¡Regresa a Primera! Cúcuta Deportivo logra lo impensado y derrota en penales a Real Cundinamarca
El ‘Motilón’ resurge y confirma su ascenso a la Liga BetPlay junto a Jaguares de Córdoba.

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Y un día, el Cúcuta Deportivo vuelve a la Primera División. El ‘Motilón’ de Nelson Flórez sufrió más de la cuenta, pero derrotó por penales a Real Cundinamarca y confirmó su segundo ascenso a la Liga BetPlay. En una noche digna de sufrimiento, y tras derrotar 2-1 (2-2 en el global), la escuadra cucuteña brilló y derrotó por 3-2 en penales a su rival.
La final no podía darse de otra forma más sufrida. Característico para el Cúcuta por su historia, donde llovieron lágrimas y sus dolientes han sufrido bofetadas de todo tipo, por fin la historia llegó a un buen rumbo. Al lado de Jaguares de Córdoba, el ‘Doblemente Glorioso’ se catapultó en la primera categoría y esperará quedarse. Con invasión de público, la hinchada celebró un regreso soñado por cinco años.
La final de vuelta, vibrante de inicio a fin
Haciendo valer el favoritismo, y sin dejar pasar el tren en esta oportunidad inmejorable, Cúcuta se hizo protagonista y arrasó en el campo rival. Presionó en zona alta y se hizo cargo de las oportunidades más claras de gol. De hecho, tras un par de atajadas para Kevin Cataño, el gol llegó temprano, a los 12′, a través de Lucas Ríos.
El habilidoso argentino, quien vistió los colores de Santa Fe y Once Caldas, recibió un pase colgado del centro a la derecha. Matías Pisano se la cedió contra esa orilla, hasta que probó las redes con un derechazo sutil al fondo. Explotó lógicamente el General Santander, pero el Cundinamarca le rendiría tributo a la eficacia al bajarse el telón del primer episodio.
Cúcuta se montó en el partido, mas no logró convertir otro más allí. Faltó la puntería rival en los predios de Kevin Cataño. Prácticamente el golero de la visita mantuvo el corto resultado, que fue igualado parcialmente gracias a Arney Rocha, uno de los jóvenes interesantes de este plantel que comanda Juan David Niño.
Después de un carrerón organizado por Bayron Caicedo, lanzó un pase quirúrgico a la posición de Rocha. En tres toques ya pisaron campo rival y anotaron con un tiro cruzado, el cual rebotó en Luis Payares y desacomodó al experimentado Ramiro Sánchez. Un duelo a tratar con pinzas, y así se ratificaría en la segunda mitad.
Segundo tiempo lleno de incertidumbre
El ídolo tocó la puerta, apenas se abrían las emociones de la segunda parte, firmando de nuevo la ventaja para forzar los penales en ese momento. Capturó un rebote que dejó penando a la escuadra de la visita, hundida bajo su propio arco. A los 52′, Jonathan Agudelo se puso el overol y demostró jerarquía.
Eduar Arizalas interceptó, casi que sin querer, un despeje defensivo en el área. El balón cayó para Agudelo, quien la empujó sin afugias y volvió a regalarle la ilusión a los hinchas del Cúcuta. Todavía faltó un montón y la incertidumbre crecía.
Lo único que le faltaba a la gran final fue una agresión sin pelota, castigada con penal y tarjeta roja para el propio Arney Rocha. Buscando el balón en un tiro de esquina, le metió una palmada en la nuca al capitán Diego Calcaterra. Le avisaron al juez Jhon Ospina, por lo que revisó el monitor y le aplicó el “doble castigo” al onceno cundinamarqués.
Agudelo, una vez más, tomó la responsabilidad en una situación clave de partido. Tomó carrera y disparó desde el punto penal, pero no le salió como quería. El portero le aguantó el pulso y le ahogó su cántico de gol. No obstante, entre dos acciones polémicas, el árbitro volvió a sancionar penal más tarde por una falta de Jhon Suaza sobre Jaime Peralta. Y vuelve y juega, erró Cúcuta otro penal tras el impacto de Matías Pisano en el travesaño.
Una tanda de penales para el infarto
El 2-1 llevó a los disparos desde el punto penal. Abrazados a un Kevin Cataño en la tarde de su vida, los capitalinos se ilusionaban al respirar profundo y resistir los más de 95 minutos en el asedio rival.
Pasó de todo. Los arqueros se hicieron protagonistas, pero así como Cataño brilló en los 90′, erró el penal definitivo al impactar en el travesaño. Pasó de héroe a villano, mientras que ese penal errado le dejó la mesa servida al Cúcuta para celebrar en el último cobro.
‘Jopito’ Álvarez, de punto penal, sentencia el ascenso del onceno nortesantandereano al pegarle con el alma y desatar la euforia. Un 3-2 magnífico marcó el regreso soñado de miles de hinchas. El Cúcuta resurgió de las cenizas. Cúcuta pasó del duro descenso por el escritorio a la consagración histórica, volviendo a donde nunca debió irse.


