y contentas al final de todo del resultado de haber mejorado otros años el resultado”.
Con apenas 22 años, Mariana Valenzuela ya carga con una responsabilidad mayor: convertirse en uno de los ejes del presente y futuro de la selección mexicana femenil, en un ciclo que apunta a escenarios de máxima exigencia internacional. “Muy feliz de poder haber representado a México una vez más en este Central America’s Women’s Championship. Feliz de haberme traído el MVP y ser de las mejores cinco del torneo, pero más que nada pues haber podido lograr la meta de ganar el primer lugar con México”.
Un nuevo ciclo para la selección mexicana
Tras el título centroamericano, el proceso competitivo se reinicia con una hoja en blanco. El camino incluye CentroBasket, AmeriCup y las ventanas clasificatorias que conducen al Mundial y a los Juegos Olímpicos, en un ciclo que ahora se construye bajo una nueva dirección técnica mexicana y con una base joven que ya acumula experiencia internacional.
“Pues inicia el proceso desde cero, desde ahorita este Campeonato de la Confederación Centroamericana de Básquetbol (COCABA), después CentroBasket, AmeriCup y el poder calificar a un Mundial, igual es el proceso inicia para los Juegos Olímpicos, para las ventanas que hay, repechajes que hay, entonces el proceso es ahorita con una nueva entrenadora mexicana que nos conoce bien, con un grupo de jóvenes que venimos con buen nivel, es poder lograr llegar a un mundial, a unos Juegos Olímpicos en el próximo ciclo o en este que viene”.
La lectura interna del grupo es optimista. Existe una base sólida, una química probada y una generación que comienza a asumir roles protagónicos, con la expectativa de contar con mayor preparación y continuidad en los procesos.
“Lo vemos bien, como te digo, con un poquito más de preparación, con más tiempo de entrenamiento, que eso viene de parte de la federación, que yo sé que se va a cambiar en estos años, sé que podemos lograr eso pues por la química que tenemos, la juventud, y que son etapas que uno va viviendo, van saliendo las mayores, las jóvenes, pero que ya tenemos experiencia, entonces sabemos que podemos formar un buen equipo”.
Universidad, decisiones y horizonte profesional
Mientras su impacto crece a nivel selección, Mariana también se encuentra en un punto decisivo a nivel individual. Está en su último año de elegibilidad en el básquetbol colegial de Estados Unidos, defendiendo los colores de Seton Hall University, con la mira puesta en el profesionalismo.
“El poder jugar por México, representar y llegar a un mundial obviamente es como que el objetivo. Con la universidad, también el poder hacer un buen año y después brincar, cruzar al profesional y poder obtener un buen equipo y pues vivir de esto, el poder inspirar a niños y niñas en México a que vean que se puede salir de México porque muchas veces vemos a gente que creció en Estados Unidos y creen que es imposible, pero pues yo crecí en México toda mi vida, 100% mexicana, me fui hasta que me ofrecieron una beca para estudiar allá, entonces pues ser inspiración para niños y niñas de que lo pueden lograr aunque vivamos acá”.
El camino académico ha sido tan exigente como el deportivo. Mariana es egresada de Florida State University, donde fue reconocida por su excelencia tanto en la cancha como en el aula, confirmando un perfil integral poco común: “Sí, pues es muy importante para todos los niños y niñas que queremos crecer y vivir del básquetbol, decir que queremos jugar profesional. A veces pensamos que es solo ir a entrenar y jugar y mostrarte en la cancha, pero obviamente va de la mano con la escuela… La verdad no es fácil, pero pues es un balance, ¿no?”.
Tras una temporada afectada por la recuperación, decidió ingresar al portal de transferencias en busca de un entorno más competitivo, con el objetivo claro de elevar su rendimiento y posicionarse para torneos como el March Madness.
“El año pasado bajé mis números promedio, me afectó mi lesión después de la lesión que tuve de ligamento cruzado y meniscos. Obviamente ya no fue lo mismo y ahorita este verano fue importante para subir otra vez mi nivel con la selección y eso. Entonces no fue fácil, pero me meto al portal para buscar mejores oportunidades. Voy a una conferencia buena donde juega UConn y otras escuelas muy buenas.
De la formación al sueño profesional
Dejar Florida State no fue una renuncia, sino una decisión estratégica para acercarse al siguiente nivel: “No lo veo imposible (llegar a la WNBA), no es fácil, pero tampoco es imposible. Sé que promediando buenos puntos y rebotes por mi estatura y mi versatilidad para poder tirar de tres, sé que no es imposible. Entonces, aún lo sigo viendo como un objetivo. Si no es jugar en Estados Unidos, claramente hay ligas muy buenas en Europa”.
Antes de los reflectores, la historia de Valenzuela comenzó en la Liga Telmex-Telcel, plataforma formativa clave en su desarrollo, que impulsó su sueño de llegar a la élite del deporte: “Yo la jugué hace unos años, representando primero a Mazatlán y después fuimos con Sinaloa al Nacional y pudimos ser campeonas.
“Todo lo que hacen ellos por impulsar el deporte, por apoyar el deporte en México, que las niñas vean que pueden lograr grandes cosas, entonces ahorita sigo trabajando con ellos yendo a campamentos que hacen en diferentes ciudades, pues para que las niñas vean y niños que yo jugué en esa liga y ahora todo lo que he podido lograr, entonces la verdad que es muy padre ver que una liga, que una fundación como la de Carlos Slim apoyen demasiado el deporte en México”.
Mariana Valenzuela no solo aprendió a levantarse después de caer. Aprendió a hacerlo mejor preparada, con mayor claridad y con una visión que trasciende lo individual. Su historia no es de regreso: es de construcción sostenida. Y, como ella misma ha demostrado, todavía no está completa.


